La estrategia Trump contra los derechos de las mujeres

La estrategia Trump contra los derechos de las mujeres
Marta Pastor
Por
— P U B L I C I D A D —

El Senado de Alabama aprobaba la pasada semana una ley antiaborto que prohíbe practicarlo incluso en casos de violación o incesto. Algo que resulta realmente inaudito pero que desde luego tiene todo un rosario de intenciones ocultas.

Lo más probable es que esta ley no se puede poner en marcha tras su aprobación, ya que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha legislado previamente en contra, y es de orden superior. Pero este ataque a los derechos de las mujeres pretende modificar las leyes en los Estados Unidos en materia de interrupción del embarazo a través de una sibilina estrategia.

Curiosamente y de una manera casi simultánea, los estados más conservadores de Estados Unidos están aprobando leyes antiaborto, con el fin de que estas sean recurridas y llevadas al Supremo, obligando así, a que este tribunal se pronuncie, con la esperanza de cambiar y revertir su decisión de 1973 por la cual el aborto fue legal en todo el país.

En el caso de Alabama han sido los representantes republicanos, todos hombres y blancos, los que han aprobado esta ley, con penas de hasta un siglo de prisión para los médicos que lleven a cabo prácticas abortivas y sin considerar siquiera los casos de abortos por incesto o violación.

Pero no ha sido solo en Alabama donde se ha dado un hecho como este. En Georgia, otro estado del sur, ya se ha firmado la ley de latido del corazón con un contenido similar al de Alabama. Y otros cinco estados más han legislado medidas que también prohíben el aborto: Kentucky, Dakota del Norte, Iowa, Ohio y Missisipi, a los que se suman los estados conservadores de Florida y Texas, con leyes similares.

Ninguna de estas leyes va a poder ser implementadas, todas han sido recurridas y llevadas a los tribunales, pero eso exactamente es lo que esperan los conservadores. Su deseo es que lleguen a la corte suprema de los Estados Unidos, y lo haga justo en la campaña electoral de 2020 en la que Trump ira a la reelección. Además, con los cambios que Trump ha ido haciendo en el Tribunal Supremo, designando dos jueces conservadores, ahora la mayoría conservadora en el Supremo está asegurada.

Como ven este ataque a los derechos de las mujeres esta tremendamente orquestado y diseñado, y deja no solo el mensaje de que los cuerpos de las mujeres no les pertenecen, que están al servicio del hombre, que incluso, como en los casos de violación, deja claro que la culpa de la violación siempre es de la mujer que la sufre y no del agresor.

Que un país democrático como los Estados Unidos este legislando en pleno siglo XXI contra los derechos de las mujeres y restringiendo, o pretendiendo restringir, su libertad de elección es muy delator de la situación machista que se extiende como mancha de aceite por el planeta.

Desde luego si se materializa el retroceso en los derechos reproductivos de las mujeres en los Estados Unidos no les quepa duda que habremos dado un paso atrás, y estaremos empezando a descender hacia el pozo de la desigualdad y la discriminación, del que estábamos empezando a salir.

1 Comentario

  1. Leo con enorme interés los artículos de Marta Pastor, desconociendo si los mismos provocan debates o comentarios por parte de otros lectores de «El Mentor». Este es uno más defendiendo el principio de «igualdad» pero que parece contradecirse con el relato sobre la primacía del «derecho de las mujeres». Hombres y mujeres somos antes que nada personas pertenecientes a la especie humana. Una especie que, como tantas otras, tiene como uno de sus objetivos la reproducción y, para ello, es preciso el concurso de ambos géneros. Otra cosa distinta es que sea consecuencia de la fuerza de uno sobre el otro, en cuyo caso estamos hablando de delitos contemplados en el C.P. para los actores de los mismos. El aborto no deja de ser una imposición sobre un ser humano indefenso donde tiene que haber buenas justificaciones morales y sanitarias para aconsejarlo. Por otra parte Trump sigue siendo el «pin-pan-pun» para cualquier cosa. Que determinados estados legislen sobre el mismo y echarle la culpa a Trump, me recuerda aquel dicho italiano de «piove..¡poco goberno!». Un saludo.

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