Asco

Antonio Imízcoz
Por
— P U B L I C I D A D —

Sería para partirse la caja de risa, si no fuera para vomitar del asco; si no fuera por la repugnancia, la repulsión, la grima, el hastío, la tirria y las náuseas que provoca la decisión de Chivite, con sus cuatro paniaguados del Comité del Partido Socialista de Navarra, generosamente munificados por su dirigente, de apoyar la moción de censura puesta por Bildu, Geroa Bai y ésos otros (perdón, ése) para desalojar de la alcaldía de Pamplona a la cabeza de lista ganadora en las elecciones del 23 de mayo.

Sería de mucha risa si se quedara uno en la contemplación pasmada de las “condiciones” que el PSN ha “impuesto” a Bildu para que los filoterroristas se hagan con la presidencia de la capital de Navarra. Pero ahí empiezan las arcadas: que Asirón no ponga la ikurriña en el Ayuntamiento, dicen, cuando el consistorio, y no él, tuvo que pagar una sanción de ocho mil euros de vellón por izar la bandera extracomunitaria en 2017. Para empezar.

Que “se ponga fin a las agresiones en Curia a los miembros de UPN y PP durante la procesión de San Fermín”, dicen, no sé ya si incautos, ingenuos o directamente idiotas; ¡¡pero si era Asirón y sus esbirros las que las orquestaban, porque se les quitaron las pistolas y la Goma 2, pero no su afición al insulto, la amenaza y la agresión!!

Aluden, también, qué cuajo, a la “convicción política y ética de que es necesario el reconocimiento y reparación de las víctimas generadas por la violencia de ETA”. ¡¡¡No jodas!!! ¿Ahora vamos a tener que aguantar a Asirón en los homenajes a los asesinados por sus amigos ( el próximo día 23, en la Vuelta del Castillo, en recuerdo del General Atarés, apúntenselo)?

En lo que si mejora el acuerdo es en “trabajar para lograr un consenso que garantice al euskera un tratamiento acorde con la demanda y la realidad sociolingüística de la ciudad”, porque hasta ahora, incluso con UPN, incluso con Maya e Ibarrola, el 50% de la publicidad institucional del consistorio se hacía en vasco, cuando es una lengua que no hablan –según las estadísticas- más allá de un 20% de los residentes en Pamplona.

Y todo ello, señoras y señores, pamploneses de origen y adopción, porque los socialistas han vuelto a “cambiar de opinión”, que es como llaman ellos a lo que los demás definimos, directamente, como mentir. Porque tienen que pagar las hipotecas del Sánchez en la Moncloa y la traidora cirbonera en Pamplona. Lo que negaran mil veces, va a sustanciarse, vaya guasa, el Día de los Inocentes. Y aún tienen los santos huevos de reivindicar no sé qué, no sé cuál “ética política”: ellos, los traidores, los mentirosos. Qué asco.

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