Pacto o guerra, última oferta de Milei

Pedro González
Por
— P U B L I C I D A D —

Por las buenas o por las malas; con respaldo político del Parlamento o sin él, Javier Milei ha ofrecido a la mayoría parlamentaria que no es la suya una buena zanahoria, al tiempo que esgrimía una estaca de considerables dimensiones si no aceptaban el trato. Era el primer discurso al país en horario de máxima audiencia, una suerte de estado de la nación en el que insistió en los puntos esenciales del programa de cambio radical con el que ganó las elecciones presidenciales. 

Creencia liberal

Haciendo honor a su credo liberal, el presidente argentino se dirigió a un hemiciclo que, contrariamente a su costumbre de ruidoso griterío, esta vez guardó silencio durante los casi ochenta minutos que duró su alocución. Pero, al mismo tiempo, era consciente de la expectación del país, que en los primeros cien días de Gobierno de Milei ha visto devaluarse el peso en otro 50%, la desaparición de gran parte del océano de subvenciones y un frenazo evidente de la actividad económica. Más que a los diputados de un hemiciclo que ya le está enseñando los dientes, Milei pidió a los argentinos “paciencia y confianza”. Lo argumentó en la necesidad de “salir de la bancarrota moral e intrínsecamente injusta” que le ha dejado en herencia el peronismo kirchnerista.

En cuanto a los diputados y gobernadores de las provincias, a los que ha empezado a someter a una progresiva asfixia financiera, les espetó que el catálogo de reformas seguirá su marcha, “tanto si tiene apoyo parlamentario como si hay que recurrir a las herramientas legales que tiene a su disposición”, esencialmente los decretos. Para Milei la contención del brutal déficit presupuestario no es negociable, la propiedad privada es inviolable y el gasto público no puede seguir sosteniéndose en el artificio de activar noche y día la máquina de imprimir billetes.

Todo ello componía el arsenal ofensivo de su discurso, que sin embargo se contrabalanceó con la oferta de un gran acuerdo político, al que llamó el Pacto de Mayo, en la idea de que el conjunto de la clase política y dirigente lo firme, con el jefe del Estado a la cabeza, el próximo 25 de mayo en la ciudad de Córdoba. La fecha y el lugar contienen un gran simbolismo.  El 25 de mayo de 1810 se proclamó en Buenos Aires la primera Junta de Gobierno Patria que destituyó al virrey Cisneros. Pero, una parte de las autoridades de Córdoba no la acataron y comenzaron una contrarrevolución. Tras la guerra consiguiente y la ejecución correspondiente de los perdedores la revolución triunfaría finalmente con la proclamación de la independencia de Argentina seis años más tarde. 

La oferta es la gran bala política de Milei, que pondrá de nuevo al conjunto de la clase política en disposición de rendir cuentas al pueblo. Un estamento al que el presidente no ha cesado de denostar tras tomar posesión de la Casa Rosada, especialmente tras la primera batalla parlamentaria en la que se vio obligado a recortar gran parte de las medidas de su programa. “Nido de ratas”, “símbolo de una casta corrompida de privilegiados” son algunos de los muchos epítetos con los que Milei ha señalado a sus adversarios, especialmente a los seguidores de la exvicepresidenta Cristina Fernández, contrarrestando así la ofensiva que habían comenzado a dibujar los sindicatos kirchneristas y los habituales comandos de piqueteros, a los que Milei dibuja como la “mafia”, y a los que culpa de haber llevado a Argentina a niveles desconocidos de pobreza y decadencia. 

A los gobernadores de las provincias Milei les ha conminado a facilitar la consecución de los objetivos de su política liberal o les apretará las clavijas donde más les duele, en el monto de las transferencias financieras. Y, en fin, a unos y otros, clase política y pueblo llano, les volvió a señalar que “los sacrificios de hoy permitirán recoger mañana los frutos del saneamiento económico”, reconociendo que es una experiencia inédita en el país dejarse de cataplasmas y atacar directamente a la causa del mal que asuela a la antaño opulenta Argentina.


FOTO: El presidente electo de Argentina, Javier Milei, se dirige a sus partidarios después de ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina, en Buenos Aires, Argentina, el 19 de noviembre de 2023 | REUTERS/AGUSTIN MARCARIAN

1 Comentario

  1. No sólo es valiente en sus propuestas, sino racional y sensato.
    Necesitamos muchos gobernantes iguales.
    Y no es porque haya que aplicar calificativos ideológicos tan rancios como «izquierdas», «derechas», etc. sino porque demuestra que el pensamiento liberal tiene proyectos políticos elementales y simples.
    Naturalmente, como parece que ocurre con los primeros avisos de retirada de subvenciones en España, los «subvencionados» que viven de mamar del esfuerzo colectivo estarán en contra.
    Un saludo.

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