El gobierno de la nación ya no tiene rubor en apropiarse de recuperar las tácticas de ‘agitprop’, la agitación y propaganda puesta en marcha tras de la revolución bolchevique de 1917, como estrategia política para castigar como delito las conductas antisoviéticas. No hace falta recordar las artimañas de un régimen de terror que convertía en sospechoso a cualquier enemigo de la causa, y pocos años después se atrevió a emular el nacional socialismo con sus estrategias goebbelianas.
La perversión de nuestro poder ejecutivo, presidido por Sánchez, no puede ser mayor, con mentiras, engaños, ninguneo del parlamento, difamación del adversario, y hasta el control de los los organismos e instituciones subordinadas a su alcance -la última, la Radiotelevisión del Estado- que hacen del gobierno de coalición un burdo remedo de la defensa de los intereses generales, la eficacia y el sometimiento a la Ley y el Derecho. Nuestro presidente se burla directamente de los 48 millones de ciudadanos, mientras su aliado, Puigdemont, se mofa igualmente de él, amenazando con saltarse de nuevo la ley, con la advertencia a jueces y magistrados de aplicar su autoamnistía sin dilación, y allanar otro referéndum de autodeterminación.
Gobierno singular y provocador
Pedro Sánchez no tiene rubor de sentenciar que mientras hay gente que “miente”, otros “tratamos de hacer de la verdad nuestra forma de hacer política”. El medio centenar de variopintos ministros de la era sanchista hasta hoy, pasarán irremediablemente a la historia no solo por haber transmutado el obligado y noble ejercido de gobernar por la vertiente más marrullera del ejercicio de oposición, sino, también, por haber hecho del infundio y la provocación una forma perfectamente orquestada de administrar el poder.
Algunos de los 26 ministras y 25 ministros de carteras tan singulares como la Memoria democrática, Economía social, Reto Demográfico, Agenda urbana o 2030, han conseguido entretener a los gobernados después de convertirse en enemigos del turismo “precario” y del chuletón, como Garzón; enredadores de género y el feminismo, caso de Montero; maquinadoras del lenguaje binario, como Belarra; populistas de salón con ocultación del paro, como Yolanda Díaz y, en fin, licenciados de la polémica y el desafío, como Pablo Iglesias.
Así las cosas, no son pocos los que recomiendan al Presidente del Gobierno que en su próxima remodelación tenga en cuenta la creación de dos nuevos Ministerios, hasta los 24, uno para la Propaganda y desinformación, y un segundo específico y directo de la Oposición, con sendas Secretarias de Estado para los Bulos y el Relato para desvirtuar la realidad.
Puente, maestro de tuit
Entre tanto integrante dispar de los sucesivos gabinetes, sin embargo, pocos habían llegado a convertirse en maestros del reto, el tuit, el post y hasta de los mensajes zafios, como el ministro Oscar Puente, convertido también en azote de la competencia empresarial que, al contrario de lo que se espera de un servidor público, debería fomentar en beneficio social.
El titular de Transportes y trenes averiados, antes alcalde de Valladolid y secretario de organización del PSOE, ya tuvo que borrar hasta 50.000 tuits con mensajes polémicos o insultadores para evitar la antigua pena de hemeroteca, y hoy digital, tras haber “entrado en casi todas las refriegas” (sic) paraevitar su “descontextualización”. Puente se reconoce como persona “un poco particular”, y costarle ser un poco más convencional para evitar entrometerse en el “derecho a roce“ de las parejas de sus rivales políticos, a quienes tacha de “impresentables”, “incompetentes” e incluso “bipolares» en referencia al presidente de la Generalitat valenciana. En su defensa aduce que también le llaman a él “soberbio, chulo o macarra” y le señalan en las columnas mediáticas “a diario”.
Economía, paro y fiscalidad
Mientras tanto, la exigencia de una financiación catalana “singular” a la carta, continúa provocando rechazo y advertencias en el resto de las comunidades incluida la vasca, además de entre los inspectores de Hacienda que avisan de que una independencia fiscal de Cataluña sería inconstitucional. La inspección del Estado asegura que la Carta Marga no recoge la creación de singularidades para las CCAA del Régimen Común. El modelo propuesto por la Generalitat también atentaría contra el artículo 138 de la Constitución, que determina que el Estado tiene que «garantizar la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2”.
La Comisión Europea, por su parte, pide a España un “esfuerzo” para bajar la deuda y el déficit de forma “significativa y creíble” mientras advierte de que será necesario «reducir claramente el déficit estructural». El ejecutivo comunitario calcula que la deuda española descienda al 106,5% en 2024, mientras que se prevé que el déficit baje del 4,1% al 3,2%, todavía por encima de los umbrales que exigen las reglas fiscales de la UE -60% para la deuda y 3% para el déficit-, que volverán a aplicarse a partir de mayo con un nuevo marco, mientras que los Estados miembro deberán presentar sus planes fiscales a medio plazo el 20 de septiembre.
Un informe del Instituto Juan de Mariana desmonta el triunfalismo del gobierno al asegurar que España ha superado a Grecia como el país de la Unión Europea con mayor tasa de paro real. El desempleo, según estos datos, se sitúa un 40 % por encima de los niveles oficiales -tras filtrar el número de fijos discontinuos y otras circunstancias- situando en 3,9 millones de personas en una situación de paro efectivo, frente a los 2,8 millones que reconoce la Administración. Frente a una tasa de paro oficial del 11,8 %, el desempleo efectivo es del 15,8 %», indican desde el Instituto.