Como sea. Con los suyos o con los contrarios. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quiere aprobar la Operación Chamartín antes de terminar su mandato. Incluso antes de fin de año. Nueve de sus concejales, ya citados en artículos anteriores, están en contra. Pero sus votos se pueden sustituir con votos del PSOE. Como lo leen. El PSOE municipal apoyará a Carmena a sacar la Operación adelante. Con tanto dinero en juego, qué afán por aprobar la Operación. Por otro lado, puede haber una deuda del PSOE con el BBVA (supuesta) que levanta suspicacias: Votos, arreglo y negocio.
El teatro montado a finales de julio es la repetición del pasado año. Lo mismo. Y Fomento entra al juego. Ya el anterior ministro, Iñigo de la Serna, se dejó utilizar dos veces en la exposición teatral ¿De qué sirvió? De nada. Lo mismo ha hecho el nuevo ministro de Fomento José Luis Ábalos. Pero esta vez el proyecto se puede tocar, en una maqueta en 3D. Avanzando, y sorteando las dificultades de los díscolos de Ahora Madrid, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento pretende aprobar el Plan Madrid Nuevo Norte. Algunos medios, como El Confidencial, apuntan las cifras que facilita el Ayuntamiento sobre previsiones de Cargas Urbanísticas: 1.187,25 millones de euros a imputar a la obra; y los que corresponden a ADIF, CAM y Ayuntamiento. Suman 1.741,4 millones de euros sin considerar la Estación.
Béjar (DCN) con Carmena y el concejal Calvo (Ayuntamiento) venden lo mismo: Cuatro áreas de actuación. Nueva estación. Centro financiero. Barrios residenciales. Y parque verde sobre una losa de hormigón. De momento, sin cifras ¿Y los vecinos? Parece que no tienen nivel económico para seguir ahí. Sin respuestas, protestan donde pueden. Incluso delante de Cibeles. “Para mantener dignidad y unas flores que regar”, dicen ajenos a negocios, hormigón, ladrillos y cristales.
Plataforma Zona Norte, Ecologistas y las Asociaciones Vecinales llevan pidiendo transparencia y acceso a los documentos que se negocian desde hace 25 años. Pagarán las consecuencias, pero ahora están pendientes de los informes de la Comunidad de Madrid sobre el impacto medioambiental. Desde mayo tiene la Comunidad la documentación. A esperar. La CAM tiene en sus manos aprobar o retrasar la Operación ¿Habrá reclamaciones? Seguro que las habrá y la Operación volverá a retrasarse. A pesar del negocio. Y a pesar de que pueda cambiar de Ayuntamiento en las Elecciones municipales de mayo.
El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, no acudió al teatrillo-presentación del proyecto de la Operación. No ha querido mezclarse. Falta el informe de impacto ambiental, imprescindible para que se apruebe el Proyecto. Para confeccionar el informe, el Gobierno regional necesita recibir18 estudios de diferentes organismos, tanto de la CAM como los ajenos a ella de la Confederación Hidrográfica del Tajo, Red Eléctrica y otros. Toca esperar.
Además de recibir el informe vinculante de la Comunidad de Madrid, el proyecto debe finalizar su tramitación municipal. El concejal Calvo aseguró hace unos días que el Ayuntamiento tiene “casi listo” el plan y que lo espera aprobar en Junta de Gobierno, la que se va a celebrar. Se lo dijo al portavoz de Ciudadanos, Bosco Labrado, que preguntaba por la Proposición no de Ley presentada por IU en el Congreso de los Diputados pidiendo el bloqueo del plan para “replantear toda la operación desde cero”. IU, uno de los partidos de la coalición Ahora-Madrid, está en contra del plan. Lo ve “especulativo”. Previsiblemente, sus concejales no lo apoyarán, por lo que se necesitarán, además de los votos del PSOE, los de los concejales del PP y Ciudadanos. Esperar y ver qué se coció en verano. Qué y cómo resuelve la Junta de Gobierno. Y qué se decide en otoño.
Sabemos que la nueva planificación reduce la edificabilidad y cambia lo previsto en planes anteriores. Se ha publicado muchas veces, pero recordemos datos: Se construirán 10.510 viviendas, 6.500 menos que las previstas, además de un Centro de Negocios, y se remodelará la estación de tren de Chamartín. El grueso de los inmuebles, 7.910, se ubicará al norte de la M-30, mientras que otros 2.600 estarán al sur. Y el 20% de ellas serán de protección oficial (2.100 viviendas), el doble que las que marca la normativa. El proyecto marca la peatonalización del último tramo del Paseo de la Castellana, soterrando el tráfico rodado e integrando en un solo ámbito las Cuatro Torres y el Hospital de La Paz. Se prevé una Gran Plaza de acceso a la Estación de Chamartín, con una zona verde en la calle de Mauricio Legendre, cubriendo las vías en la colonia Virgen de Begoña, y remodelando los nudos Norte de la M-30 y Fuencarral para asumir el aumento del tráfico de las nuevas viviendas y del Centro de Negocios. Por último, se destina espacio para una nueva Estación de Cercanías. Sobre el papel todo bonito, pero los ciudadanos de los barrios no piensan lo mismo. Nadie les tiene en cuenta.
Mientras, el presidente de DCN, Antonio Béjar, crecido, aventura que habrá viviendas a finales de 2021. Su trabajo es aportar optimismo y el concurso del BBVA a un proyecto que concibió Josep Borrell para el desarrollo del Norte de Madrid. Con independencia del negocio y de los políticos, conviene que se apruebe el proyecto. En el primer trimestre de 2019, antes de las elecciones, no vaya a ser que Madrid cambie de alcalde. Porque Mauricio Valiente, concejal de IU, no fue al acto del mes de julio, y sigue la línea de Alberto Garzón, su líder, que ve el proyecto como un pelotazo urbanístico. Al acto fueron más concejales del PSOE que de Ahora-Madrid. Un síntoma. Y una advertencia. Otro que discrepa es, precisamente, el concejal de Fuencarral-El Pardo, Guillermo Zapata, el barrio más afectado por el proyecto. Su formación, Madrid 129, no está de acuerdo con el proyecto.
Con todo, Carmena quiere empezar.
