El basurazo que Sánchez pretende imponer a los 8.132 ayuntamientos hispanos como excusa de la directiva europea para reducir la generación de residuos, apenas es la punta del iceberg de los impuestos que el gobierno teje y ultima con sus socios para aplicar otra directiva comunitaria que armoniza el impuesto de sociedades a las multinacionales. La reforma fiscal anunciada, y aplazada varias veces por un ejecutivo cercado por los escándalos, se pone en marcha para equiparar la tributación del diésel y la gasolina, imposición del IVA a los pisos turísticos, extensión del impuesto a la banca por tiempo limitado, subida del IRPF a las rentas del ahorro superiores a los 300.000 euros y un nuevo tributo sobre los cigarrillos electrónicos. No así el impuesto extraordinario sobre las energéticas, que decae.
Ingresos tributarios y presión fiscal, récord
A ello se suma una presión fiscal en España que se sitúa en máximos históricos y por encima de la media de la Unión Europea, junto a unos Ingresos tributarios récord en 2022 y 2023, muy superiores al crecimiento del PIB. La recaudación superó los registros históricos, cifra que se pretende incrementar, ya que los ingresos tributarios de 2023 superaron los de 2019 en casi 50.000 millones de euros, esto es, un 23,4% de incremento, mientras en el mismo periodo el PIB se incrementó un 11,5%.
La fiscalidad (ingresos tributarios/PIB) del 42% del PIB, por otro lado, supera el promedio de la UE (41,7% con datos de 2021) y coloca a nuestra país en la posición 34 de los 38 países analizados de acuerdo con el índice de competitividad fiscal, según el informe del Instituto de Estudios Económicos. La Comisión Europea, por su parte, también certifica que España es el país de la UE en el que más sube la fiscalidad y el único donde se aplica el impuesto de Patrimonio. El informe anual sobre tributación relativo a 2024 certifica el “aumento más significativo producido en España”, con un incremento de 2,9 puntos porcentuales, seguida de Chipre, (2,4 puntos), Grecia (1,7) y Portugal (1,5).
Las subidas de impuestos, según IEE, tienden a prolongar las crisis y ralentizan la vuelta al crecimiento y la senda de reducción de la deuda pública. En España la mayor proporción recaudatoria procede de las empresas, muy superior a la media europea, ya que el porcentaje de los ingresos públicos que aportan respecto al total, es del 32,5%, mientras la media de la Eurozona es del 23,9%. Con relación al PIB, la presión fiscal empresarial es del 10,8% del PIB, frente al 10,2% del promedio de la UE.
Basura, IBI para contrarrestar y
Hasta ahora, la mayoría de los municipios asumían una parte del coste del tratamiento de los residuos que generamos. El recibo de la basura solo cubría una parte de su gestión, hasta que la Unión Europea, siguiendo sus políticas de medio ambiente, ha impuesto la directiva que pide a los gobiernos la implantación de medidas para reducir la generación de residuos y reciclar el 50% de la basura que producimos, en 2030. Para compensar el ‘tasazo’, no pocos ayuntamientos han comenzado a bajar el IBI como alternativa para paliar la subida. Tal es el caso de Madrid, que compensa el 90% de una subida de 141 euros y hasta 310 para inmuebles de uso comercial, tras rebajar el Impuesto de Bienes Urbanos del 0,442% al 0,428% , así como otros municipios de Andalucía o Valencia, cuya capital ha aprobado una bajada fiscal para 2024 de 70 millones, reduciendo el IBI al 99% de la población.
En su desesperada estrategia, siquiera para presentar los Presupuestos de 2025, el Gobierno mantiene la negociación con sus socios a cambio de nuevas prebendas, mientras el sector se rebela contra el “impuestazo” a la banca que la primera entidad del país denomina irónicamente la “tasa CaixaBank” y advierte de que un posible recurso por la doble imposición que afecta sus accionistas, entre ellos el propio Estado.