El cónclave socialista más controvertido desde la Transición servirá para cerrar filas en torno al líder más cuestionado de las últimas cinco décadas, con nula autocrítica interna y el refuerzo de una ejecutiva fiel, ajena a la realidad que le rodea y a su extrema debilidad parlamentaria. La estrategia de Sánchez para consolidar lo que parecía un paseo triunfal -bajo el lema España adelanta por la izquierda– se torna en grave preocupación por los frentes judiciales que afectan al partido en el poder que continúa las purgas orgánicas y el linchamiento de la disidencia.
Tsunami político-judicial
El tsunami político y judicial congela las expectativas de Ferraz y del inquilino de la Moncloa, que augura tres años más de mandato, sin reparar en el vendaval que azota al partido de Pablo Iglesias. Hasta media docena de casos cercan al presidente y secretario general socialista en los tribunales, incluidas la imputaciones de su esposa, Begoña Gómez; de su hermano, David Azagra; la del secretario general de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo; del ex ministro José Luis Ábalos ysu asesor Koldo García; y la del empresario Víctor Aldama, tras ratificar en sede judicial el pago de comisiones durante la pandemia. A ello se añade la investigación del Fiscal General del Estado por revelación de datos tributarios de la pareja de la presidenta de Madrid.
Renovación y rearme electoral
El 41 Congreso Federal del Psoe dará el pistoletazo de salida para su renovación territorial en al menos siete comunidades hostiles que podrían cambiar de liderazgo –Andalucía, Madrid, Aragón, Castilla y León, La Rioja, Extremadura y Cantabria-, además de iniciar un rearme electoral con el que afrontar -salvo mayor terremoto judicial, no descartable- las convocatorias autonómicas de 2026 en Andalucía y Castilla y León, e incluso un eventual adelanto nacional. El repliegue defensivo no le impide debatir sobre vivienda, cambio climático, multilateralismo o financiación autonómica y hasta proponer la expulsión del PSOE a cualquier cliente de prostitución. Otras estrategias socialistas pasan por plantear la creación de una nueva Corte Internacional Anticorrupción, debatir la reducción de la edad para votar a los 16 años, la ruptura de los acuerdos educativos con la Iglesia Católica o la reducción de la jornada laboral a las 36 horas semanales.
La previsión de dar un nuevo impulso y renovar la ejecutiva federal, puede quedar reducida a la continuidad de la secretaría general del propio Sánchez y mantener a los fieles como María Jesús Montero, vicesecretaria, y la de su controvertido secretario de Organización, Santos Cerdán. Más fácil parecen los cambios de las portavocías de Ferraz, Esther Peña, y la de Patxi López en el Congreso.
Derrotada la disidencia interior de cualificados dirigentes como González, Guerra, Rodríguez Ibarra, Nicolás Redondo e incluso Page y Lambán, la purgadel proscrito dirigente madrileño, Juan Lobato, abre la caja de los truenos al denunciar “un linchamiento” interno por negarse a utilizar las filtraciones de la Moncloa para desacreditar a la pareja de la presidenta de la Comunidad madrileña. El defenestrado líder de los socialistas madrileños destapa la recepción de datos confidenciales del fisco sobre el novio de Ayuso, enviados desde la misma Moncloa por la secretaria del entonces jefe de gabinete de Sánchez, Oscar López.
Feijoo aparca la censura y exige la dimisión de Sánchez
Lo que de momento duerme en los sueños de la oposición es la más que improbable moción de censura que aterroriza a la mayoría Frankenstein con merma de su apoyo electoral frente y una posible mayoría absoluta de la ‘fachosfera’. A pesar de ello, el líder del PP considera que España vive el momento de mayor degradación institucional desde 1978. Feijóo pide la dimisión de Pedro Sánchez por los “indicios racionales de conductas delictivas” que cercan al presidente “más débil y chantajeable de la democracia”, convencido de que caerá por el peso de la corrupción tras un largo calvario judicial: 4 sumarios, 15 delitos y 11 ministerios investigados. A su vez, el líder de Vox, Abascal, acusa a Sánchez de dirigir una “macro red de corrupción política, económica y moral” sin ningún tipo de límite para intentar eludir la acción de la justicia. La oposición está convencida de que esto es el principio del fin de Sánchez. No creen que pueda sobrevivir a una denuncia en cadena de un empresario aparentemente dispuesto a todo contra la cúpula del PSOE.
En el ámbito demoscópico, y salvo el apéndice oficial del CIS cocinado por Tezanos, las encuestas pronostican la caída tanto de la izquierda de Sumar y Podemos como del independentismo, y el ascenso de PP y Vox que superarían los 176 escaños. En paralelo, el Psoe semantiene estancando con la huida continua de afiliados que se situaría en 152.900, frente a los 188.000 de 2017.
Cianuro judicial
La insostenible permanencia en el cargo del Fiscal del Estado tras filtrar información tributaria de la pareja de la presidenta madrileña, hunde la credibilidad de la institución por el conchabeo de su titular con la Fiscal Jefe de Madrid para enviar la información a medios afines al Gobierno, a la que sólo le faltó «un poquito de cianuro», según el whatsapp de Pilar Rodríguez, a quien el Tribunal Supremo investiga también.Un informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil señala la “participación preeminente” de Álvaro García Ortiz, imputado por presunto delito de revelación de secretos, al que tanto las asociaciones judiciales mayoritarias como la oposición, piden el cese o la dimisión.
Batallas de Valencia y Madrid, con hasta ocho candidatos
Los socialistas han puesto en marcha la reconquista de territorios clave para su supervivencia como Madrid y Valencia. Mientras la guerra contra la Comunidad madrileña es ya total, en especial contra la figura de Ayuso; el PSOE pone el foco también en la autonomía devastada por la riada para conseguir su recuperación a toda costa. Tanto Sánchez como Feijóo mantienen a Ribera y a Mazón como sus principales diques de contención, para evitar que el próximo tsunami no llegue a más. Difícil lo tiene el desafiante presidente del Gobierno al que no le duelen prendas para retar a todos los estamentos de la oposición. En el caso de la Comunidad de Madrid, lleva ya dos derrotas estrepitosas de las que pretende resarcirse con el octavo candidato -impuesto una vez más- entre su corifeo gubernamental. Los fiascos de Trinidad Jiménez, Jaime Lissavetzky, Miguel Sebastián, Pepu Hernández, Tomás Gómez, Sara Hernández, José Manuel Franco o Ángel Gabilondo, lleva a Sánchez a designar un nuevo candidato en la persona de Oscar López, su ex jefe de gabinete y actual ministro para la Transformación Digital, al que Ferraz pretende lanzar para disputar el feudo.