El precio a pagar

El presidente de Asturias acepta el «precio a pagar» de la amnistía para que haya un Gobierno del PSOE

Marta Pastor
Por
— P U B L I C I D A D —

Este es el titular que resume la entrevista que en una cadena de radio han hecho hoy al Presidente Barbón. Si, ha pronunciado: El precio a pagar, y lo ha dicho sin despeinarse, con la naturalidad propia de alguien que dice “pásame ese vaso de agua” o “quedamos esta noche para cenar”. Si, la naturalidad de algo que él ve como absolutamente corriente, porque le conviene, pero que está alejadísimo de cualquier normalidad democrática.

Que en Cataluña hay un problema de convivencia, nadie lo niega. Desde que tengo uso de razón lo recuerdo. Que el problema se agravo por la decisión unilateral, desacertadísima, de convocar un referéndum ilegal y hacer una declaración de independencia en el parlamento catalán, es más que manifiesto. De este hecho derivan todas las consecuencias, que con la ley en la mano no podían ser otras: La de aplicar el artículo 155, que por cierto Sánchez y su partido también votaron, y de la posterior detención de los inductores, y perpetradores de ese delito. Porque el Código Penal esta para cumplirlo, y no vale, ahora sí, ahora no, o esto es política y que la justicia no intervenga. No hay mayor garantía para la democracia que la independencia del poder judicial.

Desde que sucedieron estos hechos ha habido numerosas injerencias del poder ejecutivo en el judicial, injerencias que van poco a poco desdibujando la democracia en nuestro país. Primero fueron los indultos a los presos del procés, después vino la modificación del código penal para cambiar el delito de sedición por el de desórdenes públicos agravados y las rebajas de penas, y ahora, después de que en innumerables ocasiones, una y otra vez el gobierno y sus ministros hubieran afirmado que la amnistía no cabe en la Constitución, nos encontramos en puertas de una posible ley de amnistía, por el procedimiento urgente, y lo peor como pago por los votos a favor de Junts para la investidura como presidente de gobierno de Pedro Sánchez.

Esta realidad no puede ser más abominable, y sobre todo las consecuencias de sentar el precedente de que en nuestro país no existe garantía democrática, y que por eso se decreta una amnistía. Un precedente bestial que, desde luego es falso, y que con una argumentación tremendamente retorcida se empieza a imponer por parte de los paridos independentistas, junto con el PSOE y SUMAR. Y todo para salvar el culo a un tío, que para no afrontar las consecuencias de sus actos delictivos huyo de España en un maletero. Porque, al fin y al cabo, los de ERC se quedaron a dar la cara y asumieron, en alguna medida las consecuencias, por lo menos hasta que llego el indulto.

En este país todo es negociable, todas las aspiraciones son legítimas, en tanto en cuanto estén dentro del marco de la ley y la Constitución, y este planteamiento que llevan ahora entre manos JUNTS y el PSOE, junto con SUMAR, está muy lejos de estar dentro de la ley y la constitución.

Si cada vez que en este país se plantee un problema penal con un político, porque de un tema penal estamos hablando, se van a reunir las cortes y por el procedimiento de urgencia, y con solo la mayoría de los diputados van a decretar una amnistía, apañados vamos. Porque el precedente que van sentar es, ni más ni menos, que ese. Puigdemont maneja unos votos necesarios para la investidura de Sánchez, Puigdemont pide una ley de amnistía, Sánchez reúne al Congreso, se vota y se hace. Demencial no, lo siguiente. ¿Qué pasará cuando otros grupos políticos estén en el poder, y aprovechando este resorte, decidan que también hay que amnistiar otro tipo de delitos que afecten a sus diputados? ¿Qué pasará cuando una ley de amnistía fluya por las venas del sistema?

Escuchar a algunos diputados de SUMAR, y también a una vicepresidenta del gobierno decir que la AMNISTIA cabe en la constitución, o a apelar a una ley de amnistía, que se hizo después de una dictadura para poder organizar democráticamente este país, es poner a la situación actual a la altura del franquismo, algo que desde luego dista mucho de la realidad. Son falacias, hechas a medida, para conseguir mantenerse en el poder, y desde luego muy lejos del servicio público que tienen que hacer para la ciudadanía. Con juegos de palabras, que no pueden ser más siniestros, están haciendo una envolvente a la Constitución que solo nos puede llevar a una situación caótica si se materializa.

La Constitución nos garantiza el estado de derecho y el marco de las libertades democráticas a los ciudadanos, y claro que puede ser reformada, nada es para siempre, y todo debe adecuarse a la evolución natural de la sociedad, pero de ahí a un pasteleo de votos por sillones va un trecho larguísimo. A mí también hay temas que me chirrían en la constitución, como la ley de sucesión a la corona, o la falta de la limitación de mandatos de los políticos, o la vaguedad con que trata algunos temas sociales, pero hay unos resortes de reforma, y no pueden saltarse de un día para otro, con el único propósito de mantenerse en el poder.

En un estado democrático como es el nuestro, no cabe una amnistía, no hay delitos políticos en nuestro país, no, no los hay, no hay presos políticos en nuestro país, no hay exilados políticos, porque Puigdemont no es un exilado político, es un presunto delincuente acusado, ahora ya solo, de malversación, que está en busca y captura, y que vive fuera del país por no acatar las leyes democráticas, con un nivel de vida que pocos españoles podemos permitirnos. En un país democrático, los únicos que se exilan son los fascistas. Y que un partido como el PSOE, con la trayectoria que ha tenido de defensa de las libertades y la democracia le esté haciendo el caldo gordo por un puñado de votos a cambio de un sillón presidencial, no solo es preocupante, sino que además es vomitivo.

Que SUMAR, juegue esa partida, no es de extrañar, porque los líderes de SUMAR, están muy lejos de ser progresistas, demócratas, y constitucionalistas, son un grupo de gente WOKE que, con sus políticas erráticas, en la mayor parte de los casos, se acercan a un pensamiento ultraliberal, a pesar de sus múltiples disfraces, para mantenerse en el poder. Y, además ya saben que, si no hubiera investidura, difícilmente lograrían el mismo resultado en unas elecciones. De ahí su tremendo interés en gestar esta aberración.

Hace mucho tiempo, cuando se produjo el pacto del PSOE con Podemos, escribí que el mayor peligro que había para el PSOE en esta alianza, no era gobernar con ellos, sino algo peor, contaminarse, y desaparecer. Pues bien, si la Ley de la Amnistía sale adelante, no solo tendremos una ley que desdibuja la democracia en nuestro país, y un precedente para que futuros gobiernos hagan lo que les dé la gana con las libertades, no, tendremos algo más, la desaparición del Partido Socialista que, aunque mantenga las siglas, se habrá convertido, también en un instrumento woke y antisistema, al que pocos ciudadanos volverán a votarle. ¿Y qué viene después? Pues ya saben, un desastre, que probablemente aprovechará la extrema derecha para crecer y multiplicarse. Así que el “precio a pagar” Sr. Barbón, es ni más ni menos que la democracia. Dejen de jugar con ella.

2 Comentarios

  1. Felicidades a la autora por este valiente artículo en un mundo donde la libertad de opinión está en almoneda. Dicen que «una prensa libre es igual a una vida libre: es siempre arriesgada».
    Hay un librito del publicista americano Edward Bernays titulado «Propaganda» en cuyo primer capítulo aparece el título: «Organizar el caos», lo que supone que antes hay que crearlo. Y en eso estamos.
    Spengler a pps. del siglo pasado en «La decadencia de Occidente» ya advertía del poder cesarista de los ejecutivos (omnipotencia extraconstitucional y por tanto antidemocrática) hacia el año 2000 a causa de la degeneración de la civilización occidental .
    Un saludo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí