Muchos son los que se niegan a aceptar lo que sus ojos y oídos perciben, cuando ven al histórico dirigente socialista Felipe González de un tiempo a esta parte. Aquel hombre que puso de moda los bonsáis en España como forma de emplear su tiempo de ocio dedicado a tan noble y precisa técnica, fue un hito que levantó pasiones por tener un olmo chino, un olivo o un pino negro, aflorando nuevos tiempos de complicidad con la defensa de la naturaleza, el medio ambiente y provocando mimetismo con el líder, que siempre da caché. Aquella imponente colección de un centenar de bonsáis acompañaban momentos entrañables para Felipe y familia y hoy, gozan de buena salud en el Real Jardín Botánico de Madrid, donados por el ex jefe de gobierno, antes de que fueran arrasados por las raquetas de pádel de su sucesor en el Palacio de la Moncloa, cuyo deporte provocó furor entre los seguidores del líder (algunos de ellos hoy chicos Gürtel) sobre todo en las Nuevas Generaciones del PP, donde no era bien visto no jugar al deporte del jefe, especialmente si se quería hacer carrera política en el partido, alcanzando el clímax siendo pareja (de pádel, se entiende..) del mismísimo Aznar o, de Pedro J. que también sumaba puntos por aquella época..
Felipe cambió los bonsáis por el diseño de joyas y eso es todo un síntoma que hacía prever que lo peor, estaba por llegar, o tal vez, ya estaba instalado en el subconsciente del político socialista. Su amistad con Carlos Andrés Pérez, aquel presidente de Venezuela cuyo primer mandato fue denominado el de la Venezuela Saudita, por la enorme exportación del petróleo venezolano como consecuencia del embargo árabe de crudo, es todo un dato. Su segundo mandato, estuvo marcado por privatizaciones de empresas públicas y escándalos de corrupción que culminarían con su destitución como presidente por parte de la Corte Suprema de Justicia, acusado de malversación de fondos públicos y fraude a la nación. Dichos escándalos de corrupción, así como el Caracazo fueron utilizados como argumento por Hugo Chávez, aun opositor en aquella época.
El inicio del Caracazo se produce la mañana del 28 de febrero de 1989, cuando se desatan los saqueos y la violencia en Caracas. Inicialmente eran protestas pacíficas, contra la situación social del país, pero ante el abuso, la brutalidad y la ineficacia de los cuerpos de seguridad, se produjeron enfrentamientos, motines y protestas. Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia. Nunca se supo el número de muertos (cientos..o miles) pero la represión fue especialmente dura en la Universidad Central de Venezuela, así como en los barrios pobres de la capital.
Es importante recordar las amistades peligrosas de Felipe, para entender su antichavismo y defensa a ultranza a personajes como Leopoldo López, ese líder opositor encarcelado, que fue inhabilitado cuando era alcalde de Chacao por corrupción. López estuvo involucrado en el intento de golpe de estado contra Chávez en 2002, jugando un papel estelar en la retención ilegal (secuestro) del Ministro del Interior de Chávez. Ahora con el dirigente en la cárcel, es su mujer Lilian Tintori, esa rubia entre Shakira y actriz de telenovela, la que se ha convertido en abanderada de la causa, se hace fotos con Felipe, Rajoy y Albert Rivera, a la vez que hace giras por otros países a lo Evita Perón, pero en hortera.
Pero Felipe no deja de sorprendernos y en una entrevista en la revista francesa Politique Internationale, cuando se le pregunta si considera que Pedro Sánchez supo proponer una visión para España dice:»No lo sé», y añade que no está seguro que Sánchez pueda hablar durante «más de media hora» sobre qué se puede hacer por el país. «Creo que se interesa mucho más por su partido que por el país», afirmando categóricamente como si pontificase de nuevo. Estas aseveraciones sobran y más tratándose de un compañero de partido, aunque tal vez esto segundo, se deba poner en cuarentena.
En su afán por estar presente en esta segunda etapa de la mal llamada segunda transición, se presenta en Sevilla a dar una conferencia donde asistieron Susana Díaz y los ex presidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, ya ex militantes socialistas quienes no comparecían en público desde su procesamiento como investigados en el caso de los ERE. Ante semejante esperpento, me pregunto: ¿alguien se imagina un acto similar donde Aznar, jarrón chino al igual que González, diese una conferencia donde asistiesen media docena de los muchos imputados que tienen en el PP? Nadie habría dejado de censurarlo, salvo 13TV y sus cascabeles.
Felipe González ya no es el mismo, pero lo peor de todo es que ya no piensa lo mismo que cuando era el hombre del cambio, aquel del traje de pana que enaltecía a las gentes ávidas de nuevos aires democráticos. Este no es mi Felipe, a mi me lo han cambiado, aunque la verdad, creo que él solito, voluntariamente es quien ha experimentado esa metamorfosis y muchos de los que le han votado fervientemente en otros tiempos, esos mismos, dejaron de ser felipistas, con gran dolor de su corazón socialista.
Sorprende que importantes figuras socialistas como Josep Borrel, esté en las antípodas de FG y que el padre del discurso socialdemócrata José María Maravall, persona de reconocido prestigio intelectual y del que el propio Pablo Iglesias ha recibido parte de su magisterio politológico, dijera recientemente que: “Podemos es la oportunidad para que el PSOE vuelva a recobrar vida”, en un intento de enfatizar sobre la pérdida de identidad del PSOE actual que representa la gestora, el clan de los 17 que dimitieron para hacer caer a Pedro Sánchez y su política del NO y otros muchos prebostes del partido que se empeñan en acallar las voces críticas.
El problema del PSOE no es Podemos, ni tampoco Podemos es la solución, pues todo radica en que, parafraseando a Alfonso Guerra, a este partido, ni a su otrora líder, no lo conoce ni la madre que lo parió.
Felipe González es el mismo que en Suresnes dijo adiós a los «históricos» (y mucho más preparados políticamente socialistas) para poner al PSOE al servicio del pensamiento único diseñado para Europa: la socialdemocracia. En aquella ocasión ya las actas del PSOE hablaban de la «autodeterminación» (guiños a los nacionalistas). Luego llegó el OTAN «de entrada NO» para ser sustituido por el «OTAN SI». Los Gómez Llorente, Castellanos y tantos otros darían detalles de la «transformación»: «Hay que ser «socialistas antes que marxistas», pues ni eso… La «bodeguilla», los «bonsais» y la «beatiful people» con sus muchos casos de corrupción, así como los GAL y las «recalificaciones» de suelo (Filesas, etc.) , amén de sus negocios con conocidos «capos» del otro lado del Atlántico, demuestran claramente que no ha habido ningún cambio: desde el principio endeudó al país para «cambiarlo» y las obras públicas de aquel período dejaron sustanciosos «pelotazos». Su ministro de Hacienda lo reconocía: «En España es muy fácil ganar dinero…» Sólo hay que hacer un repaso desde la «tortilla» hasta nuestros días y ver quienes eran antes del poder y quienes son ahora cuando siguen en él. Un saludo