“El Gobierno debe restablecer en Cataluña su autoridad en todo lo que le compete, manteniéndose estrictamente dentro de la ley”. “No puede admitirse que la autonomía se convierta en un despotismo personal, ejercido nominalmente por Companys”. Estas palabras pronunciadas por Manuel Azaña el 31 de mayo de 1937, en plena Guerra Civil, reprendían la actitud de Lerroux por haber convertido en “mártires de las libertades a unos simples políticos fracasados”. Este mismo discurso podría extrapolarse a la situación actual, cambiando Companys por Puigdemont.
El chapucero pleno del referendum del Parlament de Catalunya, que incluye las maniobras antidemocráticas de la presidenta Carme Forcadell. La susodicha ha modificado arbitrariamente las normas de juego de la institución y, ha demostrado una vez más su deficiente rigor democrático, a la vez que ha puesto en evidencia su escasa talla para ostentar tan importante representación. Forcadell rebatía las quejas que exponían desde la oposición, utilizando argumentos sectarios y poco serios, más propios de una lideresa asamblearia, que de una presidenta que debe ser imparcial… o al menos parecerlo.
Forcadell ha pedido la recusación de los magistrados del Tribunal Constitucional (TC) porque «se han convertido en una extensión más del gobierno del Estado y han perdido toda legitimidad», En su delirio, ha acusado al TC de «falta de imparcialidad” (¡precisamente ella!) Lo más curioso de esta recusación es el hecho de hacerlo de forma genérica y no por una causa concreta, lo cual lleva implícito que sea rechazado por defecto de forma. Hay que estudiar más Carme, o al menos asesórate por gente profesional.
La presidenta ha desestimado exponer por escrito la normativa por la que se iba a regular el pleno y ha rechazado que se someta la ”ley del referéndum” ante el Consell de Garanties Estatutàries, un organismo independiente que forma parte de la propia cámara. Es precisamente este consejo recientemente renovado y que es nombrado por la mayoría parlamentaria independentista, quien ha elaborado un dictamen rubricado unánimemente, argumentando que no se dan las condiciones y garantías suficientes para tramitar las leyes de desconexión. Antoni Bayona i Rocamora, letrado mayor del Parlament de Cataluña, se ha negado a tramitar la ley del referéndum catalán, secundado por el secretario general, Xavier Muro. El primero ha dado orden a sus funcionarios de no intervenir en ningún proceso, hasta el punto de que han tenido que ser los propios diputados de Junts pel Sí , los que han subido a la web del Boletín Oficial del Parlament la proposición de ley sin la firma del letrado, lo que invalida todo el proceso. Además, Bayona y Muro han elaborado un informe argumentando por qué es ilegal tramitar la ley, pero la presidenta ha preferido dedicar su atención en mirar hacia el Monumento a Rafael Casanova y suspirar por la próxima Diada del Sí.
Puigdemont por su parte, salió en defensa de Artur Mas, invocando el estado de derecho, si, el mismo que él vulnera sistemáticamente, para denunciar la persecución al ex president, y otros ex altos cargos. Mas por su parte considera que la fianza que pide el Tribunal de Cuentas por el 9N a él, a Joana Ortega e Irene Rigau, les deja “absolutamente sin nada”. Digo yo que con esta afirmación, nos quieren decir que al menos entre los tres, tienen los cinco millones y pico que le imponen de fianza. El 3% por lo que se ve, ha funcionado generosamente. Francesc Homs, otro conseller implicado, ha opinado que Franco también vestía las cosas de legalidad. Ahora entiendo en quien se han inspirado PdeCat y la CUP para sus leyes de cartón-piedra. Tal vez lo siguiente será convertir la masía de Jordi Pujol, en el Pazo de Meirás con Marta Ferrusola al frente, en su papel de madre coraje. Que se hayan ciscado en la Constitución, en el estado de derecho y en los principios democráticos, por lo visto, no cuenta. Pronto veremos poner en marcha el crowdfunding de la barretina, para pagar la fianza al más puro estilo Lola Flores, cuando su célebre fraude a hacienda.
Que el referéndum se pretenda hacer un 1 de octubre, una fecha tan cercana a aquel 6 de octubre, cuando en Lluís Companys proclamó la República de Catalunya, no es una simple coincidencia. En aquellos días, la Guardia Civil, que también estaba bajo el mando de la Generalitat, no se sumó al golpe, y en el caso de la Guardia de Asalto (la policía de la época), la otra fuerza del orden, solo lo hizo una minoría. El primer ‘Estado catalán’ duró 11 horas y acabó con el Govern entre rejas ¡oído cocina!
Con respecto a Miquel Badía, el famoso ‘capitán Collons’, otro de los organizadores del golpe de Estado de Companys, este había sido hasta unos días antes del golpe, jefe de la Comisaría de Orden Público de la Generalitat, jefe de los Mossos, Guardia Civil y Guardia de Asalto, pues según el Estatuto de Autonomía de 1933, se otorgaba a la Generalitat la competencia sobre todas las fuerzas del orden. Badía que había sido apartado del cargo por corrupción, no renunció a la gloria del golpe. Se había reservado liderar los Escamots, la organización armada de las juventudes de Esquerra Republicana. El papel de esta fuerza paramilitar, era tomar las calles en nombre de la independencia catalana, enarbolando la estelada. Bajo el mando del “capitán collons” y junto con los Mossos, dieron la batalla en la plaza de la República y después en el ayuntamiento, con el trágico resultado de 46 muertos. Parece que este luctuoso suceso ha servido de inspiración a Victoria Prego para publicar un artículo donde dice:” les bastará con enfrentamientos callejeros y les sería muy conveniente que hubiera víctimas de diversa consideración… y me atrevo a decir que tampoco les importaría que hubiera algún muerto”. Flaco favor hace la veterana periodista con este texto tan poco oportuno y tan incendiario, que solo fomenta la crispación y alienta argumentos separatistas. Tampoco la actitud de García Albiol favorece la concordia dando muestras de su talante que tanto gusta a la caverna mediática. A Gerardo Pisarello, argentino de origen y número dos de Ada Colau, escritor, doctor en derecho y profesor de derecho constitucional en la Universidad de Barcelona, que ha defendido un “Sí crítico”, el ex alcalde de Badalona le ha atacado diciéndole que “debería ser más agradecido al país que le ha acogido y dado una oportunidad” tratándolo como si de un mantero a los que tanto desprecia el actual presidente del PP catalán, se tratase.
No sabemos el papel que jugará el 1 de octubre Josep Lluís Trapero mayor de los Mossos de Escuadra cuando tenga que tomar la decisión de acatar órdenes contradictorias. Como servidor público, debe cumplir y hacer cumplir la ley y el referéndum, es a todas luces un hecho ilegal tal y como sanciona la Constitución. Los que no reconocen a los tribunales españoles, siendo ciudadanos de España mal que les pese, se sitúan al margen de la ley y deben atenerse a las consecuencias legales y penales. Los funcionarios, tampoco van a arriesgar su futuro por seguir a quienes juegan al Monopoly de las leyes. Las urnas ciertamente son un icono de la democracia, pero cabe recordar que en la época de Franco también se sacaron las urnas para votar procuradores en cortes por el tercio familiar. Democracia orgánica le llamaban a aquello los mamporreros del régimen. No amigo Puigdemont, las urnas no dan legitimidad por sí mismas a cualquier acto.
Trapero está en la encrucijada, más que le pese. Este hombre de rostro impenetrable, un día cogió la guitarra en la cena de gala de los Mossos, y vestido de comisario, delante de todos, cantó Paraules d’Amor, de Serrat. Un año después, se le volvió a ver con la guitarra en Cadaqués, acompañado entre otros por el actual presidente de la Generalitat. Lucía sombrero de paja, camisa hawaiana, y tocaba la misma canción. Ahora no permitirían cantar esa canción aquellos que reparten carnets de catalanidad, reniegan de Serrat, de las entrevistas de Jordi Évole y de las ocurrencias de Javier Sardá, pues los tres, no son personajes de culto para los del procés solo faltan que los acusen de madridistas. Todo llegará Bartomeu, ni se te ocurra invitarlos al Camp Nou.
Pero no quiero dejar de aludir a una de las frases del día. Soraya Sáez de Santamaría ha dicho en relación con lo ocurrido en el parlament que: “he pasado la mayor vergüenza democrática de toda mi vida”. Tal vez no se acuerda del registro de la sede de Génova, de la financiación ilegal del PP y los muchos intentos Fiscalía incluida, de dinamitar las investigaciones sobre Gürtel, Púnica, Lezo… ¡Vergüenza ajena me ha dado al oírlo!