Cuando el calendario marca la hora para distribuir cargas y dinero entre todos los ciudadanos, algunos esquivan la pregunta para hablar de terrorismo y de «sus» víctimas. De comunistas, socialistas, peperos y ciudadaneros… Y de políticos más o menos «guapos». De cualquier cosa que no sea dinero, cargas y salarios…
¡Es lo que hay, eso y el fácil recurso al insulto y las peleas de gallos!
A nivel estatal, los medios informativos han cargado casi al cien por cien a favor de los grupos de signo conservador. En Euskadi, anoche, martes, la Televisión vasca presentó un listado de víctimas del Gal como Santi Brouard, y otros.
En cuanto a datos económicos, que es lo que nos ayudaría a decidir con acierto, casi nada, no interesa o no parece interesar al gran público. Algunos han recordado, y desde Europa nos han hablado, que la economía española echa las cargas más sobre la clase trabajadora que sobre las empresas del gran capital, los paraísos fiscales, los ingresos que proporcionan al fisco las rentas salariales y las ayudas que el Estado ha concedido tan generosamente a los bancos.
Y en el centro del debate, como protagonistas, los partidos en el Gobierno, teóricamente más favorables a la clase trabajadora que a las empresas capitalistas, pero peleándose unos en defensa de los ricos y los otros a favor de las clases trabajadoras.
Y el Banco de España previniendo de los riesgos de mejorar los ingresos de los pensionistas y funcionarios públicos, y dando vía libre a las demandas del empresariado.
Aunque España no acabe de ajustar sus cuentas a la lista de los países desarrollados, en la que hace muchos años que debería estar situada. Aunque corramos el riesgo de pasarnos hacia el sur de Gibraltar…