En política, «la salva» es un simple saludo desprovisto de connotaciones militares que no tiene otra acción y efecto que saludar, mostrando respeto con señales meramente formularias.
Desde el punto de vista militar, «la salva» es un saludo hecho con armas de fuego y, también, una serie de cañonazos consecutivos y sin bala disparados en señal de honores o saludos.
Por lo anterior, cuando el término «salva» se relaciona con el Ministerio de Defensa, adquiere un significado especial, mezcla de las dos acepciones anteriores que contempla el diccionario. Un significado que se embrolla hasta extremos realmente extraordinarios cuando se agrupan, como ahora, además de los conceptos “político” y “militar”, otras circunstancias que merecen reseña: Que este ministerio sea el departamento encargado de la política de Defensa y la administración militar. Que el titular de la cartera ministerial esté en funciones y presto a abandonar el cargo. Que algunos partidos políticos estén en plenas negociaciones para formar gobierno. Y que en el Gobierno inmediato, no monocolor ni asentado en la fuerza política de un partido único capaz de sustentarlo, deban equilibrarse los intereses independientes de cada uno de los partidos políticos que aspiren a formarlo.
En esta situación, cuando en plenas negociaciones toda declaración y movimiento adquiere la categoría de maniobra, «las salvas», todas ellas, merecen consideración y análisis dentro del contexto en que se producen: En medio de una negociación, bilateral o plurilateral, donde existe la posibilidad de que el PSOE y Podemos consigan un Gobierno de concentración en el que importa cuál de los dos se encargue del Ministerio de Defensa (Con Ciudadanos en el Gobierno, o ajeno a él).
Desde este contexto, conviene entrar en el interés específico del Ministerio de Defensa, por su valor real, por las relaciones del futuro titular de la cartera con sus subordinados políticos (si lo son), por lo que suponen los sometimientos a la disciplina de quien ostente el mando, por la filiación de la persona que ocupe la cúpula ministerial. Y por la capacidad de usar el poder que otorga la Cartera de Defensa.
Una vez lo anterior asimilado, referido a una entidad encargada de la política de Defensa y la administración militar, estaremos en situación de calibrar la importancia de tres circunstancias objetivas: La identidad de la persona a quien se le confiere el mando y la cartera de Defensa. El partido al que pertenezca. Y la capacidad de esa persona para ejercer su misión.
Para el caso que nos ocupa, de un supuesto gobierno de concentración PSOE-Podemos, salvo sorpresas (o tapados), en principio hay dos personas aspirantes a ser ministros de defensa, cada una de un partido: Zaida Cantero, por el PSOE; y José Julio Rodríguez Fernández, por Podemos.
La primera, de una fortaleza física considerable, tuvo una carrera brillante en el Ejército. Siendo comandante, abandonó el uniforme militar tras sufrir un episodio de acoso. Número seis en la lista del PSOE por Madrid, es una apuesta personal de Pedro Sánchez que dijo de ella «…es una mujer comprometida y valiente que va a aportar mucho en cuestiones que tienen que ver con la igualdad. Le estoy profundamente agradecido».
El segundo es un General de Ejército, el mayor grado a que puede aspirar un militar español, sólo inferior al Capitán General que corresponde al Rey como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Con una carrera militar brillantísima en el Ejército del Aire, fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) siendo ministra de Defensa Carme Chacón en el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Afiliado a Podemos, no consiguió el acta de diputado en los comicios pasados y de él dijo Pablo Iglesias que «sería su ministro de Defensa si Podemos lograba gobernar».
Vista la identidad y filiación de ambos, conviene detenerse en las posibilidades de cada uno. Porque es ahí, y en el análisis de capacidades y defectos, donde, para agrandarlos o disminuirlos, surgen unas «salvas» que no son gratuitas ni brotan por casualidad.
En lo que va de negociaciones, ya han surgido algunas. Parece que, como constatación de que están ahí, a lo largo de estos días han aparecido «comentarios» sobre contrataciones recientes del Ministerio de Defensa con alguna empresa de seguridad, algunas «noticias viejas» y resúmenes de «recuerdos del pasado»; y hasta la misión del EXJEMAD J.J. Rodríguez, y ocupación del actual ministro Morenés en épocas pasadas. Todo ello, o una parte, en torno al apresamiento del atunero Alakrana en aguas somalíes; a la seguridad privada que se les procuró a los barcos pescadores en el océano Índico (siendo Carme Chacón ministra de Defensa y JEMAD J. J. Rodríguez) contratada a una empresa de seguridad; al nombre de esa empresa y de algún directivo; a la redacción de las instrucciones que se dieron para la seguridad de aquellos barcos. Y a algunos otros episodios que se citan por el nombre sin detalles; y con la simple intención, parece, de avisar que se sabe que los hechos ocurrieron y cómo ocurrieron.
La «salva» de esta mañana alguien la creyó ver en la presencia de la diputada Cantera en un acto tan aparentemente insignificante como la comparecencia del Presidente de la Federación Española de Municipio y Provincias, Abel Caballero, en el foro Aragonex. Estaba anunciada una Rueda de Prensa en el Congreso de los Diputados de Pablo Iglesias y todo el mundo esperaba que Podemos aprovechara la ocasión para imprimir el ritmo que la mente de Errejón hubiera decidido. Para contrarrestarla, acaso, en el Foro Aragonex, fabricando noticia, estaba la nueva diputada del PSOE: Asentándose en un puesto socialista, vivaz, afable, inteligente, interesada en noticias. Y guapa.
Un periodista se acercó a ella, la olió, y mostró la duda: “Huele, pero no sé si es a próxima ministra de Defensa”.
Antes de acabar el acto, la diputada se levantó, concentró miradas, despertó atención, y creó noticia mientras cámaras y fotógrafos la enfocaban.
En el ambiente, como «salvas» próximas al ministerio de Defensa, empezaba a flotar algo:
El recuerdo de un JEMAD bajo cuyo mandato se produjo el acoso sexual a una mujer oficial del Ejército. La Cartera de Defensa revoloteando entre el PSOE y Podemos. La posibilidad de un General del Ejército obedeciendo a un comandante. Las opiniones en el PSOE y Podemos sobre los posibles pactos acordados.
Y el acuerdo para formar un gobierno nacional que puede lograrse, o no, tras las «salvas en el Ministerio de Defensa»: Las pasadas, La de esta mañana. Y las que aparecerán.