Que en toda América Latina solo haya sido el dictador venezolano, Nicolás Maduro, el único que haya mostrado júbilo por el aplastante triunfo del candidato kirchenista frente al presidente argentino, Mauricio Macri, es la mejor prueba anticipada de en qué puede derivar la en otro tiempo grandiosa, riquísima y muy culta Argentina si en las elecciones del 27 de octubre se imponen los Fernández.
Si esa versión porteña del fascismo, que es el peronismo, trocó una potencia que pugnaba por mantenerse en la vanguardia de la prosperidad en un país de carencias y creciente pobreza, el kirchnerismo de Néstor y Cristina acabó de sumirlo en una dictocracia, donde el nepotismo y la corrupción eran sus principales señas de identidad, lo que ya es mucho decir en el territorio más emblemático de la coima.
Macri no ha cumplido sus promesas
Como el propio Macri ha reconocido, él mismo tiene gran culpa en el desastre de las primarias, denominadas PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). Evidentemente, en los casi cuatro años que van de diciembre de 2015 a este agosto de 2019, Macri no cumplió ninguna de sus dos grandes promesas: erradicar la galopante inflación, segunda del mundo tras la venezolana, y la pobreza, que afectaba al 30% de la población.
A lo largo de su mandato, Macri acumula ya una inflación del 150%, lo que ha sumido en la miseria a muchos pobres, mientras que las filas de estos se nutren con los nuevos desheredados de una clase media cada vez más adelgazada.
No puede quejarse Macri del respaldo que le diera la comunidad internacional. El FMI le concedió el mayor préstamo financiero de su historia, 57.000 millones de dólares, mientras que Europa y Estados Unidos le otorgaron todas las facilidades para sacar a Argentina del pozo en que la habían sumido el peronismo, las dictaduras militares y el populismo kirchnerista.
Precisamente, si los tories ganaron ajustadamente las elecciones de 2017 se lo deben en gran parte a los trece diputados que aportó Davidson, que rompía así la imparable tendencia a la práctica desaparición de los conservadores en Escocia. Más aún, Davidson, que ele […]