Con el buen tiempo la terraza de mi bar favorito está más agradable. Mientras el dron-mayordomo PAAF revolotea sentando a los clientes, ANDREA y SAM, los eficaces androides-camareros, sirven copas y aperitivos adivinando correctamente con sus algoritmos lo que deseamos los clientes. Mi sobrino Evaristo está preocupado.
—El Partido Socialista Francés (PSF) ha optado por un suicidio programado.
— Es que antes le han herido de muerte.
— Cierto, admite Evaristo. Anne Hidalgo, su candidata presidencial, solo consiguió un 1,7% de los sufragios.
“Quiso pasar de Paris, donde es una Alcaldesa razonablemente popular, a toda Francia y se pegó un patinazo monumental”, precisa ANDREA sirviendo nuestras copas y los aperitivos que deseamos.
— Las capitales suelen ser cosmopolitas, señalo, pero no representan al conjunto del sentir nacional. Ayuso y el PP debieran saberlo, también.
—En un medio español favorable al Gobierno esperaban ilusionados que la izquierda a la izquierda del PSOE se aglutinarse en Andalucía como en Francia, indica Evaristo.
“No es lo mismo”, interviene SAM al dejarnos más aperitivos. ”En Francia el PSF se entrega a Mélenchon, extrema izquierda francesa, que sacó un 22%, casi como Le Pen. En Andalucía, el PSOE mantiene su identidad. Se juntan los de la extrema izquierda para quitarles votos a los socialistas”.
—Por ahora, dice Evaristo, en Andalucía la extrema izquierda se ha comido los plazos y Podemos ha quedado fuera de esa coalición y de las elecciones por no registrarse a tiempo. Veremos que trampas a la Ley son posibles para remediarlo. En Francia, esta rendición del PSF a Mélenchon ha provocado mucho revuelo.
—Ya, respondo. Unos se han ido; otros se han rendido encantados; otros resignados; y los hay que resisten …
“¿Es el fin de la socialdemocracia francesa a manos de sus podemitas?”, pregunta ANDREA al pasar junto a nuestra mesa.
—No lo dudo, afirma con convicción Evaristo. El PSF no tiene un billete de vuelta al centro izquierda ni al europeísmo.
—Yo creo, señalo, que la izquierda moderada se abstendrá o, en buena medida, entregará su voto al partido de Macron que ya se ha vuelto más ecológico tras la elección presidencial y ha cambiado de nombre: Renacimiento. Macron, además, intenta reunir a los moderados de todo tipo con una coalición electoral europeísta bautizada “Enssemble”, “Juntos”.
—Los nombres de los partidos franceses me desconciertan, refunfuña Evaristo: La Francia Insumisa; Los Republicanos; Agrupación Nacional; MoDem; Renacimiento; Juntos …
“Para el PSOE no es una buena noticia ni un buen ejemplo”, asegura SAM, ignorando el comentario de Evaristo mientras rellena nuestras copas.
— Se frotarán las manos Belarra e Iglesias al que Luis María Anson pone recientemente por las nubes, asegura mi sobrino.
— Un mayor motivo para desconfiar de Iglesias, abundo. La derecha antisocialista encumbra siempre a la extrema izquierda para hacerle la pinza al PSOE.
— Tampoco una buena noticia para la Unión Europea añade Evaristo, porque Mélenchon es antieuropeo.
—¿Cómo se puede ir a más Europa con una Francia en la que un 60% votó en la elección presidencial a candidatos antieuropeos?, pregunto alarmado.
“Pues es la única solución”, afirma PAAF con su acento francés mientras nos cobra. Nos vamos sin poder yo quitar de mi mente este comentario. “Átame esa mosca por el rabo”, mascullo a un Evaristo desprevenido. En otra onda, mi sobrino me enseña un video con aviones militares rusos volando sobre la Plaza Roja de Moscú en formación “Z” mientras comenta con desprecio:
— “Putin celebra hoy como victoria su derrota en Ucrania”.
—A ver como para esta locura, respondo, pero, añado, este 9 de mayo es para los europeos el “Día de Europa”. Soñemos con una Unión Europea Federal.
