La historia arranca el 6 de febrero, un vertedero gestionado por la empresa Verter Recycling 2002 en Zaldívar, localidad fronteriza con Guipúzcoa y Éibar, se desplomó sobre la autopista Bilbao-San Sebastián y enterró a dos trabajadores, cuyos cuerpos no han aparecido todavía hoy. El desplome dio lugar a incendios que se repetían y repiten entre los escombros, y cantidades importantes de amianto, dioxinas y furano, productos altamente tóxicos.
Ante el evidente peligro que este hecho suponía para los más de 50.000 habitantes de un radio de 20 kilómetros. Los medios informativos locales y de Euskadi levantaron la voz, y tras ellos toda la prensa estatal.
Los trabajos de retirada de los desprendimientos continúan, pero todavía no han sido encontrados los cuerpos de los dos operarios enterrados.
Mientras tanto se ha producido un tira y daca entre la empresa titular del vertedero y la Administración vasca, que se culpan mutuamente del desastre, mientras la ciudadanía, tal como aparece hoy en una nota hecha pública en el diario digital www.durangon.com se acusa a unos y otros de una gestión descuidada del vertedero en cuestión, y se piden responsabilidades por lo ocurrido, mientras se denuncia que el tratamiento de los vertederos de toda la comunidad vasca están siendo mal gestionados todos por igual. Órganos de prensa de aquí y de allá protestan porque los medios informativos están dando día a día una imagen positiva y feliz de esta comunidad autónoma. Mientras algunos alegan que las autoridades de Euskadi rechazaron la oferta de ayuda del Ejército, desde el Gobierno Central se asegura que nadie ha solicitado la ayuda y colaboración del Ejército.
El documento firmado por un colectivo durangués «Plataforma para la calidad del aire» en el diario digital citado anteriormente reclama mediciones frecuentes de las dioxinas y furano, elementos altamente tóxicos que parecen desprenderse de los incendios que se producen cada dos por tres en el vertedero de Zaldívar. Y protesta por la falta de atención que se ha tenido con los dos operarios y su búsqueda, y con las familias de los mismos.
Son consecuencias de un desarrollo industrial y una actividad en la que el País vasco es destacado dentro del Estado, pero al parecer descuida los cuidados necesarios para salvaguardar los derechos de sus ciudadanos en cuanto a su salud y seguridad.
Ahora, descubierto el «veneno» que ocultan los materiales retirados del vertedero de Zaldívar, el Gobierno vasco busca un lugar fuera de Euskadi para alquilarlo y sacar de su territorio los escombros.
A lo mejor habrá que hacer como los USA y otros, que llevan sus porquerías al Tercer Mundo….