‘Truco o trato’ es una simple expresión fonética usada en la festividad de Halloween, que se celebra el día treinta y uno de octubre, víspera de Todos los Santos, dos días antes de la fecha en la que los católicos recordamos a los difuntos. Puede que su origen sea celta o escocés, con raíces gaélicas paganas, para celebrar el fin de la cosecha. De Escocia a América, con el tiempo, ha vuelto a Europa para, asentada entre nosotros alrededor de calabazas, convertirse en una especie de diversión que usan los niños por estas fechas cuando van de casa en casa buscando golosinas. Trick-or-treat. Treta o trato. Truco trato. Susto, travesura, broma, convite, regalo, dulce, golosina. En principio, un juego de palabras con alguna traducción lejos de la broma.
Cerca del día de los Difuntos, la preocupación nacional no es Halloween ni lo que hay alrededor. Importa más la actividad política que marca todo. Día a día, a medio plazo y a la larga. Salud, economía, trabajo, estado del bienestar. En definitiva, el futuro. Creemos estar en un estado de derecho demócrata en el que, por estas fechas, conviene ver con quién nos jugamos los cuartos, quiénes son los que juegan; y quién lo hace con o contra quién. En la entente, cordial o a la gresca, entre Gobierno y Oposición, no caben desidia ni despiste. Porque el lleva la batuta es el Gobierno, hay que saber si estamos ante un ejecutivo que quiere un trato a favor de todos, o ante un ejecutor que busca un truco a favor o en contra de quien sea. La oposición importa poco, solo como recambio. La optativa, de momento, es: Ejecutivo colectivo PSOE o Ejecutor personal Pedro Sánchez.
¿Truco o trato? El PSOE, aupado por socios interesados y sosteniendo como Partido Socialista Obrero Español al Gobierno, Sánchez ha de decidir entre la treta del ‘sanchismo’, posible como avispero; o el compromiso de un grupo político que a lo largo del tiempo y en parte de su historia ha sido útil, aunque no siempre. Truco o trato. La cabeza del Gobierno y del PSOE, ahora como sea o haya llegado, es Pedro Sánchez. Pero el PSOE, que no es un individuo ni debe supeditar intereses nacionales a nadie, debe decidir como organización política. En consecuencia y porque así lo tiene establecido, es ilógico e irracional que Pedro Sánchez sea quien decida en el juego ‘truco trato’ socialista de ahora. Espanta al borde de una sima de corrupción personal, de grupo, amistosa o familiar. Preside y dirige el Gobierno; y como secretario General del PSOE tiene el poder que le concede la organización de la que forma parte. Otro tanto puede decirse de todos los miembros, destacados, en vanguardia, al acecho o tapados de la familia PSOE. Ministros, ex, varones, figuras pasadas, de ahora o para el futuro.
No es un juego de niños en Halloween. La decisión política, ahora, es de la organización política nacional PSOE. A ella, como grupo, le corresponde la obligación de hacer lo que deba. Embridar a Sánchez, mandarlo al ostracismo y apartarlo, permitir que cada miembro socialista aporte lo que pueda o sepa. Y ver qué puede y quiere hacer como estructura para el futuro, con Sánchez o sin él.
Por el bien de todos y en interés de cualquiera, hasta de la Oposición en cada una de su suerte y apartados, vale más pasar del Gobierno y compañeros de pilón, cazo o abrevadero; y de lo que hay antes, después o alrededor. Al margen de Pedro Sánchez, sus ministros, amigos y asociados, en la izquierda nacional, con vistas al futuro, también puede haber y hay una actividad política sana, limpia y demócrata con la que compartir en Halloween antes de los días de Todos los Santos y Difuntos:
Truco o trato socialista.