La Unión Europea en el laberinto

La UE en el laberinto
Juan Laguna
Por
— P U B L I C I D A D —

Casi nadie apostaba por un triunfo de Donald Trump en las elecciones últimas. Hasta el último momento hubo “maniobras en la oscuridad” para impedirlo. Pero al final triunfó la razón y el sentido común, frente a la peligrosa deriva de las sociedades hacia un mundo distópico y fuera de razón, como eran las “teorías” engendradas por mentes retorcidas convertidas en “dioses” de unas nuevas religiones dogmáticas.

Todo seguiría igual y una cierta tranquilidad (que siempre precede a la tormenta), reinaba en el mundo occidental que había apostado políticamente por el fracaso del Sr. Trump. Desde la Comisión Europea hasta los gobiernos y gobernantes colocados como figuras decorativas al frente de los destinos de una UE rendida a los pies de EE.UU., tanto política (ONU), como social (propaganda), económica (tecnología) y militar (OTAN). Las conocidas peregrinaciones de mandatarios para rendir homenaje a EE.UU., eran la prueba irrefutable de quien estaba al mando desde las últimas GG.MM.

Por su parte, la Unión Europea —cuyos objetivos iniciales pronto serían rebasados y pervertidos— se convertía en una campana de resonancia de todo lo impuesto por el hermano mayor, que a su vez proporcionaba y dosificaba según su rentabilidad, ayudas a todo el conjunto de estados-miembros, siempre que las directivas comunitarias, correas de transmisión ideológica, se impusieran en el mundo occidental y, sobre todo, europeo. Las ideas de una “Europa de los ciudadanos” se verían condicionadas por los intereses USA que, como es lógico, prefería un sólo interlocutor en nombre de toda Europa, que el tratar con cada nación cualquier tipo de negociación de sus intereses. Además, estaba el llamado Tratado del Atlántico Norte, que convertía a EE.UU. (como en el resto de organizaciones transnacionales) en el socio mayoritario con capacidad de influir o imponer según le conviniera. Ya el TTIP finalmente rechazado, fue una prueba de intenciones.

En EE.UU., tanto el mundo republicano (conservador-rural), como el demócrata (socialista-capitalista)), se embarcaron con el fanatismo mesiánico que daban los resultados de su poder económico, en la salvación democrática del mundo. Eran los nuevos “cruzados” de una causa propia en la que Europa, con su Historia y su Cultura, atraía los apetitos sensuales USA. El “rapto de Europa” se convirtió en un objetivo a cubrir y el mejor camino fueron las GG.MM. para destruirla primero, para reconstruirla después, para imponer sus métodos y formas de vida y cómo colchón ideológico frente al comunismo soviético. Todo símbolo de opulencia y supuesta vida mejor tenía su base en USA y hacia allí confluyeron recursos humanos europeos, al mismo tiempo que intereses hacia el “aliado” europeo por excelencia. Las ramas de su filantropía todavía se conservan, más fuertes y extensas en la UE (“L’argent de la influence”.- Ludovic Tournée y otros).

Todas las naciones europeas y los estados integrados en la UE han pasado por el “fielato” de la OTAN ante las posibles amenazas de la antigua URSS (en la actualidad Rusia), un adversario a abatir a pesar de pertenecer física y geográficamente a Europa, con una buena parte de territorio asiático lleno de recursos y riquezas, lo que proporcionaba una situación hegemónica también a nivel mundial. Unos eran los buenos, otros los malos y, a la tensión y sufrimiento de los conflictos armados en Europa, se añadió un nuevo componente: la “guerra fría” entre ambas potencias que, en gran medida se desarrollaba más hábilmente entre quienes creían en el “mercado” y quienes lo combatían. Hasta que cayó el muro de Berlín y con él el cambio de mentalidad en ese sentido (Europa era más soviética que Rusia, según Gorbachov), con el incremento de burocracias institucionales como la UE que se ha movido al son de la música americana y a la sombra defensiva de la OTAN.

Los grandes líderes políticos europeos iban desapareciendo de escena, mientras se preparaba hábilmente una “cantera” de líderes en los centros universitarios USA, en las “fundaciones” USA, en las ONGs USA que serían los futuros gobernantes serviles a los intereses USA. Ya no había ideologías reales, sólo deseo de poder por medio del dinero y de las armas. Sólo unos cuantos quedaban distraídos jugando a “derechas” e “izquierdas”… y los medios de comunicación al servicio de quien pagase. Valores y principios que ahormaban la ética y la honestidad ya no estaban de moda y la corrupción galopante se adueñó de todo.

Y llegó Trump a la presidencia de EE.UU. tras haber sido perseguido, acosado y difamado por todo el entorno mediático al servicio de los poderosos. Todos los que gozaban de fama de cualquier tipo, se habían alineado con los que harían del continuismo anterior el cultivo para los sucesivos negocios. Pero les falló el cálculo y muchos tuvieron que recoger velas y pasar al otro bando. Otros que habían actuado con la impunidad del poder permanente, tuvieron que buscar formas de autoindultarse, otros han empezado a rendir cuenta de gastos poco claros, otros buscan ponerse de perfil no vaya a ser qué… Y empezó a sentirse en la UE y su cómoda posición infantiloide, que deben salir de ella para empezar a competir en un mundo multipolar, donde las fáciles alineaciones de antes ya no estarán disponibles. Ni desde luego las “teorías” que venían sustentando caprichos y fantasías. Ahora hay que trabajar (y pensar en qué) cuando en Europa se había prohibido el uso de recursos nacionales a los países miembros para cumplir unas agendas de buenas intenciones, propias de la ignorancia o la maldad.

Al mismo tiempo, saltan a la palestra judicial responsables políticos que han actuado como “sumos sacerdotes” de las teorías impuestas por esos “lobbies” que saben engrasar voluntades, imponer o despedir gobernantes para la defensa de intereses particulares y sentirse “dioses” de un Olimpo sobre la ignorancia de los “paganos” o la escasa rebeldía de los “herejes”, hoy calificada como “coalición ultra-negacionista de ultras y liberales” (por calificativos que no sea) por quienes no quieren entender la racionalidad, el sentido común y la sensatez. O porque antes, vivían mejor en la impunidad de sus actos y el silencio que los escondía.

Europa se declara “escudo de la democracia” intentando sustituir a EE.UU. en esa tarea. De nuevo nos equivocamos porque los hechos demuestran el escaso “demos” de la UE donde todo son reglas, prohibiciones y dogmatismos contra las libertades y derechos más esenciales de la democracia. La realidad es que está más perdida que nunca en un laberinto de intereses para el que no estaba preparada.

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