Es curioso, si en los partidos de la banda de la derecha se despluman mutuamente los gallitos del gallinero, todo sucede sin ruido ni alharacas, la prensa y los massmedia pasan por ellos con cierta discreción y precauciones. Pero si surgen conflictos por el lado de la izquierda, la prensa y los massmedia, desde los de tendencias derechistas hasta los Intermedio y demás se regodean, se despelotan, se deshacen en páginas y más páginas, chistes y más chistes, semanas y meses de dardos envenenados para los líderes y sus parejas y sus descendientes y ascendientes.
Es lo que hay, una prensa y unos massmedia vendidos al mejor postor, al que más paga… bueno, al que más promete. ¡Es lo que hay! Algunos dicen que es la prensa y son los massmedia que nos merecemos, que por dinero baila el mono.
El caso es que en Podemos, como no ocurre en ningún otro partido, las paredes y los muros son de cristal transparente, los conflictos se ventilan al aire libre, con luz y con taquígrafos, como dicen las plumas y locutores de moda…
Mientras tanto, las bases de Podemos siguen a su tarea, los dirigentes siguen dirigiendo con aciertos y errores, como ocurre en todos los colectivos integrados por seres humanos, y en el caso de Podemos sin dinero a espuertas.
Y el voto de censura triunfa en el Parlamento, y el salario mínimo sube hasta 900 euros mensuales, y los pensionistas siguen erre que erre en su cita de los lunes en las calles y frente a los ayuntamientos, y los ricos son cada vez menos en número pero más ricos, y los proletarios y la clase media se funden en un solo colectivo, el famoso y novedoso «precariado» de precarios que hoy trabajan y mañana dios dirá, si es que hay un dios que pueda remediar el desaguisado, que por eso los de Podemos no se fían y procuran combatir tantas canalladas con sus escasas fuerzas y pobres recursos.
Y muy al estilo baturro, como su secretario de organización Echenique, golpean el muro de hormigón del capitalismo con sus frentes… Y siguen empeñados en dejar en ridículo a las encuestas de los «entendidos». Y por lo bajines se van diciendo unos a otros lo del refranero que, «ladran, luego existimos», o con los modernos, «que hablen de nosotros aunque sea mal»…