Murcia: ¿Quién fue el culpable?, ¿Ciudadanos o Vox?

Rivera dio orden de no firmar lo aprobado por sus líderes regionales

José Manuel Villegas y Albert Rivera
Luis Losada Pescador
Por
— P U B L I C I D A D —

Pánico. Es la palabra que mejor describe al centro derecha español. El no acuerdo murciano destapa todas las alarmas madrileñas. ¿Qué ha pasado? Vox plantea en Murcia lo mismo que en Madrid: un documento sencillo y discutible a debatir a tres y sellar a tres. Es decir: piden no ser apestados por quienes reclaman sus escaños.

Ciudadanos Murcia se sienta en la mesa y dice estar de acuerdo con los 10 puntos en una negociación de 5 horas. El sentido común se imponía: si no tienes mayoría absoluta hay que negociar y las exigencias voxistas eran razonables. Todo parecía avanzar hacia lo importante, el sillón y el presupuesto. Pero desde Madrid se da la orden de romper las negociaciones. Investidura frustrada.

Desde Vox interpretan que fue el “eje Madrid-Paris” quien frustró el acuerdo. Desde Ciudadanos afirman que fue el ala dura de Vox quien impuso el maximalismo. Losantos sugiere que el eje Rocío-Iván impusieron agenda familiarista elevando las exigencias ideológicas. La realidad es más sencilla: el escollo no fueron ninguno de los 10 puntos. El frenazo se llama Rivera, hable francés o no.

El mismo que no quiso hacerse la foto con UPN pero firmó con el PSOE castellano manchego. Insiste en su estrategia de liderar la oposición a Sánchez. Y el que se mueva, no sale en la foto. El último CIS de Tezanos le regala un ‘sorpasso’. Increíble porque el sociólogo sanchista calcula que Vox cae a la mitad y que el PP también baja, permitiendo a los ‘naranjitos’ superar a los populares. ¿Sólo cae la participación en la derecha?

De cumplirse su sueño España tendría dos alternativas socialdemócratas: PSOE y Ciudadanos. ¿Es este el sueño del Eliseo? Unos, los socialistas, ‘tradicionales’. Los otros, ‘Ciudadanos’, los modernos de la maternidad subrogada. Los unos, ‘federales’. Los otros, españolistas por fuera pero interrogantes por dentro.

El problema es que lo relevante no es la realidad sino la realidad percibida. Y Vox ha ‘vendido’ mal la traición naranja. El calentón del pajarito en medio de la negociación no ayudó. Tratar de justificarlo, ayuda menos. El cerco mediático y la aparente parálisis de sus redes fueron la puntilla. La comunicación, idiota, la comunicación.

1 Comentario

  1. Totalmente de acuerdo con el artículo. El problema no es «Vox» que parece tener muy claro su proyecto. El problema es «C,s» que todavía andan perdidos con el suyo. ¿O es que ni siquiera es suyo? Se dicen liberales y progresistas, pero todavía no se han enterado de que la esencia liberal es la razón, no los «cordones sanitarios». «No estoy de acuerdo con tus ideas pero daría la vida porque sigas defendiéndolas». La frase se atribuye a Voltaire, pero parece ser de la escritora británica Evelyn Beatrice Hall (según aparece en un artículo de «El Mentor»). Enhorabuena por la objetividad de su artículo. Un saludo.

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