El frente «popular»

Juan Laguna
Por
— P U B L I C I D A D —

La noticia publicada “el PP ofrece al PSOE y a Ciudadanos pactos antiPodemos en toda España” viene a dar un giro sorprendente en la posición del PP con la creación (o intento) de un frente “popular” teniendo como aliados a los antes denostados adversarios políticos, con el único objetivo de no perder el poder. Siguen por tanto abundando en los muchos errores cometidos y ya algunos barones regionales han decidido marcharse y tirar la toalla ante el cúmulo de despropósitos en el PP que, curiosamente, sigue abanderando la Sra. Aguirre y a los que ya me he referido en otros artículos.

El presidente del PP parece más bien seguir la senda marcada por su anterior antagonista en el liderazgo del PP, cuyo tirón mediático está avalado por las escasas consecuencias de algunas de sus declaraciones, entre ellas la afirmación hecha pública de que “en el PP todos cobran sobresueldos menos ella y Gallardón”, sin que tal afirmación que tiene connotaciones de denuncia formal parezca haber tenido respuesta alguna desde la propia formación.

Tras haber insultado públicamente a los candidatos rivales para el Ayuntamiento de Madrid, ahora les pide árnica o fuelle para conseguir alzarse con la vara de mando municipal, con la misma tranquilidad del “yo no sabía nada” con que se desmarca a su conveniencia personal de todo aquello que no le resulte útil, incluyendo a sus propios compañeros de partido por los que “no pondría la mano en el fuego”. Ha llegado incluso a proponer ¡un gobierno de concentración! —naturalmente presidido por ella—, con el fin de preservar las libertades de los madrileños. Un gobierno de salvación en definitiva.

Lo que resulta más chusco es que algunos en el PP —incluyendo al propio presidente del partido— parezcan hacer seguidismo de las ocurrencias de la Sra. Aguirre y se lleguen a plantear seriamente ese frente “popular” para evitar que una fuerza política elegida democráticamente, pueda acceder a los gobiernos regionales o municipales tras el brutal descenso de apoyo “popular” a los “populares” que, el “populismo castizo” de la Sra. Aguirre pretende imponer.

Tal situación tendría por supuesto repercusiones aún más negativas para el PP ya que mostraría el “mal perder” de su talante, evidenciado por el “cabreo” de la Sra. Aguirre tras conocer los resultados. Pero hay más, nadie justificaría —ni siquiera en aras de esa “estabilidad” o “gobernabilidad” de las que tenemos ya suficientes muestras— que partidos nuevos, con impulso regenerador, aceptasen su alineamiento en el frente “popular”. Es el caso del PSOE que va intentando hacer “borrón y cuenta nueva” de renovación, tratando de distanciarse de prácticas anteriores, pero también “Ciudadanos” cuyo mensaje fresco y nuevo quedaría empañado por cualquier tipo de pacto o componenda de tipo “anti”.

La única posibilidad que tiene el PP de cara a las próximas elecciones generales es, aprovechando su mayoría parlamentaria, adelantarse a sus adversarios y corregir todo aquello que —quizá con la mejor de las intenciones— les ha hecho perder un 40% de apoyo. Si para eso es preciso regenerar y renovar orgánicamente el partido o el gobierno, y aunque haya que perder a algunos en el camino que, por acción, omisión o negligencia culpable, hayan perjudicado al PP o al Estado, es preferible adoptar otras políticas más de acuerdo con las exigencias ciudadanas. Lo que no tendría sentido es seguir abundando en el error negándose a la evidencia o mostrando todavía una soberbia que les puede llevar a resultados aún peores. Los avisos están ahí y proceden de las mismas filas.

Por su parte, personas muy bien valoradas, —como el ministro de Asuntos Exteriores o la propia candidata a la Comunidad de Madrid Sra. Cifuentes—, han marcado ya distancias con las pretensiones y dislates de la Sra. Aguirre, manifestándose de una forma diferente. Ya en su momento, ésta pretendió de forma poco sutil negar el trabajo de la actual alcaldesa en funciones Sra. Botella o el “pedigree” ideológico de la Sra. Cifuentes a la que llegó a imponerle —al parecer— su lista en la comunidad, sometiéndola así a control a distancia de sus posibles actuaciones al presidir la misma.

La propia Sra. Aguirre, experta en contradecirse continuamente sin el más mínimo sonrojo, llegó a denunciar un “frente” de sus adversarios contra ella como algo repudiable para, acto seguido, en un par de días, actuar de la misma manera. Como sus maniobras no parecen fructificar, ahora intenta involucrar a todo el partido del que ha renegado tantas veces, para apoyarla y, en su caso, arrastrarlo en su caída inminente, al mismo tiempo que “responsabiliza” —implícitamente— a sus rivales Sr. Carmona (al PSOE) y Sra. Villacís (Ciudadanos) de los absurdos augurios políticos que vaticina en el caso de no ser ella la elegida.

Esperemos todos, por el bien del propio PP, que no se llegue a producir tal pacto “antinatura” de frente “popular” contra una fuerza política cuya legitimidad queda acreditada en las urnas, y que el presidente del partido haga caso omiso de la llamada al suicido colectivo que supondría tal circunstancia. A veces esas actitudes (como las de la Sra. Aguirre), supuestamente apoyadas por el partido, no son más que una forma más de conseguir mantener la presencia mediática y la promoción de quien sólo parecen importarle sus intereses inmediatos.

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