Discurso de investidura de Bartolomé González Jiménez, alcalde de Alcalá de Henares en 2007

Acto de investidura de Bartolomé González como alcalde de Alcalá de Henares en 2007
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— P U B L I C I D A D —

Acto de investidura de Bartolomé González como alcalde de Alcalá de Henares en 2007Queridos ciudadanos, queridos concejales, queridas autoridades, queridos amigos, señoras y señores, muy buenos días.

Hoy es uno de los días más felices de mi vida. Llegar hasta la alcaldía de mi ciudad es especial por el reconocimiento que siento por parte de mis vecinos y por la posibilidad de trabajar por ellos durante cuatro años más.

Consolidar la mayoría absoluta del Partido Popular ha sido doblemente especial: me siento comprometido con un modelo de ciudad para el siglo XXI, orgullosa de su pasado y abierta hacia el futuro, por la que hemos trabajado en estos años; pero además estoy feliz de poder poner en marcha los proyectos que hemos ido planteando a lo largo de esta legislatura. Me alegro de tener la posibilidad de hacer de Alcalá la mejor ciudad.

Reflexionó Gandhi que “nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo… Un esfuerzo total es una victoria completa”. Os aseguro que nuestra victoria es completa, por el esfuerzo que todos los que formamos el equipo de gobierno hemos realizado para llegar aquí; y por el esfuerzo que, desde el anterior equipo, realizamos para hacer de Alcalá lo que es hoy. Esfuerzos que reconozco y agradezco; y esfuerzos que hacen que en nuestra ciudad se viva mejor.

Llegamos a este día con treinta años de democracia a nuestras espaldas, en uno de los países más modernos, libres y democráticos de cuantos existen en el mundo. Valga, pues, mi primer reconocimiento a todos aquellos políticos que posibilitaron un marco de entendimiento modélico y ejemplar para el mundo.

Permitidme que destaque, entre todos ellos, a dos figuras imprescindibles para comprender el proceso democrático en España: a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, que, con una extraordinaria nobleza y capacidad de anticipación, asumió el papel que necesitaba nuestro país en su momento más crucial; y Adolfo Suárez, gran político y mejor persona, el primer presidente en la etapa más compleja, interesante y, al mismo tiempo, más estable y floreciente, que ha atravesado España.

Creo justo reconocer a aquellos hombres que posibilitaron, en un momento trascendental de nuestra historia, que hoy estemos representando la soberanía del pueblo con la sensación de sabernos en una democracia consolidada. Así que, al estilo que protagonizó Suárez, les diré: “puedo prometer y prometo” que el agradecimiento que tendremos siempre hacia estas personalidades será infinito, porque la construcción de la democracia en España necesitó de los mejores, para que arrancara la modernidad en nuestro país.

Pero también debemos ser conscientes de que la verdadera protagonista de nuestra democracia ha sido la sociedad española. Son los ciudadanos y los emprendedores quienes han construido lo que hoy tenemos. Y lo que hoy tenemos en Alcalá es una gran ciudad, situada en una gran comunidad autónoma, referente de lo que debe ser una ciudad en crecimiento. No vamos a olvidar nunca que somos la ciudad de Nebrija y del cardenal Cisneros, la cuna de Cervantes y de Azaña. Pero también hoy somos algo más: una de las ciudades que mejor han sabido apostar por los nuevos tiempos, las nuevas tecnologías y las nuevas realidades.

Toda esta fiesta del entendimiento, de la cordialidad y el respeto que significa la toma de posesión como alcalde, la celebraremos en el marco de una ciudad que confía en los valores democráticos y el diálogo, como esencia del entendimiento entre las personas. Quiero –por tanto- felicitar a todos los alcalaínos porque el día de hoy demuestra, como ningún otro día, el valor de la democracia. Como alcalde yo soy lo que queréis los ciudadanos que sea, y voy a trabajar por todos, tanto los que me habéis votado como los que no han confiado todavía o no han creído en este proyecto y con toda legitimidad prefirieron otras opciones políticas.

El valor de nuestro equipo de gobierno no es otro que la representación de los ciudadanos. El 27 de mayo me distéis, no un cheque en blanco, sino un poder de representación para afrontar el futuro como queréis que sea, para trabajar por Alcalá y para velar y hacer valer los derechos de todos en común, pero también los derechos de cada uno de manera individual.

Vaya, pues, por delante mi mayor reconocimiento y gratitud a todos los alcalaínos que han confiado y confían en cada uno de los 27 concejales que los representarán en los próximos cuatro años. Quiero también felicitar a los nuevos concejales por apostar por un trabajo encomiable y digno, en beneficio de todos los alcalaínos. Porque la política es servir, o al menos así debe ser. Y quiero destacar también mi agradecimiento a los grupos políticos con representación en este ayuntamiento, porque, a través de ellos se articula la participación ciudadana en las instituciones democráticas. Quiero mostrar mi apoyo a los portavoces de los tres grupos políticos: Francisco Calles, Javier Rodríguez y Gustavo Severien, porque afrontamos en estos momentos una de las legislaturas más apasionantes, revolucionarias y decisivas de nuestra historia.

El reto que afronto como alcalde es un gobierno dialogante, abierto y comprometido con el cumplimiento de sus compromisos electorales y atento a la defensa de los intereses generales de Alcalá. Y en el capítulo de los afectos, quiero reiterar mi reconocimiento a los alcaldes que me han precedido. Lo he dicho en otras ocasiones, pero no por ello pierde valor este agradecimiento, sino todo lo contrario. Para mí –como supongo lo ha sido para ellos- lo más gratificante es ser alcalde de mi ciudad; y por ello muestro mi afecto y mi cariño a todos aquellos que han confiado en este proyecto y a los que van a confiar en el futuro porque nos lo vamos a ganar con nuestro trabajo.

No puedo dejar de agradecer, en este día en el que empezamos una nueva etapa, a quienes me han ayudado a conseguir los mejores proyectos para nuestra ciudad durante la pasada legislatura. El apoyo de la Comunidad de Madrid, y especialmente de su Presidenta, Esperanza Aguirre, ha sido total durante estos tres años y medio. Su respaldo, tanto desde la comunidad como desde el Partido Popular, han sido fundamentales para marcar las bases de Alcalá de Henares como la gran ciudad que merece ser.

La proximidad a las personas hacen de nuestra administración la más cercana y la más sensible a las necesidades de los ciudadanos. El ayuntamiento, como administración, tiene unas posibilidades ilimitadas para el servicio al ciudadano, pero siempre nos quedarán metas por alcanzar, servicios que mejorar y ciudadanos a los que ayudar. Este es nuestro compromiso, permanecer siempre al servicio de nuestros vecinos para hacer de Alcalá una ciudad para vivir.
La sociedad civil es el motor fundamental para hacer que una ciudad crezca. En Alcalá han ido apareciendo símbolos estructurales que la han dotado de una consistencia de la que hoy podemos estar plenamente orgullosos. Hemos logrado que Alcalá vuelva a tener un nombre asociado a la calidad, la investigación, el desarrollo empresarial, el prestigio cultural y el reclamo turístico propio de una ciudad emblemática en la historia de España, con un elevado concepto de ciudad de mundo y ciudad del saber.

Según decían los clásicos, “una ciudad es buena cuando agrada a los que viven en ella y atrae a los que viven lejos”. Queremos hacer de Alcalá la mejor ciudad, para ello, queremos dotar a nuestros ciudadanos de todos los instrumentos para que sean felices en Alcalá, convirtiéndonos, además, en una ciudad de acogida, en un modelo de convivencia.

La esencia del proyecto que hemos desarrollado en los últimos años no es otra que la de recuperar la gran Alcalá de siglos pasados para construir, como estamos haciendo, una maravillosa ciudad de presente con grandes posibilidades para el futuro. Y todo ello, con el bienestar de los vecinos como gran e indiscutible objetivo. En muy poco tiempo Alcalá ha recuperado una universidad que aspira a convertirse en un centro de estudio e investigación de referencia, tal como lo fue en los siglos XVI y XVII. El trabajo y el esfuerzo común por conseguir que Alcalá se convierta en una verdadera ciudad universitaria ha obtenido el reconocimiento institucional e internacional con la declaración de ciudad Patrimonio de la Humanidad y ha desplegado, además, un proyecto como Gran Ciudad.

¿Qué es entonces lo que nos falta? Pues nos falta el salto de calidad suficiente para diseñar -con las cotas que merece esta ciudad- una urbe a la altura de las mejores de nuestro continente. Tenemos la ubicación ideal, el sentido universal suficiente y la potencia ciudadana necesaria como para, definitivamente, aspirar a lo máximo que una ciudad puede afrontar.

Desde la alcaldía de Alcalá, mi reto es colocar a la ciudad en el lugar que, creo merece, y aún no tiene, en el contexto nacional e internacional. Y más que un reto lo tomo como una obligación y un compromiso con mis vecinos. Este es el proyecto de mi vida y el proyecto por el que me entregaré. Para alcanzar este reto es necesario mantener el liderazgo indiscutible de Alcalá como ciudad motor de desarrollo económico e industrial y como referencia cultural.

El Pacto Local por la Industria, la mesa de desarrollo industrial del Corredor del Henares y la redefinición de la comarca son esenciales para que el Este de Madrid sea una de las regiones más prósperas de Europa, como sin duda lo será si continuamos la dinámica de trabajo de los últimos años. La referencia de Alcalá como motor de desarrollo necesita una concreción de planteamientos, incluso para redefinir términos como “relocalización”, “deslocalización” o “efecto frontera”, de tal manera que se puedan establecer las sinergias e inversiones tecnológicas y científicas necesarias para la compensación de todo el territorio Este madrileño. Si hemos conseguido una implantación de nuevas dimensiones a través del Pacto Local por el Desarrollo Económico y el Empleo, debemos dotarnos de los instrumentos necesarios para hablar de una ciudad puntera en industria y economía dentro de la comarca.

Alcalá como referencia cultural dentro de la Comunidad de Madrid es ya una realidad. Pero en este terreno, de especial trascendencia para el futuro de la ciudad de Cervantes, necesitamos una apuesta reforzada para afianzar la ciudad en un proyecto a ocho años que hemos definido como “Alcalá 2016, ciudad de las artes y las letras”. Para ello debemos insistir en una profunda apuesta por el entendimiento, en la que nuestro legado cultural y patrimonial quede en un plano en el que la calidad sea el eje cultural de nuestra ciudad. Necesitamos reforzar sensiblemente las posibilidades y construir la base necesaria como para afrontar con garantías este importante reto de salto a la excelencia en nuestra ciudad.

Estamos inmersos en una ciudad moderna de más de 200.000 habitantes que necesita completar una serie de cambios estructurales, de singular importancia, que fijen la gran ciudad del presente y la gran ciudad del futuro. Estamos inmersos, por tanto, en una ciudad que tiene en sus vecinos el principal elemento de generación de impulso, de iniciativa y de participación. Donde estén los alcalaínos, ahí estará su alcalde.

Nos encontramos en una ciudad que apuesta por el Medio Ambiente de forma inequívoca, que apuesta por la eliminación progresiva de los problemas de tráfico o de aparcamiento, y ahí están las inversiones para demostrarlo. Queremos fijarnos una prioridad absoluta, la creación de un importante ente de gestión de aparcamientos, que subsane gran parte de los problemas de movilidad de nuestra ciudad. La realización de los túneles de las carreteras de Daganzo y de Meco, junto con otras inversiones como el desdoblamiento de la M100 y la M300 harán de Alcalá una ciudad en la que el tráfico no sea un problema. La creación de una red de carriles bici convertirán a nuestra ciudad en un referente de respeto hacia el Medio Ambiente. Además, vamos a conseguir que todos aquellos que quieran vivir en Alcalá tengan acceso a la vivienda; para ello, construiremos más de 5.000 viviendas de protección pública a lo largo de la próxima legislatura, centrándonos, muy especialmente, en nuestros jóvenes, a los que irán destinadas 2.500 viviendas pertenecientes al Plan Joven de la Comunidad de Madrid.

Estamos en una ciudad heterogénea, universal y solidaria, y, por tanto, tenemos que plantear una gran ciudad donde las personas vivan, trabajen, disfruten y descansen con las mayores garantías posibles. Para mí, eso será posible porque en definitiva, estamos en una gran ciudad. En palabras de Aristóteles, “lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama”, yo he trabajado mucho por esta ciudad, y cada día la quiero más. Vuelvo a prometer lo que todo el que me conoce sabe: trabajo, trabajo y más trabajo. Y vuelvo a prometer que ese trabajo lo voy a unir con la idea de que los alcalaínos merecemos lo máximo, lo mejor. Porque con esta manera de pensar y de actuar, esta ciudad ha conseguido los mejores logros de los últimos tiempos y sus ciudadanos gozan, de manera inequívoca, de un mayor bienestar.

Quiero, también, establecer las bases necesarias para alcanzar una relación comprometida, cordial y leal con las otras instituciones de la ciudad. Nosotros hemos apostado por la rehabilitación de los cuarteles en el Casco Histórico y para ello, entre otras cosas, hemos dejado de lado otros proyectos. Lo que quiero expresar es que para mí es fundamental el desarrollo de los Cuarteles. Éste es un objetivo prioritario, ya que prácticamente completará la rehabilitación de la ciudad. Por tanto, la culminación de este trabajo de rehabilitación permitirá que Alcalá se convierta en una verdadera ciudad universitaria, más allá de una ciudad con una histórica universidad. Creo que tenemos que sentar las bases con una claridad meridiana, con lealtad institucional, mutua y recíproca, y también con firmeza.

Estamos en una situación que hace veinte años parecía impensable; y con el esfuerzo de entonces y de ahora hemos logrado una cosa muy importante: Alcalá es la ciudad con el tejido empresarial y comercial más importante de su entorno; este hecho, sumado a su indiscutible representación social, conforma el elemento básico de una gran ciudad moderna. Estoy convencido de que -con el esfuerzo de todos- los próximos años colocarán a Alcalá en un lugar que servirá de referencia para las próximas décadas. Cuento para ello con todos los alcalaínos, para afrontar la que es, en mi opinión, la legislatura más determinante de la historia democrática en nuestra ciudad: -repito- la de la revolución, la del salto a la calidad.

No quiero finalizar este pequeño esbozo de intenciones sin reiteraros lo feliz que me siento por representar a todos los complutenses en esta nueva etapa democrática. Y una vez más, no quiero dejar de reconocer lo importante que es el apoyo de mi familia para tener las fuerzas y el respaldo necesario a la hora de afrontar un nuevo compromiso con los vecinos, ya que sin su comprensión no podría dedicarme a lo que más me gusta, que es ser el alcalde de mi ciudad. A mi esposa, Yolanda, porque cada día me anima a seguir con un proyecto que ya ha hecho suyo también; a Diego y a Daniel, porque comprenden, casi siempre, que mi tiempo no sólo me pertenece a mí; y, por supuesto, a mis padres, Antonia y Manuel, que me hicieron amar esta ciudad y sentirme hoy orgulloso de poder trabajar por ella. Quiero agradecer también a los amigos y a tantas y tantas personas que en estos días me han trasladado su calidez y proximidad.

Gracias por vuestra presencia en este momento tan importante, para la ciudad y para mí. Gracias a mi querido Jesús la Roda y a Santiago Clemente como representación de los sindicatos UGT y CCOO; a Jesús Martín, como cabeza visible del tejido empresarial del corredor del Henares, a Florentino Rueda, Vicario de la Diócesis de Alcalá y representante del Obispado, a Francisco Javier García Gutiérrez, cronista oficial de la ciudad y, muy especialmente, a mi apreciado rector de la Universidad de Alcalá, Virgilio Zapatero, con quien me comprometo, desde ya, a establecer cuantos mecanismos sean necesarios para potenciar una mejor ciudad y, por tanto, una mejor universidad.

Como decía Ortega: “sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos”. Nosotros miramos hacia ambiciosos proyectos para Alcalá, la Gran Ciudad de las Artes y las Letras, un referente económico e industrial dentro de la región, una ciudad para vivir, con las infraestructuras necesarias, con las dotaciones medioambientales que merecen nuestros vecinos y que garantice la mejor calidad de vida para todos, centrándonos en nuestros mayores y en los más desfavorecidos. Quiero seguir afirmando que las políticas sociales van a seguir siendo prioridad de esta alcaldía. Queremos una Alcalá para el siglo XXI, con nuevas y mejores oportunidades.

Muchas gracias. Espero contar, como hasta ahora, con el apoyo de todos, y confío que juntos podremos lograr el proyecto de una Gran Ciudad que es Patrimonio de todos. Como vuestro alcalde, seguiré a pie de calle, cerca de vosotros, escuchando a todos, al lado de las personas, de la gente de esta, mi ciudad. ¡En esta fiesta de la democracia vaya mi reconocimiento por todos los vecinos de Alcalá!

Muchas gracias a todos.

Bartolomé González Jiménez
Alcalde-Presidente
Alcalá, a 16 de junio de 2007

Fuente: Diario de Alcalá

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