El Rioja, las Riojas y la Constitución

Serralaitz
Por
— P U B L I C I D A D —

Esto de las autonomías y de que la Constitución no permite asociación o comunidad de servicios entre autonomías vecinas ha dado lugar a una serie de conflictos envenenados entre Euskadi, Navarra y la Comunidad autónoma de la Rioja.

La capital de la Rioja, Logroño, que concentra en su término municipal la mayor parte de las industrias de su comunidad, dista apenas dos kilómetros de Euskadi y de Navarra. Y es que el Ebro no marca la «muga» entre las tres comunidades en todo su recorrido. En algunos lugares, la Rioja pasa el río y se apropia algunos municipios de su margen izquierda, en otros Navarra cruza el río y se asienta en territorios de la margen derecha. Curiosamente, el cementerio de Logroño está a la izquierda del Ebro, y a los logroñeses que mueren se dice que los llevan «a Navarra».

Se trata de una muga o frontera imprecisa, nada seria, que a lo largo de la historia no ha impedido una relación fraternal de ambas orillas. Porque los ríos unen, no separan, según dicen los entendidos…

Por ejemplo, el Escorial del Reino de Navarra está situado en la que fue capital del mismo en los primeros tiempos de la Reconquista: la riojanísima ciudad de Nájera. Calahorra fue en la época romana capital administrativa de las áreas llanas de Euskadi, incluidas Álava y Vizcaya. Y siguió siendo la capital de la Euskadi llana hasta la mitad del siglo XIX en lo eclesiástico.

Y en el no va más, la Rioja en un tercio de su entidad forma parte de Euskadi. O sea, que hay tres Riojas: la Alta, al oeste; la Baja, al este; y la Alavesa, en la ribera izquierda del Ebro.

Y un solo vino, el «Rioja», con una sola Denominación de origen que comprende las tres Riojas: Alta, Baja y Alavesa, y parte de la ribera navarra.

Y aquí empiezan los problemas. Porque el Insalud de la Comunidad autónoma de la Rioja, por razones de proximidad, atiende a los enfermos de la Rioja Alavesa, y los conflictos sobre el reparto de gastos que esto ocasiona han dado lugar a peleas de gallos entre el Gobierno Vasco y el de la Rioja.

Otrosí: El Gobierno vasco apoya generosamente a los vinos de la Rioja alavesa, y en este momento parece abrirse paso una separación de la Denominación de Origen Rioja, porque los alaveses quieren crear su propia Denominación de Origen como Rioja alavesa, rompiendo una unidad de esfuerzos e interés que viene muy de lejos, que apoyó especialmente el riojano alavés Félix María de Samaniego, un vasco tan riojano como vasco.

Había en la Edad Media una ruta comercial que unía la Abadía de San Millán de la Cogolla con los puertos vizcaínos de Bermeo, Ondárroa y Lequeitio, y por ella llega hasta Euskadi el vino de la Rioja, y el pescado salado a la Rioja. El Gobierno vasco intentó recuperarla recientemente, pero para no pasar el Ebro, optó por falsear la historia y creó una «Ruta del Vino y del Pescado» que terminaba en Oyón, un pueblo alejado de la ruta histórica casi 20 kilómetros…

Otrosí: Sabedores de las ventajas que tiene la fiscalidad de Euskadi y de Navarra con relación a la Comunidad autónoma de la Rioja, desde Euskadi y Navarra se ha hecho lo imposible por atraer a su territorio a las industrias y empresas de Logroño, de las cuales muchas se han desplazado al otro lado de la raya de Álava y Navarra…

En los debates y elaboración de la España autonómica, voces de la Rioja se alzaron reclamando una fórmula de hermanamiento con Navarra y Euskadi, que habría permitido encontrar soluciones consensuadas a todos estos conflictos. Pero la Constitución cerró toda posibilidad de acuerdos entre Comunidades vecinas. Y esta decisión tuvo efectos evidentes: Un perdedor, la Comunidad autónoma de la Rioja. Dos ganadores, las Comunidades forales de Navarra y Euskadi. Y una ruptura dolorosa y contradictoria con la historia de la buena relación que siempre había habido entre las tres Comunidades en cuestión.

Total, la Constitución y el diseño del mapa autonómico han hecho más ricos todavía a Navarra y Euskadi, y más pobre a la Comunidad autónoma de la Rioja.

A decir verdad, ni el partido en el poder de Euskadi, PNV, ni el de la Comunidad foral navarra, UPN, ni el PP, de la Rioja, han intentado recuperar el buen rollo entre las tres Comunidades que han heredado de la historia secular. Al revés, quizá se han azuzado las hostilidades y se han agudizado los conflictos.

Tal vez ha llegado el momento, ahora que se habla de reformas de la Constitución, de buscar una solución a estos conflictos y la recuperación de la cordialidad que siempre había reinado a los dos lados del Alto Ebro.

1 Comentario

  1. Euskadi es un neologismo mal construido («vascoleda») inventado por Sabino Arana, el cual impone un concepto exclusivo del separatismo regional sabiniano. Para mayor ironía ni siquiera hace referencia a Vascongadas, sino a un estado imaginario que habría de ser construido en el futuro con territorios vascongados, navarros y vascos (‘basques’, esto es, franceses). Los famosos ‘siete estados de Euskadi’. Tan históricos como Gondor.

    Ese palabro es puro separatismo. Usar ese termino supone aceptar un marco conceptual artificial, interesado y malicioso e inventado ayer por la tarde. Eso solo sirve para hacerle el caldo gordo a sus creadores.

    Riojas a lo largo de la Historia ha habido muchas. Algunos hablaban hace siglos incluso de una rioja soriana. No ha habido acuerdo perfecto en los limites del país, pero lo mas extendido y razonable es (o fue hasta hace bien poco) hablar efectivamente de una Rioja Alta y otra Baja, con muchos hablando de una Media. Una Rioja con una parte Alavesa, otra Navarra y un pequeño entrante en la provincia de Burgos, la Riojilla burgalesa.

    La Rioja es así, y siempre fue, una región principalmente geográfica y económica, un país natural, frontera de Castilla (tanto de la región, como del reino y también la corona) con Navarra. Hay una Rioja castellana, otra vascongada y otra navarra.

    Y aunque no hay acuerdo perfecto, como ya dije, el sur de la provincia de Logroño formado por la Sierra o Tierra de Cameros y la Sierra de la Demanda no es, obviamente, parte de la región natural de la Rioja. Son provincia de Logroño, pero no Rioja en sentido estricto.

    Porque la provincia de Logroño es eso. La provincia castellana de Logroño. Y a muchísima honra. La maravilla de las autonomías (ya en plena decadencia) es como han permitido a cualquier burguesía local disfrutar de un protoestado caciquil propio en el que hacer y deshacer a su antojo. Pero claro, esas fronteras y esas instituciones tan verdes había que legitimarlas y justificarlas… Y para eso todo ha valido. Absolutamente todo.

    En el caso concreto de Castilla su despoblamiento, envejecimiento y pobreza llegaron a ser tales en amplias zonas de su interior que cualquier polo medianamente rico no quería, ni quiere, ni oír mencionar su nombre. Su territorio fundacional (La Montaña cantabra), enriquecido desde el siglo XVIII, lleva diciendo mas y mas de forma progresiva desde aquella centuria que nunca lo fue (!). Muy especialmente desde los ’60 del siglo pasado.

    Y en cuanto a la Rioja castellana… tres cuartos de lo mismo. Aunque empezando con la manipulación y la desmemoria mucho mas tarde, eso si.

    Respecto a las barrabasadas sistemáticas de los gobiernos peneuveros, son de todos conocidas. Es lo que tiene el garrulismo nacionalista. Y Navarra por desgracia amenaza con ir por el mismo camino. Las noticias que llegan desde allí son terroríficas desde que el separatismo antinavarro se hizo por vez primera en la Historia con el poder, mediante ese cuatripartito imposible. Otro regalo de las izquierdas a los Hijos de Arana. Llevamos décadas sufriendo esta ceguera.

    Pero resulta tanto indignante como cómico echarle la culpa de estos problemas a la Constitución precisamente por evitar, en uno de sus pocos aciertos, la creación de ligas de taifas. De ser eso posible (olvidémonos por ahora de la infame ‘disposición transitoria cuarta’) a estas alturas ya tendríamos a Navarra incluida en el escudo de la CAV y a Ximo Puig vendiendo a los valencianos a Junts pel Si.

    Todos los problemas mencionados en el articulo son una consecuencia inevitable, que se cae por su propio peso, de la dinámica natural de las comunidades autónomas. De su mera existencia se derivan de modo fatal todos esos conflictos. Para empeorarlo todo mucho mas tenemos el separatismo aranista, bizcaitarra, chorracinquero y a sus compadres neocomunistas (el archipielago proetarra y batasuno). Lo que produce todas estas disfunciones es la existencia de estas dos desgracias, a saber: el separatismo que se dice vasco para vergüenza de los vascongados de tantos siglos y las comunidades taifales. Esos cortijos.

    La solución a las broncas, como es evidente, no es la prostitución y aculturación definitiva de la Rioja castellana, convirtiéndose en un protectorado jelkide y jugando a ser pseudovascos de cartón-piedra, a lo ‘Bienvenido Mister Marshall’, sino la superación de las infaustas autonosuyas y la derrota ideológica, emocional, cultural y política (e incluso estética) de las antivascas doctrinas de peneuveros y batasunos, que siempre seran fuente de conflictos. Y una Castilla unida tampoco vendría nada mal, ya que estamos. Pero que nada mal.

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