Dignidad

Antonio Imízcoz
Por
— P U B L I C I D A D —

Que dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, una de las pocas instituciones aún no fagocitadas por el Gobierno de España, que se llama DIGNIDAD a la “gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse” y fija como sinónimos virtudes tales como la honradez, respetabilidad, nobleza, honestidad, honorabilidad, integridad, probidad, rectitud, decencia, seriedad, decoro, pundonor, autoestima, orgullo, vergüenza, honrilla, honra, puntillo, honor…

Pues bueno, pues bien: ha quedado demostrado que el presidente del Gobierno del Reino de España adolece tanto de lo que alude la definición, como de cualquiera de los sinónimos que la explican, con la posible excepción de la autoestima, que de eso tiene como para una boda.

Sus “socios” de Junts per Catalunya le han dado un baño en el Congreso de los Diputados rechazando la Ley de Amnistía que ellos mismo habían escrito, porque no se conforman con todo lo que Sánchez había ya concedido, y querían una ampliación de la cosa que llegara, si cabe, hasta el toro Islero que mató a Manolete.

Alguien, cualquiera, en cualquier responsabilidad, que tuviera un mínimo de dignidad, en lugar de salir corriendo derrotado del hemiciclo, se hubiera alojado en la Sala de Gobierno (según entras al Congreso a la derecha, ya lo siento…) y hubiera firmado la disolución de la Cámara y la convocatoria de elecciones generales. Porque te han abandonado, Pedrito, los que te pusieron en el escaño uno del banco azul.

No lo harás, porque no tienes dignidad y la vergüenza ni la conoces. Pero, chaval, esta es la primera de abono. Y las que te quedan.

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