
Se ha producido el parto después de dos años de embarazo, hoy hemos conocido la sentencia contra los cabecillas de la rebelión contra el estado de derecho, contra la constitución y los constitucionalistas, contra la democracia y los demócratas. Ha sido un juicio largo, lleno de acertijos y premoniciones, de apuestas y afirmaciones en su desenlace, y, por fin hemos llegado al final del túnel. La justicia ha parido por fin y ha dejado las cosas en su sitio justo.
¿Hemos llegado al final del problema con esta sentencia? ¿El TS ha dejado claro el fin del independentismo? ¿Ya tenemos y tienen claro los independentistas que les espera en el futuro por rebeldes y sediciosos?
Llevamos dos años desde que se inició este proceso y han sido dos años de interpretaciones, acusaciones variopintas, llenas de ignorancia, y, sobre todo, mala fe. según el color de los plumillas que escribían o de los voceros que inundan a diario las televisiones y medios de comunicación. También, como no, de la variada oleada de tertulianos que, en verdaderas algaradas políticas, premonitorias de los resultados e influencias que sobre la sentencia tendría el partido del gobierno, nos aturdían con fatales augurios, malos presagios haciendo supuestas afirmaciones sobre el resultado final de la sentencia, afirmaciones y augurios infundados, faltos de contenido, poco documentados, y, sobre todo documentados bajo el paraguas de los intereses partidistas que representan.
Pues bien, ya conocemos la sentencia, sentencia que no voy a entrar a valorar, pues esa valoración le corresponde a los juristas que conocen las leyes y pueden dar fe de la consistencia y pulcritud de la conclusión a la que el tribunal ha llegado para dictar sentencia.
Pero si que daré mi opinión sobre todo este asunto. El primer tema que me planteo es ¿ha terminado de una vez el asunto catalán con esta sentencia? ¿Por qué y cuando empezó todo este embrollo independentista? ¿es responsable Pedro Sánchez de toda esta situación? ¿es legal y correcto que se haya divulgado en los medios de comunicación la sentencia varios días antes de que se dictara e hiciera pública por el TS?
Muchos porqués y muchas sombras, parece que sigue todo poco claro y confuso, y sobre todo, si se quiere acabar con este tema, hay que ir a las raíces del mismo, hoy tendríamos que pensar que todo empezó con el “Catalans ja soc aquí” del Molt honorable President Tarradellas allá por el año 1977, cuando aún la constitución no estaba acabada, pues fue aprobada el 31 de octubre del 1978 y refrendada por el pueblo español en referéndum el día 6 de diciembre de 1978 y posteriormente sancionada por su Majestad el Rey, ante las cortes, el 27 de diciembre del 1978.
A partir de ahí todo se ha ido pudriendo poco a poco, todos han mirado para otro lado, políticos, partidos, intelectuales, medios de comunicación y periodistas reconocidos, ¿el pueblo? No sabe, no contesta.
Los partidos, en su afán de gobernar han pagado este desaguisado para conseguir el poder, han comprado la voluntad de los políticos catalanes durante años para sacar adelante sus legislaturas, tanto PSOE como PP son responsables directos de esta situación, tanto Felipe González como José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy están manchados de esta fiebre independentista por alimentarla, decidiendo competencias que ningún gobierno de ningún otro país democrático han cedido, y todo esto lo han hecho en beneficio propio y de su partido, para obtener el gobierno y tratar de perpetuarse en él.
Quizás se ha tratado de asustar con esta sentencia que condena a unos iluminados que creyeron que jugaban a las batallas, entre nuestros barrios y calles, cuando éramos niños allá por los 50, han hecho el ridículo más espantoso, pero lo malo es que detrás de este fracaso están los gobiernos de la transición y la irresponsabilidad e intereses de los gobernantes de la época, y eso ya es más grave y merecería un análisis y exigir responsabilidades a esos gobiernos y a sus responsables.
Hoy más que nunca estamos asistiendo a declaraciones de personajes de la vida publica española, de la política, el deporte, la industria, la información y todo tipo de actividades, de su rechazo a España y los españoles, de todo lo que proviene de España, y lo están haciendo a cara descubierta, públicamente y a través de todo tipo de medios de comunicación, con contundencia y sin miedo, sin recato alguno.
¿Se ha conseguido con la miserable indolencia de los políticos, largándole a la justicia el problema que han generado a través de décadas ellos mismos, para que sea la justicia la que les busque solución? ¿ha debido la justicia aceptar resolver un problema puramente político? En los próximos días veremos los resultados.
He titulado este artículo “Senderos de gloria” ya que, previsualizando la película de Stanley Kubrick, creo que hay episodios que pueden traernos algunas semejanzas con la actuación que se da en política aludiendo al patriotismo y las formas de aplicar las arbitrariedades justificando el bien de la causa.
Y para acabar valga la frase de Samuel Johnson según la cual «el patriotismo es el último refugio de los canallas».