El Libro de Josué narra que los muros de Jericó cayeron tras siete días en los cuales los israelitas rodearon la ciudad durante seis días y el séptimo siete veces con siete sacerdotes tocando siete trompas. Tras conquistar Jericó, los israelitas pudieron apoderarse de las tierras de Canaan.
La caída del Muro de Berlín costó más tiempo. Berlín quedó dividido entre los occidentales y los rusos en 1945. Cuatro sectores: americano, británico, francés y ruso. En los tres prímenos se respiraba libertad. No así en el ruso donde imperaba la falsa revolución soviética, una gran mentira, un infierno del que se escapaban muchos hacia los sectores occidentales.
Para impedirlo una Alemania oriental, mediatizada por Moscú, erigió en 1961 un muro, una fortificación, no para protegerse de los occidentales sino para cercenar a sus felices habitantes del paraíso comunista escaparse al mundo occidental. Desde ese muro la policía de la Alemania comunista mató sin resquemor alguno y con pasión a muchos que intentaron saltar el muro y correr luego por un espacio infinito donde había alambres de espino hasta poder llegar a donde resguardarse y respirar por primera vez aires de libertad que sin embargo son más duros que seguir siendo una dócil oveja comunista.
Fueron más de siete años de espera, pues, pero el sistema inventado por Marx, Lenin y Stalin se iba resquebrajando y ya cojeaba fuertemente en los años ochenta no sólo en Alemania del Este, también en los países satélites y en la propia Unión Soviética.
Gorbachov lo sabía muy bien, él que había sido discípulo querido de Andropov que antes de ser Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética y su Presidente, fue el jefe de la KGB y lo sabía tofo sobre Rusia y su mundo comunista, el propio y el de sus satélites: que no funcionaba. ¿Como se puede funcionar solo con planes quinquenales sin la referencia de un mercado? Y, además, imponiéndolo todo por la fuerza bruta.
Gorbachov, un comunista convencido y sincero quiso abrir la mano y el invento macabro se fue de golpe y porrazo. Los alemanes empezaron a pasar de la parte oriental a la occidental por Hungría y una orden confusa o malinterpretada en un control berlinés levantó la barrera y los berlineses orientales se reunieron con sus hermanos occidentales. Era el 9 de noviembre de 1989.
La reunificación alemana tuvo lugar en 1991, con bendición rusa que nada pudo hacer para evitarlo. La propia URSS cayó a finales de 1991 tras un fallido golpe militar contra Gorbachov por parte de unos nostálgicos. Cayó el comunismo en la Unión Soviética y esta y la propia Rusia explosionaron en muchos países, unos nuevos, otros recuperando su libertad. En 1991 cayó la última versión de un Imperio ruso y ahora Putin intenta reconstruirlo.
FOTO: Esta imagen del Muro de Berlín fue tomada en 1986 por Thierry Noir en Bethaniendamm en Berlín-Kreuzberg. | Wikipedia | Noir
