Trampas, vagancias y pensiones

Redactor Congreso de los Diputados
José Luis Heras Celemín
Por
— P U B L I C I D A D —

O, por mejor decir, trampas y vagancias en el solitario del Estado del Bienestar a cuenta de las pensiones. Porque las pensiones son la pieza principal en una feliz realidad que está expuesta a la posibilidad de que los tramposos, por incapacidad o para sacar beneficios políticos o electorales a cuenta de los pensionistas, intenten hacerse y hacernos trampas.

Aparecieron en la Sesión 103 del Pleno del Congreso de los Diputados del 14 de marzo. Al comienzo, se produjo la comparecencia del Presidente del Gobierno, a petición propia y por solicitud de dos grupos parlamentarios para informar sobre la política del Gobierno para garantizar las pensiones públicas presentes y futuras. Era la ocasión para saber quien puede aportar soluciones en el ámbito de la Seguridad Social. El presidente llevaba a la Cámara el asunto y era el momento de que dijera lo que creyera oportuno y de que los Grupos Políticos, todos, incluido el PP que mantiene al Gobierno, aportaran su concurso. Pero en el Congreso de los Diputados apareció, dura y descarnada, la realidad política nacional.

Primero, una exposición del Presidente sobre la política del Gobierno para garantizar las pensiones públicas presentes y futuras que, además de dar tranquilidad, debería haber sido hecha en consonancia con la gente sencilla de la calle para que fuera entendida por todos. La tranquilidad se buscaba con la frase “Todos los españoles, todos: los pensionistas de hoy y los que lo serán en el futuro, han de tener la seguridad de que su Gobierno y todos sus representantes políticos, estamos comprometidos con el presente y el futuro de ese pacto entre generaciones que es nuestros sistema de pensiones”. Pero la redacción, mejorable, dificultaba el entendimiento y sólo dejaba unos datos que aunque son importantes pueden no ser valorados: El gasto en pensiones en el año 2017 fue de 139.637 millones de euros, lo que supone más del 40% del presupuesto que gestiona el gobierno. El gasto público en pensiones en 10 años ha subido 48.000 millones de euros. La última nómina, de febrero de 2018 es de 10.100 millones de euros. El gasto en pensiones aumenta a un ritmo del 3% anual.

Eso ha producido el hecho, ya visto en el Congreso y en programas de televisión confeccionados ad hoc, de una interpretación sesgada de lo dicho por Rajoy buscando restar credibilidad y consistencia a las tres líneas maestras de su discurso: Justificación de la dotación dedicada a pensiones por la situación económica (“estábamos en quiebra y hubo que hacer ajustes”). Búsqueda de una política de Estado no partidista (“Las pensiones no las paga este gobierno, ni ningún otro. Las pagamos entre todos con cotizaciones e impuestos”). Y vinculación a los Presupuestos Generales de 2018, que llegarán al Congreso el 23 de marzo (“Es en el contexto de esos Presupuestos donde podremos hablar de mejoras posibles para el bienestar de los españoles, también en materia de pensiones”).

Después, la intervención de portavoces de los Grupos Parlamentarios. Pero, en vez de aportar, estos optaron por convertir el debate en gresca. Un rifirrafe al margen del concierto que se pactó sobre pensiones en el Pacto de Toledo, que apartaba las pensiones de la confrontación política.

Se produjo así, una sucesión de mítines en los que nadie ganó nada y donde los principales perjudicados fueron, además de los pensionistas presentes y futuros, los que pudieran estar llamados a convertirse en líderes del futuro. Unos líderes que ayer, con las pensiones, entoñaron una buena parte de sus aspiraciones de liderazgo. Como ejemplos, detengámonos en algunos portavoces:

Margarita Robles (PSOE): No mienta… viene aquí obligado por la presión de la calle…Por un cálculo electoral… Ha rescatado a bancos… ¿Usted cree que los pensionistas se merecen esto?… El PSOE exige medidas a corto plazo… pide impuestos sobre la banca.

Pablo Iglesias (PODEMOS): Han vetado propuestas de la Oposición. Han gastado 2.000 millones de euros en autopistas que podrían haber mejorado las pensiones. Salario Mínimo de 950 €. Se han rescatado bancos. Más presión fiscal. Suspender la desgravación de los Planes Privados de Pensiones.

Albert Rivera (CIUDADANOS): Estamos aquí por el artículo 50 de la Constitución. En desacuerdo con el triunfalismo. Dice que todo va bien y cada vez hay menos en la hucha. (A Margarita Robles) Usted no se podemice. Propuesta de bajar el IRPF a los que cotizan entre 12.000 y 17.500 euros.

Rafael Hernando (PP): En 2011 el PP evitó la debacle. Hubo que rescatar el sistema financiero. Si no se hubieran vetado las iniciativas de la izquierda, hubiera quebrado todo. Propusieron un gasto de 70.000 millones de euros. Vienen a pedir parches y a hacer demagogia. Sacan pancartas a la calle que no sirven para nada.

Después, en el mismo tono, Rajoy a lo suyo y cada uno a lo que le interesaba: Hacerse y hacernos trampas en un solitario que no es privado porque es nacional e interesa a todos. Pullas, frases duras, y más mitín. Así emplearon réplicas y dúplicas. Para entonces, en la Tribuna de Prensa, ya había un convencimiento: Se perdía la ocasión, no habían preparado el asunto, ni había propuestas. Todo había pasado sin estudiar. ¿Productividad, Recursos, gastos, longevidad, natalidad, nuevas fuentes de financiación?. Nada.

Alguien, cáustico, hizo un resumen mordaz:

—Irene Montero bis, Margarita Robles, ha quedado para el arrastre; o para que la esconda el PSOE. A Iglesias, las pensiones, hoy, no le dan ni para Ermitas. Hernando, puf. Peor Rivera, al son que toque y rapiñando pensionistas.

A continuación, siguió la Sesión de Control al Gobierno.

Aparte quedaron los solitarios de cada uno, las vagancias de quienes entienden la actividad política como lo hacen, y la noticia (silenciada) de que los partidos políticos no han propuesto nada para mejorar las pensiones.

En definitiva, trampas, vagancias y pensiones.

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