Estimado alcalde: gobernar una ciudad no es fácil. Menos contentar a todos a la vez porque cada cual tiene sus intereses particulares, así que por simple y llana honestidad, es mejor atender los intereses comunes que aquellos promovidos por intereses o ideologías ajenas a los mismos. No hace falta citarlos porque usted es consciente de ellos y de que en algunos casos (como en el seguidismo de la anterior política municipal y del grupo residual del mismo), han alterado profundamente sus promesas electorales confundiendo de nuevo a los votantes del PP.
Políticamente está apoyado por dos fuerzas: Vox y Ciudadanos, con los que han llegado a suscribir acuerdos de gobierno a pesar del “cordón sanitario” que éstos últimos intentan poner desde la escasa relevancia en la política española. Como decía el añorado Benedetti: “al final hay que elegir”. Y usted lo ha hecho con una visión legítima pero equivocada, buscando contentar al antes denostado “Ahora Madrid” y a Ciudadanos, contagiado quizás de ese complejo que todos perciben en supuesto progresismo del PP y su presidente, para estar incluidos en lo que, desde poderes particulares, se establece como única ideología. De nuevo todos sabemos los que son y cuales sus falsos intereses de salvar al Planeta y a la Humanidad, en base a teorías estrambóticas claramente negativas para las personas y sus libertades legítimas.
La verdadera autoridad reconocida no es la que se impone a golpe de decreto (ya vemos los del gobierno declarados inconstitucionales) o de ordenanzas, sino aquella que nace del respeto y el reconocimiento social, de la solidez política, de la sinceridad y de la eficacia en la gestión. Su compañera Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sido y es un claro ejemplo de ello y, por esa razón, el llamado “efecto Ayuso” no sólo ha llegado a todos los rincones de España, sino que ha trascendido más allá de las fronteras y ha permitido recuperar imagen al casi amortizado PP por pretender parecerse al PSOE (ya vimos las consecuencias con el gobierno del Sr. Rajoy/Montoro).
Es ese seguidismo falsamente “progresista” el que les perjudica y deja al descubierto la “desnudez” política del PP, facilitando que se lo perciba como una simple correa de transmisión de intereses ajenos (para eso ya está el PSOE, Podemos, Ahora Madrid y Cs) a los de los ciudadanos, apoyados en los datos (siempre falibles) de supuestos “expertos” oficiales u oficiosos. Volvamos al “plan antiguo” simplemente y reconoceremos lo que la Ciencia de verdad ha venido diciendo con la debida prudencia sobre teorías que se intentan imponer como dogmas:
“Los charlatanes existen en todos los ámbitos, pero en especial los del cambio climático…”
Avi Loeb (Catedrático de Astrofísica)
Un ayuntamiento tiene otras tareas más urgentes y más cercanas que resolver (sobre todo en una gran ciudad como Madrid) que se resumen en facilitar la vida a sus ciudadanos, no en complicársela con abstractas ordenanzas ideológicas o en facilitar y garantizar sus derechos para poder esperar el cumplimiento de sus deberes que, siempre, deben estar suficientemente claros y sencillos. La confusión no ayuda nada, sino que los previene sobre lo que no entienden (como ahora el nuevo plan “zonas no contaminadas” donde se intenta superar la “educación” a los ciudadanos impuesta desde el ayuntamiento anterior). Los ciudadanos -no lo olvidemos- son la soberanía nacional “de donde emanan los poderes del Estado” y por ello exigen que se les explique muy clarito el porqué de tantas obras inacabables, de tantos obstáculos en las calles, de la falta de señalización en la mayoría de ellas, del exceso en otras, del seguimiento y control en la exigencia de cumplimiento de plazos, de las prohibiciones y sus motivaciones, de las sanciones y de su procedimiento jurídico garantista, etc. etc.
Quizás fuera interesante contar con la opinión de los propios funcionarios que cada día tienen que enfrentarse a supuestas soluciones de tráfico (conductores de EMT), de seguridad (policía municipal), de limpieza, de ordenación convivencial (urbanismo)… Esos son los verdaderos expertos y los que más pueden aportar al conocimiento real de las diferentes situaciones. Los otros están en los despachos, no suelen querer problemas y se limitan a las visitas oficiales cuando les indican. La consecuencia es una imagen de dejadez de control real de lo público. Quizás deba replantearse el efecto llamada del Centro por la acumulación de oferta de servicios y entretenimiento, derivando los mismos a otras zonas que padecen de su carencia. Espero que la Convención Nacional que se desarrolla actualmente, pueda servir para encontrar un lugar propio, un proyecto definido alternativo y una claridad de visión que les proporcione el oportuno reconocimiento político. Con las libertades no se juega, no se las retuerce, no se las califica… Simplemente están o no. Recordemos la sabiduría de Cervantes a través de su personaje D. Quijote: “Nunca fui defensor de reyes, pero peores son los que engañan al pueblo con trucos y mentiras, prometiendo lo que saben que nunca le darán”.