La alcaldesa de Barcelona y el genocidio

Serralaitz
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— P U B L I C I D A D —

La señora alcaldesa de Barcelona se ha permitido calificar la fiesta del 12 de octubre como una celebración de un genocidio. Se ha venido repitiendo ese «sambenito» desde los tiempos en que, después de dar a esta fecha el nombre de Día de la Raza, se cambió por el de Día de la Hispanidad, para finalmente aterrizar en la actual denominación de Día de las Fuerzas Armadas.

O sea que seguramente acierto al interpretar que Ada Colau califica la colonización de América por los castellanos (téngase en cuenta que los súbditos del Reino de Aragón no participaron en esa colonización) de genocidio. O sea que, viniendo de Barcelona, este calificativo afecta exclusivamente a los españoles del Reino de Castilla.

No estaría de más recordarle a doña Ada Colau, cuyos paisanos catalanes tuvieron una gran participación en la colonización de Cuba en los últimos años de dicha colonización y los de la guerra de la independencia de esta isla, que de alguna manera ellos también participaron del «genocidio» mencionado.

La colonización de América dio lugar a unas Leyes de Indias que protegían y defendían a los nativos americanos de los abusos de los conquistadores, dictadas por Isabel la Católica y los Austrias, y de este movimiento de defensa de los aborígenes de América surgió en Salamanca toda una escuela de Derecho internacional, rama del Derecho que hasta entonces no existía en la cultura europea.

Cabría también recordarle a doña Ada Colau que el primer impulsor de esta corriente de defensa de los indios se llamaba Bartolomé de las Casas, y que muchos dominicos castellanos siguieron sus pasos a lo largo y ancho del continente americano, y también invitarle a ver la película sobre las Reducciones del Paraguay.

Difícilmente, en muy escasas ocasiones, la colonizadora Inglaterra, o Francia, o los Estados Unidos se ensañan en auto flagelarse y torturarse recordando y llorando sus genocidios. Hoy mismo Occidente, mejor dicho las potencias que mandan en Occidente, practican el genocidio en el Oriente Próximo y Medio, y en USA se asesina impunemente a ciudadanos de raza negra…

Pero es nuestro sino, en esta Piel de Toro tenemos tendencia al «masoquismo» nacional, a quemar nuestras propias banderas…o quizá las del vecino de al lado. Y uno no querría pasarse de patriotero. Pero todo tiene sus límites y sus medidas, y no podemos renunciar a nuestra legítima «autoestima»…

Parece un tanto injusto calificar la colonización de América por los castellanos rotundamente de genocidio. Por lo menos, doña Ada Colau, podría matizar un poco más y hacer un balance más o menos veraz y justo de los valores y contravalores de nuestra colonización.

Uno podría elogiar seguramente sus logros y sus decisiones en el terreno de la política municipal del actual Ayuntamiento de Barcelona. Pero esta vez, metiéndose en temas de historia y de ámbito estatal, con todos mis respetos, creo que Ada Colau se ha pasado varios pueblos…

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