“Con tan sólo el 1 % del litoral valenciano, Benidorm aporta más del 40 % de los ingresos turísticos al PIB de la Comunidad y entregamos 1.800 millones de euros al Estado”. Unas cifras que resumen, según el alcalde benidormense, su decidida apuesta por el turismo, aunque se queja precisamente de no estar reconocido como “municipio turístico”, laguna que achaca a la injusta financiación que sufren no sólo el suyo, sino también muchos otros municipios de España.
Antonio Pérez eligió Madrid y el marco de un desayuno de trabajo organizado por Executive Forum, para exponer estas y otras quejas, además de presentar su próximo gran proyecto: un HUB de innovación de la ciudad, “como foco de atracción de talento, desarrollo, innovación tecnológica y competitividad”.
Para ello, ha conseguido que Benidorm sea la sede de la Plataforma Inteligente de Destinos, que llevará aparejado un Observatorio de Sostenibilidad, plataforma a la que se ha referido como “una auténtica revolución en políticas públicas de turismo”.
A su juicio, ello impulsará notablemente la interconexión de datos, tanto en el ámbito de la ciudad como con respecto a muchos otros destinos que tienen en el turismo su principalísima fuente de ingresos. A este respecto, Antonio Pérez se revolvió contra la creciente turismofobia, “espoleada por quienes parecen tener un raro interés en destruir la principal industria del país”. En la misma línea argumental, rechazó imponer una tasa turística en Benidorm, acusando de ocultar datos a los políticos que acusan a ciertas administraciones de quejarse de infrafinanciación mientras se niegan a aumentar los impuestos.
Así, señaló que el IVA que ya se paga por todos los servicios turísticos ya financia tanto al Estado como a las demás administraciones menos justamente a los municipios turísticos, “que deberían tener un porcentaje de ese IVA.
En cuanto a la posible implantación de una tasa turística, manifestó que “un nuevo impuesto adicional podría disuadir a no pocas familias extranjeras a preferir otros destinos en otros países de un mar Mediterráneo cuya competencia es feroz”.
Preguntado por la parte negativa de la industria turística, respondió que, efectivamente, la gestión de un símbolo turístico por excelencia como es Benidorm debe tener muy en cuenta diferentes y variados parámetros, tales como el consumo de agua y energía, producción de residuos, movilidad y las mediciones ambientales o de rango económico.
Al tiempo que presentaba los datos que han permitido a Benidorm disponer de una oferta actual de 90.000 camas legales y capacidad para gestionar un pico de población de 450.000 habitantes, expresó su confianza en que la implantación del HUB permitirá que la ciudad sea “un espacio de pruebas tecnológicas y de generación de soluciones”. Estima que todo ello aumentará la eficacia en la gestión inteligente de los datos, lo que posibilitará políticas eficientes para que “Benidorm sea aún más un lugar que visitar y en el que vivir”.
Reivindicativo de que su ciudad sea el más completo destino turístico del mundo, por cuanto todo tipo de personas, de cualquier edad, origen y capacidad económica, tiene un sitio, se atrevió a vaticinar que “si alguna vez el turismo se acabara en Europa, el último turista saldría de una de las tres playas de Benidorm”.