Las elecciones europeas para elegir una Eurocámara de 720 escaños giraran aún más a la derecha, en un Parlamento donde populares y socialistas siguen perdiendo peso en favor de las derecha extrema en hasta nueve Estados de la Unión. Paradojas políticas, los partidos antieuropeos serán primera fuerza en nueve países (Austria, Bélgica, República Checa, Francia, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia y Eslovaquia), y segundos o terceros en otros tantos (Bulgaria, Estonia, Finlandia, Alemania, Letonia, Portugal, Rumanía, España y Suecia). En el caso de España, la mayoría de sondeos sitúan al PP como primera fuerza (con casi el doble de escaños hasta 22-23), seguido de cerca por el PSOE (20-21) y un tercer lugar para VOX con 7 diputados (el doble que en 201).
Mas de 450 millones de compatriotas de la UE votan también para designar una nueva presidencia de la Comisión Europea para el próximo quinquenio, además de constituirse como el nuevo poder legislativo comunitario que compartirá con el Consejo de la Unión. Proporcionalmente, los países de mayor población tienen la mayor representación. Tal es el caso de Alemania, con 96 diputados; Francia, 81; Italia, 76; España, 61 y Polonia, 53, seguidos de Rumania (33), Países Bajos (31) y Bélgica (22).
Los sondeos del Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores (ECFR) pronostican que los grandes ganadores serán los “populistas de derecha», y en concreto el grupo Identidad y Democracia (ID), que ganará 40 escaños y se quedará en 98 diputados, convirtiéndose en el tercer grupo en la Eurocámara por delante de los liberales. El PPE retrocedería de los 178 escaños actuales a 173, mientras que la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) descendería también de 141 a 131. Semejante panorama refleja el largo declive del apoyo a los partidos convencionales y un creciente respaldo a partidos extremos y más pequeños de Europa, cuyo resultado es una creciente fragmentación tanto a nivel nacional como europeo.
Auge de Le Pen y Meloni, y encrucijada de Von der Leyen
La clave de los buenos resultados para la derecha extrema estará de nuevo en Francia (con el partido de Marine Le Pen como primera fuerza), Alemania (con Alternativa para Alemania segunda), Países Bajos, Polonia, Portugal e Italia, donde el partido de la primera ministra Meloni (Hermanos de Italia (FdI), podría convertirse en una de las mayores delegaciones en la nueva Eurocámara, con 27 escaños. Esta es la razón por lo que la dirigente italiana ya es cortejada para engrosar las filas del PPE, con el guiño de su principal representante y todavía presidenta de la Comisión Europea, para renovar el cargo. Von der Leyen proclama haber trabajado “muy bien” con Giorgia Meloni, con la única condición de seguir colaborando en el futuro con los grupos que sean “claramente pro europeos”. Semejante flirteo le ha valido la advertencia del canciller alemán Scholz, de respaldar su reelección solo en el caso de no aliarse con la extrema derecha y buscar una entente con socialistas y liberales. El pragmatismo y buen hacer de la todavía presidenta del Parlamento puede favorecer la reelección de Roberta Metsola, cuyo mandato exitoso ha conseguido acuerdos sin dogmatismos ni vetos.
Retroceso verde y liberal y disolución de líneas rojas
Los liberales de Renew Europe (Renovar Europa), también cederán escaños, al pasar de 101 a 86. Tal pérdida viene motivada por el retroceso del partido del presidente francés, Emmanuel Macron, al no ser la primera fuerza, y por la previsible desaparición de Ciudadanos en Europa. Los Verdes/Alianza Libre Europea (G/EFA), retrocederían de 71 a 61 escaños, mientras que el grupo de la Izquierda ganaría seis (de 38 a 44). Lo que hace 25 años en la UE era ultraderecha proscrita en algunos países por el discurso de odio, gana hoy elecciones en Italia, Países Bajos y, quizás, en Francia. Las líneas rojas del pasado se han reducido solo a tres: ser pro europeo ( y no abogar por la ruptura), ser pro ucraniano (o al menos no defender a Putin) y respetar el Estado de Derecho. Cumpliendo estas reglas, casi todo lo demás tiene cabida.
El caso Gómez en vía judicial
El presunto tráfico de influencias de la mujer del presidente Sánchez cierra la campaña electoral del ‘lodo’ en clave interna, con la imputación de Begoña Gómez por presunto tráfico de influencias y corrupción en el sector privado y su cita en un Juzgado de Madrid el próximo 5 de julio. El juez amplía nuevas líneas de investigación para conocer si existen indicios de irregularidad en contratos públicos atribuidos al empresario Juan Carlos Barrabés. La investigación se centra en el apoyo de la esposa del presidente a la UTE empresarial liderada por este, quien obtuvo una adjudicación de 10,2 millones de euros. La fiscalía europea también ha ordenado a la Unidad Central Operativa de la Guardia civil requisar los correos electrónicos de Red.es, relacionados con las citadas adjudicaciones, tras la firma de Begoña Gómez de dos cartas de apoyo -en el año 2020- a la asociación de empresas privadas que se presentó a concurso del ente público dependiente del Ministerio de Economía. El empresario y consultor había participado previamente en el diseño del Máster en Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid que dirige la esposa de Sánchez.
Encuestas y “mierda” de Sumar
Todas los sondeos, menos en CIS, dan al Partido Popular como ganador de unos comicios considerados por 6 de cada 10 ciudadanos “decisivos” para la UE, en los que un 61% afirma que irán a votar “seguro”. El PP obtendría entre 23-24 escaños, el PSOE se mantendría en 20-21 mientras que Vox pasaría de 3 a 7 eurodiputados. Le siguen Sumar, con entre 3-4 representantes y Podemos 2. ERC, Bildu y BNG se quedan en 2 y la formación Se Acabó la Fiesta, obtendría uno, igual que Junts y PNV.
La encuesta, sin escaños, del Centro de Investigaciones que dirige Tezanos, mantiene al PSOE por delante del PP. Los socialistas vencerían este domingo con un 33,2% del voto, frente al 30,5% del PP, 2,7 puntos más que hace dos semanas.
La imputación de la mujer del presidente Sánchez junto a ley de Amnistía -aún por publicar en el BOE– serán asuntos a dilucidar en las urnas, con enfrentamientos a izquierda y derecha y mutuas acusaciones de practicar el fango y la corrupción para desacreditar al adversario. Sánchez utiliza de nuevo las redes para publicar su segunda ‘Carta a la ciudadanía’ para convencer a los votantes de que es una campaña de lawfare contra él, mientras Feijóo denuncia el “populismo en vena” del inquilino de la Moncloa por “atacar a los jueces” y Abascal pide su dimisión. La credibilidad exterior -y sobre todo europea- del presidente, se diluye cada día que pasa a cuenta de la presunta corrupción en su entorno, empañando su posible carrera internacional. Sumar, el partido coaligado de Yolanda Díaz pide a su socio “mandar a la mierda” a la oposición, extendiendo un lenguaje escatológico que también se prodiga en el hemiciclo del parlamento.
Mas cuitas para Puigdemont
El Tribunal Constitucional anula el voto telemático del Parlament y deja en el aire la participación de Puigdemont. Puigdemont apuesta por la repetición electoral en Cataluña y presiona a ERC para presentarse en coalición. Su partido teme que los socialistas no se abstengan en su investidura por lo que valoran una «lista única independentista» para «ganar». La decisión llega apenas tres días de la constitución de la cámara autonómica, que deberá elegir a los miembros de la Mesa, la Presidencia, dos Vicepresidencias y cuatro Secretarías, decidiendo así, si el Parlament continúa o no bajo control independentista. En la misma situación se encuentran otros diputados electos y huidos de la Justicia como Lluis Puig y el investigado por el caso Tsunami, Ruben Wagensberg, aunque sólo el primero se vería afectado por la resolución del TC.