Y mientras sonaba esa señal de llamada en el congreso tan parecida a Encuentros en la Tercera Fase para acudir a la votación de la Moción de Censura —una sintonía de lo más apropiada— contemplaba sus señorías acercarse a los escaños. Rajoy siguia ausente, aunque alguien me susurraba: “Rajoy está al caer”… efectivamente estaba al caer… El paisaje congresual aparecía muy heterogéneo. Unos portaban gestos adustos, otros mantenían una sonrisa nerviosa, estaban los que parpadeaban deprisa y miraban de reojo mientras corrían hacia el escaño, y los que con las manos en los bolsillos giraban una y otra vez el cuello hacia la derecha algo perturbados. También algunos parecían eufóricos, no he dicho que estuvieran, he dicho que parecían.
En el agobio propio de los que han ganado y los que perdido hoy poder, creo que ninguno ha sido consciente, de que por primera vez en la historia de la democracia un gobierno cae por causa de una moción de censura presentada en el parlamento, y que por fin una asignatura pendiente que arrastrábamos desde la transición hemos podido aprenderla: los gobiernos también se ganan y se pierden en el parlamento, no pasa nada.
Sucesos y sucedidos curiosos en estas 48 horas con muchos protagonistas para una jornada histórica que seguramente se estudiara en los libros de texto. Un presidente de gobierno que se fue de bares con sus ministros mientras en el hemiciclo se debatía la moción y un bolso ocupaba su escaño. Una vicepresidenta que aguanto las sesiones como una campeona, escuchando lo que el presidente no quiso escuchar. Un sinfín de portavoces justificándose por apoyar la moción como si acabaran de cometer un grave delito y estuvieran estirando la coartada. Pocas mujeres en el estrado, porque ya saben que las mujeres siguen sin contar en la política, salvo como adminículos instrumentales para conseguir un fin u otro. Abalos el “introductor” de la moción se le fue la boca y dijo la palabra “autista” refiriéndose al gobierno del PP. La sensibilidad de Abalos es la de un ficus, me temo, aunque al final de la votación de la moción nos regaló con un intenso llanto. El pasito de puntillas sobre el tema de Cataluña que parece que ninguno ha querido mencionar cual es la solución al problema, aunque todos se sepan el enunciado. La expectación por saber que iba a hacer el PNV. Las lagrimas de Iglesias, que no pudo perder la ocasión para chupar cámara. El nerviosismo de Rivera, que no estuvo a la altura de las expectativas que había creado horas antes. La inocencia, al inmensa inocencia del discurso de Tardá con su no es si. La dimisión de Zidane, que sucedía a la par que la Moción. Los gritos de Si se puede al finalizar la votación por parte de Podemos que ha dado la presidencia del gobierno a su principal rival para llegar a La Moncloa, cosa curiosa.
Y mientras tanto Rosalía Iglesias, la Señora de Barcenas – porque en este país todavía hay mujeres y “señoras de” desgraciadamente, y esta ejerce de lo ultimo- salía de la cárcel tras haber pasado una sola noche por un delito condenado a 15 años previo pago de 200.000 euros, cantidad que su hijo a conseguido en menos de 24 horas, y Sepulveda, otro de los condenados por el caso Gurtel también abandona la trena… pagando… si pagando.
Pero como la Moción de Censura parece que tiene los poderes del bálsamo de fierabrás ahora ya de pronto aquellos que estaban rasgándose las vestiduras por la corrupción del Partido Popular, guardan silencio, y la podredumbre de repente no puntúa. Si, esos sobornos, cohechos y “compras” que han sido el vehículo para justificar la Moción de Censura al gobierno, parece que a horas de terminar la sesión del congreso ya no interesa. A mí y a muchos ciudadanos de este país nos sigue importando, pero no solo la corrupción del Partido Popular, sino la de los EREs, la de los Pujol, la de Urdangarin – cuanto silencio alrededor de este personaje – la del 3%, la de Interior y sus comisarios como Villarejo, etc., y si el gobierno de Sánchez se pone de perfil, una vez pasado el trance de ocupar el gobierno, ante una de los temas que más preocupan a los ciudadanos y ciudadanas de este país, habremos hecho un pan como unas tortas. Si, lección de democracia está aprendida, pero que no se nos olvide seguir haciendo los deberes. Extirpar, limpiar, desinfectar, coser y cerrar que dice mi hermana la médico. No vayan a dejar al herido a medias.
Son las dos de la tarde. No llueve en Pozuelo y la temperatura exterior es de 23 grados.