Una vez descartado el entendimiento PSOE/PP, que a mi entender era lo más votado y la mejor solución para el Gobierno de España. Hay que remitirse a la próxima sesión de Investidura de Núñez Feijóo y a su aritmética Parlamentaria, mayoría absoluta en primera votación y mayoría simple en segunda votación. Para Gobernar Feijóo no necesita 176 le pueden bastar los 172 que tiene o necesitar 173 para obtener la mayoría simple en segunda vuelta.
El PSOE entendió inmediatamente el mensaje entre líneas del PNV cuando declaraba que pedía más tiempo al Rey para negociar la investidura, estaba indicando que podía abstenerse con Feijóo de candidato, el sobresalto fue mayúsculo para el PSOE y llama inmediatamente para negociar al PNV, lo que no había hecho hasta ahora. Una abstención del PNV deja al PP con 172 escaños a favor y 173 en contra, a un escaño o dos abstenciones o ausencias de la Presidencia de Gobierno para Feijóo.
El PP debe insistir por ahí, el PNV nunca votará lo mismo que Vox y lo ha dicho, lo que no ha dicho es si se abstendría ante un Gobierno monocolor del PP. El PNV desea pactar con el PSOE que le garantiza el Gobierno Vasco, pero ¿será así tras las próximas elecciones vascas? El PNV la única manera que tiene de garantizarse el Gobierno vasco, es que le teman, porque sino el PSOE no respeta nada y podría entregar a BIldu la Lendakaritza. ¿Qué hacer para que le teman? abstenerse en la investidura de Feijóo no supondría el Gobierno, pero sí un aviso al PSOE de que puede estar cerca del sí en una posible futura moción de censura del PP al PSOE, que apoyaría el PNV si hubiese sido traicionado en Euskadi. El PP debe hacérselo ver.
En esa situación a favor 172 en contra 173, solo tendría que convencer a un diputado para cambiar el voto o buscar dos ausencias o abstenciones en la segunda vuelta. Más que difícil, dificilísimo, casi imposible, pero buscar cuatro síes es imposible.
El voto es personal y las emociones y las fobias también son personales y las visiones de España son personales. En Junts es prácticamente monolítico y sería muy difícil buscar un voto por razones de política económica que en un partido conservador podría darse. ER, Bildu y BNG no hay una sola posibilidad y ninguna razón política. Pero en el conglomerado de Sumar hay muchos agraviados, el Partido de Pablo Iglesias, guarda un rencor tirando a odio al tándem formado por el Presidente en Funciones y su Vicepresidenta segunda, tras dejar fuera de las listas a muchos destacados cargos entre ellos Irene Montero y Echenique, y el distanciamiento en la política de su partido Podemos y la de Sánchez y Yolanda Díez que predomina la vuelta al bipartidismo, y en esa situación no todo es controlable.
En el mismo bloque de Sumar el comportamiento de ignorar el Valenciano en las lenguas oficiales en el Parlamento, no es la mejor medicina para sus socios valencianos. Por último en el PSOE hay muchos diputados, no solo castellano manchegos, que no están de acuerdo con otorgar la amnistía total a los delincuentes golpistas y a los dueños de la calle que abrasaron el mobiliario urbano de Barcelona y crearon el pánico en la ciudad, tampoco están de acuerdo otorgar un referéndum de autodeterminación. Si uno cambia el voto o dos se ausentan o abstienen Feijóo sería Presidente de Gobierno, es como soñar despierto, pero lo contrario es una pesadilla.
Ejemplos ha habido en la política española no a nivel Estatal pero sí a nivel Regional. En 1989 una moción de censura PP/CDS al Gobierno de Madrid del socialista Leguina no prosperó por un voto de un diputado del PP que votó en contra. En 2003 una sesión de investidura del socialista Simancas no salió adelante por la ausencia al Pleno de dos diputados socialistas, lo que se denominó el Tamallazo.
En caso de que la investidura de Feijóo quede rechazada y la siguiente elección de Sánchez como Presidente, quedaría la Legislatura mucho más abierta caso de conseguir Feijóo perder por 173 a 172 en el próximo Pleno de su Investidura.
Me gustaría saber de donde salen los 172 diputados del PP salvo con el apoyo de Vox.
Por mucho que el juego «electoral» se convierta en una forma de distraer de lo esencial (la destrucción de España y del resto de las naciones importantes y el sometimiento de sus ciudadanos a los poderes globalistas y agendas del otro lado del Atlántico) convendría no ser cómplices del mismo.
En este aspecto el autor coincide con ese capitalismo salvaje globalista: «lo ideal es la unión del PSOE y PP» que, como ya se ha dicho y repetido son la misma cosa, sus dirigentes han comido la misma papilla ideológica aberrante pero es necesario hacer creer que el tablero de juego de hegemonías se basa en el pluralismo ideológico y político.
La gran mentira es el «gran hermano» pero no nos damos cuenta. «Antes los listos estaban en las capitales y los tontos en los pueblos; ahotra es al revés» según la visión popular.
Un saludo.