El ‘señor de la guerra’ repudia el rearme, relega a sus socios, desprecia el Congreso y esquiva el Presupuesto

Luis Carlos Ramírez
Por
— P U B L I C I D A D —

No son pocos los socios comunitarios que se preguntan si ante la próxima invasión rusa de Europa, el presidente del gobierno de España se pondría al frente de la defensa del territorio o esgrimiría la bucólica bandera de la paz que enarbolan sus socios de gobierno y del Parlamento rechazando el rearme. El secretario general de la OTAN avisa de que los misiles de Putin solo tardarían 10 minutos más en llegar a Madrid que a Varsovia, mientras Macron y Starmer anuncian el envío de una fuerza militar franco-británica a Ucrania. La mayor impudicia de un gobernante es pretender que en tiempos de guerra y amenazas, los misiles, aviones, tanques, bombas y hasta los modernos drones o sistemas de defensa los sufraguen y pongan el resto de aliados eludiendo responsabilidades.

Las trincheras de Sánchez

Pedro Sánchez despacha el primer debate geopolítico de Europa sin aclarar sus compromisos concretos sobre seguridad y defensa, ignorando la dura crítica de sus socios y con el contundente rechazo de la oposición. Núñez-Feijoo le acusa de “engañar” a la UE, mientras le exige presentar los Presupuestos y someterse a las Cortes o a nuevas elecciones. Sin cifras, sin apoyos, sin calendario y con las cuentas del Estado prorrogadas, SUMAR pide irse de la OTAN, JUNTS reclama que Cataluña salga beneficiada y Podemos llamar a protestar en la calle.

La ciudadanía y el propio Congreso tienen derecho a saber si el Sánchez de la nueva era armamentista que se avecina será el del ardor guerrero mostrado la media decena de veces que ha viajado a Ucrania para fotografiarse con Zelenski o el pseudo pacifista al que sobraba el ministerio de Defensa en 2014 -aciago aniversario por cierto- para oponerse al belicismo que criticaba del gobierno Rajoy. La sociedad y los votantes también tenemos derecho a conocer si nuestro gobierno rechazara el paraguas nuclear francés, los aviones británicos y los blindados alemanes e, incluso, el endeudamiento exigido por Bruselas para costear la ingente factura para prepararse ante la guerra, como sentenció el olvidado Clausewitz dos siglos atrás: «Si vis pacem, para bellum«.

El recelo de Europa

El recelo de Europa por la calculada ‘insolidaridad’ de nuestro Presidente para maquillar el gasto militar e inflar el presupuesto en la defensa del continente pone coto a su arrogante protagonismo, al tiempo que irrita a sus socios comunitarios tras su insistente acercamiento al totalitarismo chino de Xi Jinping. Los líderes de la UE se comprometen a iniciar de manera “urgente” la compra de misiles, artillería, drones o sistemas de defensa aérea. A pesar de que España, junto la Italia de Meloni, se distrae en cambiar el nombre del plan para eliminar el término «rearme» y sustituirlo por el más edulcorado y eufemístico de “seguridad”, la estrategia de los 27 –con el rechazo también de la Hungría de Orban– no es otra que acelerar la adquisición de armas por Europa cuanto antes.

El Consejo Europeo recuerda de manera taxativa que el ReArm Europe o “Plan de Defensa de una UE más fuerte y capaz en el ámbito de la seguridad y la defensa, contribuirá a la seguridad mundial y transatlántica como complemento de la OTAN, que sigue siendo para los Estados miembros el fundamento de su defensa colectiva». El protocolo comunitario de actuación explicita además que Europa debe prepararse económica, militar y socialmente ante cualquier amenaza –o guerra potencial- hasta 2030, también para ciberataques, pandemias y los efectos de una crisis climática. Ítem más, Bruselas pide que todos los hogares europeos tengan reservas de agua, medicamentos, baterías y alimentos para subsistir 72 horas sin ayuda externa. Para que no haya duda, el CE reafirma igualmente su “apoyo constante e inquebrantable a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”, a la vez que mantiene su planteamiento de ‘la paz a través de la fuerza’.

El Congreso desautoriza a Sánchez

Los socios del Gobierno dejan varado a Sánchez, a quien Podemos considera como el “auténtico señor de la guerra”, mientras SUMAR arremete contra la OTAN a la que la califica de organización “zombi”, y Feijóo le pide someter el gasto en Defensa a las Cortes o, en su caso, convocar elecciones. Tanto Junts como ERC le exigen un “rearme en democracia” y combatir directamente a Putin y a Trump, mientras el “antimilitarista” Rufián confiesa que “frente a las guerras y las que vendrán”, él “si iría” y los suyos “también”.

El enroque numantino y la obsesión del Presidente para perpetuarse en la Moncloa provoca también un amplio rechazo ciudadano y de no pocos cuadros de su propia formación. La estrategia de aferrarse a todos los clavos candentes que le tienden le lleva al descrédito social al que algunos de sus correligionarios le ponen nombre: «inaceptable subordinación al independentismo xenófobo», según Lamban, mientras Page le apremia a romper con un fugado como Puigdemont que puede llevar a la “ruina” a su propia formación.

Bicefalia de SUMAR a la sombra de Díaz

En pleno declive electoral y con apenas un 9% del voto, SUMAR celebra el congreso de la ‘renovación’ en el que su lideresa Yolanda Díaz se asegura el control en retaguardia como coordinadora institucional y responsable de acción de gobierno, supeditada a dos nuevos coordinadores –Lara Hernández y Carlos Martín-, que ceden protagonismo a sus socios territoriales, Más Madrid, Compromís, Chunta o Més, con mayor capacidad de actuación en sus respectivos feudos. El ‘nuevo’ Sumar de la vicepresidenta y ministra de Trabajo renuncia a una implantación real, se garantiza que nadie le haga sombra y da por obsoleto el estilo de Podemos.

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