Trump vuelve. Satisfacción en Moscú -aunque Putin quiere hacerse rogar- en Pekín y en algunas capitales europeas como Budapest. Netanyahu prefería claramente al millonario. No así Zelenski. Habrá que hacer a los próximos cuatro años a un Trump que -como se decía de los aristócratas franceses que volvieron tras la Revolución y Napoleón- no habrá olvidado nada ni aprendido algo salvo que puede hacer lo que quiera, incluso estar condenado, porque le seguirán votando. Muchos electores mirarán solo su cartera.
Los megarricos y las bolsas americanas celebran el retorno de Trump, y algo las europeas, pero veremos qué ocurrirá cuando Trump suba los aranceles. La economía americana, inflacionista, aunque vaya bien, a raíz del covid y con la masiva ayuda a Ucrania, parece haber provocado la victoria de Trump junto a la promesa de deportar a los inmigrantes ilegales. Trump gana en voto popular (50,5% frente a 48,0%) y en el Colegio Electoral tenía 312 votos frente a 226.
Los demócratas analizan con dardos internos la derrota. Bernie Sanders les acusa de abandonar a la clase obrera. La influyente Nancy Pelosi reprocha a Biden de no haber renunciado a la reelección en enero para así permitir unas primarias en primavera. Otros piensan que los demócratas han privilegiado en exceso a los urbanitas y en demasía a minorías definidas, la denominada cultura «Woke». Habrán ignorado demasiado a la América profunda que también vota. En los Estados demócratas, como California, sus parlamentos están tomando medidas para proteger sus conquistas sociales e individuales. En California, su gobernador, Gavin Newsom, ya se prepara para competir en la presidencial de 2028. Pelosi le apoyar.
Trump no quiere a EEUU en conflictos internacionales. En Ucrania sufrirán con una supresión de la ayuda militar americana mientras en la región rusa de Kursk, incursionada militarmente por Ucrania, esta última se enfrentará con tropas norcoreanas recién llegadas. Mark Rutte, secretario general de la OTAN, subraya que su presencia es un punto de inflexión. Puede que Vladimir Putin las involucre sólo en Kursk, aunque igual las mande también a Ucrania.
Mejor que soltar un pepinazo nuclear, pensará Putin. En Kursk los ucranianos están en territorio propiamente ruso por el que Putin clama un posible empleo nuclear. ¿Lo sustituirán los norcoreanos sin radiaciones perniciosas? No debe ser tan sencillo ordenar un empleo nuclear.
Puede que Putin tenga problemas de reclutamiento en Rusia. Soporta 600.000 muertos en esta fallida guerra de control por toda Ucrania desde hace más de dos años y medio. Una cifra tremenda incluso para Rusia, donde algún descontento debe de haber por un conflicto tan largo y con tantos ataúdes.
Trump es un maleducado y se sirve de la democracia sin creer en ella, pero eso no significa que no sea posible convivir con él y que nunca tenga razón. ¿No tratamos con Putin o Xi? Sus acuerdos Abraham, asumidos por Biden, permitieron acercar a Israel a países árabes. La operación terrorista del 7 de octubre de Hamás fue para obstaculizar un acuerdo entre israelíes y saudíes.
La brutal presión de Trump para que Europa se ponga las pilas en defensa ha tenido bastante éxito, aunque los europeos necesiten más tirones de orejas. En la OTAN hay 23 aliados que invierten en defensa al menos un 2%, y nueve socios que no, entre ellos España. Europa tendrá, asimismo, que incrementar su ayuda a Ucrania o aceptar un acuerdo más favorable a Rusia. Sin embargo, con paz y un acercamiento económico al mundo occidental y a la UE, Ucrania logrará a medio plazo una prosperidad mayor que en Rusia, algo que tampoco agradará en el Kremlin.
Con Trump nace un nuevo periodo proteccionista. Europa también quiere imponer aranceles importantes a ciertos productos chinos. Argumenta, como EEUU, que en China hacen trampa subvencionando ciertos productos de exportación. Von der Leyen sugiere comprar más gas a EEUU para engatusar a Trump. Veremos.
Trump sólo puede estar cuatro años, pero no hay que descartar que intente perpetuarse. ¿Con mayorías republicanas en el Senado y en la Cámara de Representantes, podría conseguir legalmente un tercer mandato? ¿O intentará atrincherarse otra vez en la Casa Blanca? Como señala Antonio Caño (The Objective), Trump es cesarista, instrumentaliza su partido para fines personales, invade las instituciones y polariza el ambiente. Un retrato bastante familiar y cercano. No perdamos la esperanza de que EEUU recupere la senda democrática a la que nos tenía acostumbrados. Pedro Sánchez ha felicitado a Trump con un tuit, pero no bastará para llevarse bien con Washington.
Trump perdonará a los condenados por el asalto al Capitolio, destituirá al fiscal especial que le investiga por ello, anulará la legislación favorable para mejorar el clima del planeta además de deportar a los inmigrantes ilegales. Acabará «en dos minutos» con la guerra contra Ucrania, pero no ilegalizará con carácter general el aborto.
FOTO: Seguidores de Donald Trump en West Palm Beach, Florida | CRISTOBAL HERRERA – ULASHKEVICH | Agencia EFE
Tdo lo que el autor achaca al nuevo presidente de EE.UU. podría aplicarlo a la «viga en el ojo» de muchos de los supuestos líderes del mundo, sobre todo el occidental.
Desde luego hay otras visiones más positivas en este mismo digital.
Un saludo.