
Entramos en la semana clave. Empieza el futuro. Juicio al Procès y debate de Presupuestos. El futuro sobre dos patas. Pero con intereses distintos. Muy distintos. Tenemos a Sánchez, presidente del Gobierno de España, al que sólo le interesa mantenerse en el poder. En Moncloa. Agotar la legislatura hasta el límite. Durar, permanecer. Y cuando sople el viento a favor convocar elecciones generales. Pero lo más tarde posible. Por si acaso. Quiere llegar al 2020, al 3030 ó al 5050. A lo máximo. La otra pata la tienen los independentistas. Quieren negociar, seguir dando guerra, aparentar que son fuertes y decisivos. De ahí su enmienda a la totalidad de los Presupuestos. Dice Gabriel Rufián que “el problema catalán no es lo mismo verlo desde Madrid que desde Barcelona”. “No podemos votar los Presupuestos a favor mientras se juzga a los presos del Procès”, añade. Tienen que hacer su papel, pero que siga Sánchez.
Volvemos a estar en el punto de partida. Negociación. Sánchez y los independentistas quieren negociar, o al menos que se vea que lo intentan. Presentó ERC la enmienda a los Presupuestos y Tardá no tenía piernas para atender a todas las televisiones. Que se vean. Que se note. Ahí están peleando. Lo quieren todo. Incluso la autodeterminación, como apuntan en los 21 puntos de Torra.
¿Hasta dónde llegará Sánchez? De momento acepta un ‘relator’. Otro gesto a favor del independentismo visto que la enmienda va en serio. ¿Se está poniendo Sánchez de rodillas? No se sabe, pero sí lo parece. O lo aparenta, vaya usted a saber la idea que se pasea por su cerebro. Porque nos puede sorprender. Como por ejemplo con la concesión del referéndum para la autodeterminación. No lo pasemos por alto. De momento tenemos que ya ha aceptado un ‘relator’. Y Elsa Artadi se ha dado prisa en mandarle una lista de seis nombres. Sí, seis. Para que elija. ¡Cuidado! Cuatro no son españoles. Hay un irlandés del Sinn Féin, un holandés… y en minutos se conocerán las otras identidades. Por un lado, va rápido el independentismo. Por el otro, aumenta el cabreo en el PSOE. Gran cabreo.
Esto del `relator` viene a poner la guinda a la semana crucial del futuro de Sánchez. No se sabe muy bien qué es y para qué sirve. Parece un truco, una argucia. O mejor, un notario, un mediador con capacidad de unir a las dos partes. Es un interrogante. Porque no deja de ser un intermediario entre el Gobierno y una Comunidad Autónoma. Oiga, no se ha visto otra. Que el Gobierno central tiene que recurrir a intermediarios para dialogar con un gobierno regional. No sé si nos hemos enterado bien. ¿Ya no hay jerarquía de Estado? Desde que un servidor recuerda no se había visto nada igual. ¿Hacia dónde nos lleva Sánchez? Es capaz de hacer que el Estado se arrodille. Ya lo está haciendo, no nos engañemos. Y el independentismo le tiene tomada la medida.
Sánchez está pagando un alto precio por sus concesiones. Demasiado alto. Y sin sacar ventaja. La ventaja la sacan los indepes. Porque los Presupuestos, aun siendo importantes, no tienen el inmenso valor que se les quiere dar. Puede seguir sin ellos. Eso sí, por poco tiempo. Y Sánchez quiere mucho tiempo. Quiere perpetuarse, como Maduro. De ahí el empeño de dialogar con Quim Torra, el President, para colocarse la medalla de pacificar Cataluña. Pues PDeCAT y ERC exigen imposibles, señor Sánchez. Levántese, deje de poner de rodillas al Gobierno y al Estado.
Esta sumisión de Sánchez al Independentismo trae de cabeza al propio PSOE. Tiemblan los barones ante las próximas elecciones por el castigo que van a recibir. Y está provocando una división dentro del propio partido. Puede romperse. Con Felipe González a la cabeza, que ya es decir. Todo va a peor. Y no ha empezado el juicio. La que nos espera cuando empiece.
¿Y Sánchez y su Gobierno no lo ven? Los ministros, excepto la vicepresidenta, están desaparecidos. Y Sánchez no da el nivel. El precio a pagar será muy alto. Pero lo pagaremos todos, como siempre. Porque no se ve una salida ‘política’ a la crisis catalana. Y lo que está consiguiendo es meterse en una crisis de partido y un alejamiento de la sociedad española. Sin discurso y sin apoyos. Las elecciones se lo van a confirmar. Está consiguiendo el rechazo. Si tuviera apoyos convocaba ya elecciones generales.
Hasta hoy las reuniones entre Madrid y Barcelona no han servido de nada. Absolutamente han sido un fracaso. Con el gobierno de Rajoy y con el de Sánchez. Nada de nada. Ahora empieza el juicio. El independentismo quiere un referéndum de autodeterminación. Y que el ejecutivo de Madrid presione al Poder Judicial para retirar los cargos de rebelión y sedición. Si queda en conspiración la pena es de siete años y medio. Luego es más fácil pedir el indulto. Lo van tramando. Juicio y Presupuestos. Empieza el futuro. Con negros nubarrones en el horizonte.