
En mitad de la mayor guerra arancelaria global y de rearme europeo, el Gobierno se dedica a incendiar el país con exabruptos y provocaciones para generar desestabilización institucional y social con la que obtener rédito electoral. El ejecutivo de Pedro Sánchez ha entrado ya en barrena, convertido en un gobierno sin credibilidad, mimetizado por las fuerzas y los partidos que le apoyan vituperando cada día todo lo que tiene a su alrededor. El asalto al Estado de derecho es una constante en la desesperada hoja de ruta del Gobierno, que igual pasa por dinamitar la separación de poderes, retorcer las leyes en beneficio partidista, amenazar a los jueces, colonizar los tribunales o intentar cambiar las reglas de la democracia. Sánchez interrumpe su embestida anti oposición para ponerse al frente y contrarrestar la irracional provocación comercial de Donald Trump en la que pide ayuda al PP. Feijóo recoge el guante, aunque acelera su ofensiva parlamentaria, autonómica y europea contra el Ejecutivo, con la promesa de un cambio de ciclo.
Gobierno en campaña y destructivo
La larguísima precampaña electoral -tanto autonómica como nacional- en la que ha entrado el Ejecutivo, se le puede hacer eterna tanto a Sánchez como a Montero con unas encuestas cada día más adversas que pretenden remontar a golpe de exabruptos, ofensas y desprecio a cuanto tienen a su alrededor. Los jueces han pasado a dictar sentencias “vergonzosas” -según la vicepresidenta Montero, que será la primera Ministra de Hacienda reprobada por el Senado– dinamitando la presunción de inocencia, mientras las universidades, incluidos alumnos y docentes, pasan a ser unos “chiringuitos” que no buscan la excelencia sino “hacer caja, en opinión del presidente del Gobierno.
Sánchez lleva años tildando de “destructiva”, «fango” y “fachosfera” a la oposición, además de pseudomedios a los profesionales y periodistas que critican su labor. Buena parte de la sociedad se pregunta cuál será el próximo colectivo en la diana del gobierno contra el que arremeter: tal vez los ciudadanos que piden su dimisión, los cuerpos de seguridad que denuncian desamparo y discriminación, los propietarios que se niegan a alquilar para protegerse de la okupacion, los docentes que piden retirar las pantallas de las aulas para mejorar la formación, o los toreros que defienden la fiesta nacional (frente al ministro Urtasun que la quiere enterrar).
Denigrar al vulgo necio
En su particular cruzada contra todo lo que se mueve o haga sombra al inquilino de la Moncloa, solo le falta denigrar al ‘vulgo’ y “hablarle en necio para darle gusto” como dejó escrito nuestro Fénix de los ingenios. Un licenciado vidriera como Sánchez –a quien ‘regalaron’ el título en la universidad privada- conocerá tan lapidaria sentencia del prolífico escritor hispano -1.500 comedias y 400 autos sacramentales- tras alternar sacerdocio y vida amorosa con 2 esposas y 6 amantes –superando a nuestro ex ministro Ábalos– con las que llegó a tener 14 hijos. El “Monstruo de la naturaleza”, como bautizó Cervantes a Lope de Vega, apostilló en su Arte de hacer comedias este lapidario tan cruel como despectivo: «El vulgo es necio, y pues lo paga, es justo hablarle en necio para darle gusto«. La moderna derecha española se pregunta qué es lo que le queda a nuestro émulo y aprendiz de Calígula, Cómodo y hasta Nerón para mantenerse en el poder.
Ofensiva de Feijóo
Así las cosas, el principal partido de la oposición ha decidido pisar el acelerador en su estratégica ofensiva contra el gobierno presionando todavía más a Pedro Sánchez en el Parlamento, el principal poder del Estado en el que el inquilino de la Moncloa se resiste a dar cuenta de su acción de gobierno y a someter las cuestiones esenciales a votación. Núñez-Feijóo está dispuesto a poner contra las cuerdas al Gobierno en lo que queda de legislatura para evidenciar la fragilidad de su mayoría frankenstein que le ha hecho perder un centenar de votaciones en apenas un año.
La ofensiva popular incluye la presión contra la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a la que su portavoz parlamentario acusa directamente de parcialidad no sólo por la forma de dirigir los debates sino, también, por obstruir sus iniciativas en el órgano de gobierno de la cámara, la Mesa, con mayoría junto a Sumar.
Movilización parlamentaria, autonómica y europea
El líder popular da por finiquitado a Sánchez, al tiempo que activa la cuenta atrás de un nuevo ciclo con la movilización de sus 743 diputados nacionales y autonómicos para ejercer un parlamentarismo contundente y la promesa de un cambio de ciclo. Su desacertada autodefinición como «gobierno a la espera» le puede pasar factura otra vez si no consigue convencer al electorado con su decálogo de propuestas políticas para acabar con la corrupción que rodea al gobierno, sus erráticas políticas de vivienda, fiscalidad, inmigración y, sobre todo, la humillación y dependencia total del independentismo, de la izquierda radical y de un fugado de la justicia cada día más cerca de retornar a España sin haber sido juzgado por el golpe de estado catalán.
Además, la estrategia de Feijóo en el tercer año de liderazgo de su formación, pasa también por Europa donde tendrá como principal aliado al nuevo canciller alemán tras su investidura en el Bundestag este mismo mes. Friedrich Merz se sumará a la guerra sin cuartel que ya ejerce el líder del principal grupo en el europarlamento, el conservador Manfred Weber que azuza una y otra vez al ejecutivo español. En su estratégica carrera para llegar a la Moncloa, Feijóo debe medir mucho los pasos, no vaya a ser que Sánchez le vuelva a robar la cartera en las urnas de nuevo tras practicar el trilerismo parlamentario.
Si el Sr. Feijóo está en ofensiva contra el gobierno, tal como titula el artículo, habrá que considerar que somos más despistados de lo que parecemos.
El PP y el PSOE con su bipartidismo impostado vienen despistando al personal desde hace años. En el 15M ya se decía: «El PSOE y el PP, la misma m….es». Y no estaban equivocados.
Se trataba -como ahora trta el artículo- de seguir distrayendo al personal de los problemas reales a que nos enfrentamos con las supuestas «izquierdas» y «derechas» que manejan las mismas manos y con los mismos objetivos.
Hay que recordar que ninguno de los dos tiene un proyecto de país. Que, tanto uno como otro están por las «agendas» distópicas impuestas desde la UE que tanto daño están haciendo a las personas. Que uno y otro son simples peones en el tablero mundial al servicio de los poderes reales…..
Están a salvar sus propios traseros aunque sea a costa de la ruina de, de la pobreza y la miseria para los de siempre. La paradójica «soberanía nacional» de la que emanan los poderes del estado, es un simple trampantojo que «vence pero no convence» a nadie. Sólo a unos cuentos despistados.
Un saludo.