Muchos éramos los que advertíamos que las elecciones las carga el diablo, y que en situaciones de inestabilidad puede haber sucesos que cambien las intenciones de voto. Parece que las previsiones del PSOE se complican, y su pretendida intención de incrementar su fortaleza se pone en duda.
Después de los sucesos de Barcelona post-sentencia, el voto centrista desmovilizado parece despertar, el voto del bloque de izquierdas tiende por el contrario a la baja y el resultado puede convertirse en que ninguno de los dos bloques obtenga mayoría absoluta y por tanto, tengan que depender del voto nacionalista y separatista, y desde luego no es el momento en el que se pueda uno someter al chantaje.
Haciendo un análisis de los partidos, al PSOE le ha perjudicado la falta de seguridad que han transmitido al conjunto de los españoles, la seguridad es el principal valor para la mayoría de los ciudadanos, y los alborotos, algaradas y agresiones habidas conducen a algunos de sus votantes a un giro al centroderecha o a la abstención.
A España suma, no se le ve con tirón, porque los ciudadanos no vislumbran su necesidad, lo ven como un oportunismo de Errejón que daña a la izquierda, no aporta nada nuevo salvo una sigla más que dispersa el voto, y no debemos de olvidar que el voto fijo de los comunistas está en IU, y éstos van en coalición con Podemos. Por lo tanto salvo algún escaño aislado en Madrid, Valencia y poco más, lo único que hará será restar. Ni Carmena, ni muchos de sus fieles le apoyan ya.
Podemos aunque poco, desciende por la pérdida de votos a Más España, y la Ley electoral, castiga mucho estos pequeños descensos. De cualquier forma aguantará mejor de lo esperado las elecciones del 10N.
Ciudadanos será incógnita hasta el final, descenderá seguro, pero la crisis catalana ha frenado su descenso y además el voto abstencionista de sus últimos votantes, empieza a sentir la necesidad de participar, la campaña de Rivera y Arrimadas será fundamental para tratar de movilizar a su electorado.
El PP crece indudablemente y crece de todos los segmentos, de su derecha, del centro, e incluso de la izquierda moderada, puede ganar el Senado y quedar cerca en el Congreso, está haciendo una campaña de moderación, que le puede llevar mucho voto útil a su derecha, porque mucho voto de vox, se fue por que el PP no era alternativa, y ahora si se dibuja esta en el horizonte.
Vox, tiene más votos en las encuestas que en la realidad, debido a que en sus votantes muchos son de voto ultra-decidido, y el estudio de los indecisos puede darle más intención de voto que voto real.
Los nacionalistas y regionalistas mantendrán sus resultados y seguirán siendo el fiel de la balanza de los dos bloques.
Consecuencia de los resultados, se perderá seguro la posibilidad de un gobierno con mayoría absoluta PSOE-Ciudadanos. Y las posibilidades de bloqueo serán mucho mayores. Entonces nos queda la solución izquierdas y secesionismo, que no creo que Sánchez si no quiso en Julio antes de la sentencia, menos va querer ahora después de los incidentes violentos de la semana en Barcelona y otras capitales catalanas como respuesta a la sentencia al Proceso.
¿Entonces qué? , pues bloqueo y nuevas elecciones o grandes pactos. Creo que en ese caso ha llegado el momento de los grandes pactos, y tendríamos dos posibilidades; la Gran coalición PP-PSOE, que tendrá mayoría absoluta en Congreso y Senado, acostumbrados ambos a gobernar, y con al menos regionalistas y PNV, que si que han negociado y acordado con ambos, habría Gobierno, tendríamos Presupuestos, se incrementaría la seguridad y se garantizaría la gobernabilidad hasta la posibilidad de cuatro años.
En Alemania ha funcionado, pero allí había y hay un triunfo claro de la derecha, aquí podría darse un empate técnico, que dificultaría la elección de quien Preside el Gobierno. Además, ambos partidos podrían tener pérdidas de votos a futuro, lo que les hará tener más dudas. También se podría apostar por un Presidente neutral que condujese el Gobierno, pero esto podría ser por un periodo corto de plazo, y después a elecciones.
La gran oportunidad estaría en una coalición constitucional PP/PSOE/C’S, que no solo tendría mayoría absoluta, sino que tendría la mayoría de 2/3 para poder realizar reformas constitucionales.
No creo que nacionalistas e independentistas apoyaran reformas a la Constitución que no les fueran muy favorables y por ello la Gran coalición PP/PSOE podría no llegar a los 2/3 necesarios.
Si se produjese la gran coalición constitucionalista, si se podría modificar la Constitución, y una vez acordada y refrendada por el pueblo se adelantarían las elecciones para que las nuevas Cortes aprobasen la reforma.
Sería más fácil negociar un Presidente neutral que dirigiese un proyecto reconciliador, como lo hubo en 1978, y que nos llevase a una soñada y prospera nueva etapa, lo que muchos llamamos una segunda transición. Todos hemos visto como no es necesario ser diputado para presidir el Gobierno, Sánchez no era Diputado pero su partido le presentó como candidato en una moción de censura. Un prestigioso independiente podría ser presentado por los tres partidos a la investidura como Presidente de Gobierno.
Los tres partidos aportarían, la suficiente extensión en el mapa político español, en un amplio espectro sociológico y con la capacidad demostrada durante años en Gobierno y diálogo. Se conjugarían políticas de desinflamación, con políticas de seguridad y habría un ofrecimiento claro de una segunda oportunidad de convivencia a todos los españoles. Además se podrían abordar la problemática de la sucesión en el Reino, con igualdad de derechos entre hombre y mujer. Y blindar temas sociales en la carta magna como las pensiones. Las urnas dirán si es posible.