Estaba cantado que en algún momento llegaría el hachazo al sistema de pensiones. Ni el famoso ‘colchón’ evitó que el sistema entrara en déficit. Y subiendo. Porque los nuevos pensionistas cobran pensiones más altas y los nuevos trabajadores cobran salarios más bajos. No hay que ser un experto actuario para concluir que el sistema sólo tenía una solución: el hachazo.
El ministro lleva meses amagando sin dar. Hasta que este jueves se ha desmelenado. La fiesta la pagarán los ‘baby boomers’. Por haber nacido cuando no debían. “O trabajan más o cobrarán menos pensión”, dijo el ministro. Para que todo el mundo se entere.
¿Por qué ese ensañamiento con esa generación? Porque es la más numerosa, nada menos que 11 millones de personas. O se para la sangría con ellos o el ‘tsunami’ arrasa con todo. El problema es que nadie se atreve a contar la verdad: que el sistema está quebrado, que es insostenible y que los actuales parches sólo posponen el problema.
Y el problema se llama natalidad. El sistema de pensiones fue un invento de Bismarck para controlar mejor a sus ciudadanos. El sistema tradicional es que los padres cuidan de los hijos cuando son pequeños y los hijos cuidan de los padres cuando son mayores. Un sistema natural que producía problemas: ¿que pasa con las parejas estériles?, ¿qué pasa si los hijos en su libertad se convierten en irresponsables?
Bismarck socializó la solidaridad intergeneracional: todos los hijos cuidarían de todos los padres. Y el sistema funcionó muy bien en una sociedad con una elevada natalidad y con una esperanza de vida de 67 años. Es decir, el sistema sólo se ocupaba de los padres durante dos años.
Pero ocurre que la esperanza de vida -gracias a Dios, la alimentación y la higiene- se ha prolongado. Y que la natalidad se ha derrumbado sin que a nadie parezca preocuparle demasiado el principal problema de la nación: la ausencia de nuevos nacionales. Y con estos mimbres no hay manera de cuadrar el sistema. Con el agravante de que los que contribuyeron exigen sus derechos. Nadie quiere ser el ‘pagafantas’ de la fiesta.
Y en este juego de las sillas, Escrivá apaga la música y los ‘baby bommers’ se quedan scon la brocha en la mano y sin silla. La patronal lo califica de “desafortunado”. Y los sindicatos también lo critican: son la base fundamental de su afiliación. Veremos a ver cómo se le pone el cascabel al gato.
La solución a corto es financiar el déficit con impuestos. Más deuda. En el océano de deuda actual no se nota demasiado. Pero el último, que apague la luz…
El anzuelo del pescador
- El Supremo dice NO. El Alto Tribunal rechaza el recurso presentado por Mas y otros 7 contra las penas de 4,9 millones de euros impuestas por el Tribunal de Cuentas por el referéndum del 9 de noviembre de 2014. La malversación se pena.
- Relevo real. La princesa Leonor acudió este jueves a la entrega de premios princesa de Girona y habló sobre la juventud, la creatividad y el emprendimiento. Y lo hizo en catalán y español. Buen guiño de la corona. Hay relevo real.
- Acuerdo fiscal de la OCDE. Acordaron una fiscalidad societaria mínima del 15% con el objetivo de que las multinacionales y las plataformas digitales no aprovechen los huecos nacionales para evitar la fiscalidad.