Dos más dos igual cuatro y menos 3 da uno

Carlos Miranda
Por
— P U B L I C I D A D —

Da, más bien, 1,29 % del PIB, lo que España invierte en su defensa y en la de sus socios y aliados. Una miseria insolidaria. Como Luxemburgo, en el furgón de cola. En 2014 Rajoy se comprometió a invertir un 2 % en la Cumbre aliada de Gales. Luego se durmió y al despertarse pidió el “Marca” y un whisky cuando Sánchez le echaba con una moción de censura en 2018.

Sánchez tampoco es atlantista. Pensará que es una subordinación a EEUU en lugar de conceptuar el Atlántico Norte como el Mare Nostrum de hoy en día, un vínculo esencial del mundo occidental al que pertenecemos. A Trump igual le pasa ahora lo mismo. ¿Trump y Sánchez pensando igual? ¡No queramos ni imaginarlo! Igual cree el nuestro que lo que haga Rusia apenas nos afecta, que los Pirineos son infranqueables y que Marruecos se rearma considerablemente solo pensando en Argelia.

Hemos pasado estos años de gastar menos de un 1 % del PIB al mencionado 1,29 %, pero llegar al 2 % no está previsto hasta 2029. “Ad calendas graecas” dirían en Roma. “Largo me lo fiais” en boca de Tirso de Molina. Igual nunca.

Calviño en el Banco Europeo de Inversiones prefiere las de la agenda verde. Sin embargo, la Unión Europea ahora quiere invertir más en defensa y que el BEI se dedique a ello ampliando su mandato y por el mismo motivo Von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, estaría también dispuesta a flexibilizar ciertas reglas de déficit y de deuda pública de los miembros de la Unión Europea. “Hay que buscar el dinero debajo de las piedras”, podría decir alguien que suele buscar allí votos cuando son las de Monserrat o están en Waterloo.

Conviene recordar que la UE aspira a una autonomía estratégica. Ello requiere estructurar y dotar una defensa europea lo que cuesta dinero. Habrá que ser coherentes si queremos una defensa europea. Compatible con la OTAN, claro. ¡No vamos a gastar dos veces lo mismo!

Mientras llegue esta tierra prometida (con disuasión nuclear incluida) habrá que contribuir en un marco en el que el aliado principal, los EEUU, se quejan desde hace varias décadas, con razón, que el peso principal recae en demasía sobre Washington e insuficientemente en las espaldas europeas.

Es una materia en la que los europeos siempre han sido unos escapistas desde que se hundió la Unión Soviética, y España el primero de la clase. Es “viajar de gorra” como decía hace tiempo Javier Solana en un artículo. Sobre todo, ahora que Rusia se vuelve amenazante otra vez más.

Parece que los europeos solo se enteran cuando Trump está en La Casa Blanca y pega gritos, profiriendo asimismo amenazas. Los otros Presidentes americanos eran educados y por eso apenas se les oía. Salvo países como Reino Unido, Francia o Polonia, en la remolona Europa pocos reaccionan. Luego, llegan las malas sorpresas.

Este pasado lunes 3 de febrero se reunieron informalmente en Bruselas los países de la UE, representados por sus Jefes de Estado y de Gobierno, con el RU y el nuevo Secretario General de la OTAN, Mark Rutte. Británicos y franceses son los únicos europeos occidentales en disponer de modestos arsenales nucleares.

Tanto Rutte como el “Premier” Starmer pidieron que se invierta más en defensa inmediatamente, antes de finales de año. Una urgencia y determinación que emana también del socialista portugués Costa, Presidente del Consejo Europeo. Rutte anunció que en la Alianza se establecerá pronto un objetivo superior al 2 % del PIB como referencia. Trump pide el 5 % y Rutte amaga un 3 %. ¿Bastará o mercadearan un 4 %?

El Comisario europeo para Defensa y el Espacio, Kubilius, señala que Rusia ya libra una guerra hibrida en toda Europa que un día podría convertirse en una agresión militar como en Ucrania. Subraya que Europa tiene grandes lagunas para disuadir al Kremlin. Quiere que en la UE gastemos en defensa más, mejor, juntos, más barato (que en EEUU), rápidamente y entregando a tiempo, añadiendo que nuestras finanzas deben coincidir con nuestras necesidades de defensa y no al revés.

España debe invertir más en defensa mal que les pese a Sánchez, Calviño y Yolanda. Claro que, como en tiempos de Franco, que tanto recordaremos este año, España puede seguir siendo diferente que es lo guay. En cambio, como vemos, el socialista Costa y el laborista Starmer apremian gastar más en defensa. El británico quiere llegar al 2.5 % del PIB. También favorece su gobierno la energía nuclear siendo partidario de las centrales modulares, el último grito. Nuestro gobierno Frankenstein está en babia hasta en esto último.

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