IA: Multiplicador de Valor y Transformador del Futuro del Empleo

IA: Multiplicador de Valor y Transformador del Futuro del Empleo
IA: Multiplicador de Valor y Transformador del Futuro del Empleo
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— P U B L I C I D A D —

Estamos inmersos en la mayor revolución tecnológica de la historia. La combinación de la inteligencia artificial (IA) con la computación cuántica está cambiando la forma en que vivimos y trabajamos. Desde que nos levantamos, estamos rodeados de tecnología que hace nuestra vida más fácil y eficiente.

Cada mañana, pedimos a Alexa que apague el despertador y ajuste la iluminación de nuestra habitación. Los auriculares con IA generativa nos permiten entender y comunicarnos en múltiples idiomas, dándonos “superpoderes” en la interacción global. Cuando salimos de casa, nuestro coche nos sugiere rutas basadas en nuestros hábitos, y pagamos el café con solo un escaneo facial. Esta no es solo tecnología, es un nuevo modelo de relación entre humanos y máquinas.

La IA: Redefiniendo Industrias y Modelos de Negocio

La IA generativa no solo está transformando nuestra vida diaria, sino también sectores enteros de la economía. Un informe de DigitalES revela que la IA puede aumentar la productividad empresarial entre un 10% y un 30%, dependiendo del sector. Esto se debe a su capacidad para automatizar tareas complejas, permitiendo que los empleados se enfoquen en actividades de mayor valor añadido.

Los estudios de EY y EsadeEcPol van más allá, mostrando que la IA puede mejorar el rendimiento de los trabajadores con menor productividad en un rango del 12% al 37%. Además de la eficiencia, esto eleva la calidad del trabajo realizado. A largo plazo, se estima que la IA generativa podría agregar entre 2,6 y 4,4 billones de dólares anuales a la productividad global, compensando el decrecimiento del empleo en una población que envejece.

No es sorprendente entonces que en 2023, el 55% de las empresas hayan invertido en IA, y un 58% planee seguir haciéndolo. Un informe de McKinsey destaca que la IA tiene el potencial de automatizar entre un 60% y un 70% de las tareas rutinarias, concentrando el 75% de su valor en cuatro áreas clave: operaciones con clientes, marketing y ventas, ingeniería de software, e investigación y desarrollo. Los sectores más impactados incluyen la banca, las grandes tecnológicas, farmacéuticas y retail.

El Caso Klarna: Un Ejemplo de Transformación Radical

Para entender mejor cómo la IA generativa está revolucionando las industrias, veamos el caso de Klarna, la fintech que se especializa en “compra ahora, paga luego”. A principios de este año, Klarna anunció que la digitalización de sus procesos mediante IA ha permitido realizar el trabajo de 700 personas, ahorrando 40 millones de dólares anuales.

Su chatbot de IA mantiene los niveles de satisfacción del cliente comparables a los de los agentes humanos, y ha reducido en un 25% las consultas repetidas. Además, Klarna usa IA para personalizar recomendaciones y mejorar la comunicación con inmigrantes, logrando avances significativos en eficiencia y productividad.

En una entrevista reciente, el CEO de Klarna destacó que «la IA ha sido clave para mejorar la eficiencia y reducir costes. No solo podemos hacer más con menos, sino que podemos hacer mucho más con menos». Los resultados actualizados muestran una reducción de 1,000 empleos, con la expectativa de llegar a 2,000, optimizando aún más sus operaciones.

La IA: Un Balance entre Oportunidades y Desafíos

Klarna es un ejemplo claro de cómo la IA generativa puede transformar profundamente las industrias. Si bien puede llevar a una reducción de empleos en ciertas áreas, los beneficios en términos de ahorro de costes, eficiencia y innovación son innegables. El desafío para las empresas será encontrar un equilibrio entre la adopción de la IA y la gestión de su impacto en la fuerza laboral.

Se estima que la IA desplazará 85 millones de empleos para 2025, pero también creará nuevos roles en tecnología y análisis de datos. Aunque la productividad podría aumentar hasta un 40%, y se espera que sume 20 billones de dólares al PIB mundial en 2030, existe el riesgo de que se amplíen las desigualdades sociales si no se gestionan adecuadamente estos cambios.

Adaptarse o Quedarse Atrás

Es fundamental que todos los actores involucrados—empresas, trabajadores y gobiernos—tomen medidas proactivas para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que la IA generativa presenta. Las empresas deben liderar invirtiendo en la formación de sus empleados y fomentando una cultura de innovación. Los trabajadores, por su parte, deben asumir la responsabilidad de su desarrollo profesional, buscando continuamente nuevas habilidades. Finalmente, los gobiernos deben implementar políticas inclusivas que faciliten la transición hacia un mercado laboral más automatizado y equitativo.

La adopción de la IA generativa por parte de Klarna es un ejemplo de cómo se está redefiniendo la competitividad en el sector financiero. Estableciendo nuevos estándares de eficiencia y reducción de costes, Klarna marca el camino para las empresas que buscan mantenerse relevantes en un mercado en rápida evolución. La clave estará en la personalización de la experiencia del cliente y en la reconversión del talento, preparando a los empleados para nuevos roles en un futuro dominado por la IA.

¿Estamos preparados para adaptarnos a esta nueva realidad?

La inteligencia artificial no es solo una tendencia tecnológica, es una fuerza que está redefiniendo industrias, creando valor y cambiando la forma en que trabajamos y vivimos. Sin embargo, este poder transformador también conlleva desafíos significativos, especialmente en términos de empleo y equidad social.¿Las empresas, los trabajadores y los gobiernos están tomando las medidas necesarias para aprovechar las oportunidades mientras mitigan los riesgos?

El futuro que la IA nos ofrece es prometedor, pero requiere un esfuerzo conjunto para asegurar que todos podamos beneficiarnos de esta revolución. La clave estará en nuestra capacidad de innovar, aprender y adaptarnos a un mundo donde la tecnología no solo es una herramienta, sino un socio en nuestra vida cotidiana.

1 Comentario

  1. La pregunta es: ¿y quien planta los tomates?
    Otra sería: ¿en qué tipo de actividad productiva se ampliaría el trabajo?
    No necesito la respuesta de aquel «bruillante» Kissinger que en Detroit pronosticó en los años 60 que la economía sería en el futuro tecnología y servicios, olvidando que éstos se sitúan en el sector terciario y que, si no hay sector primario y secundario, queda en un simple invento.
    Antes del verano hice una especie de curso intensivo sobre IA, asistiendo a diversos actos sobre esta materia, con charlas de los propios «interesados» (hay que invertir más dinero) , contando las mismas cosas que se dicen en este y otros artñiculos. Es más, se llego a decir que «había que obligar a todos» a aceptar, usar e financiar esta herramienta (porque no es más que eso). Ante la observación hecha desde el público de que se estaba proponiendo un sistema totalitario, el brillante orador sólo dijo: «Es verdad, no me había dado cuenta». Esto ocurrió en un espacio liberal.
    En otro foro mucho más importante dedicado al mundo de la seguridad y defensa, se exponía la metodología del sistema IA, con esa «neolengua» tan importante para sorprender a los bobalicones.
    Cuando el propio orador hablaba de la recogida de información a base de billones de datos, tuvo que reconocer que no había forma de saber si eran fiables. Eso no era competencia de la IA. Más tarde esos datos debían servir para establecer un diagnóstico, pero antes un funcionario con IN (inteligecia natural y una jornada de 8 horas) debía haber procesado y diferenciado los billones de datos aportados para saber en cuales fiar y en cuales no. Seguimos avanzando y fiándonos del sontrolador llegamos a un diagnóstico que adolece de esa falta de fiabilidad, lo que puede confundir y crear una catástrofe si las decisdiones siguientes están marcadas por esa falsa fiabilidad. Nuevamente la IN, el simple talento humano debe resolver y responsabilizarse de tales decisiones. ¿Quien lo va a hacer?
    Porque esas decisiones traerán consecuencias para todos y para todo. ¿Acertadas o equivocadas?
    Las máquinas no tienen responsabilidad jurídica. Si se equivocan no se las juede sancionar (como mucho mandarlas a la chatarra) pero el terrible impacto de sus decisiones quedará impune.
    Una sola pregunta: ¿que resultados benmeficiosos ha dado la IA en la reciente pandemia del COVID?
    Un silecio clamoroso en la sala.
    Como verá no estoy hablando de «nubes», «unicornios» y otras lindezas por el estilo, sino en la racionalidad que sólo el ser humano posee para conocer, analizar, crear, corregir, etc. en una sola cabeza llena de billones de neuronas (superior a cualquier computadora) cualquier situación que se presente.
    Al final de estos actos había que reconocer que la IA lleva funcionando casi un siglo y los tomates siguen plantándose por humanos. Que la compra en el «super» es cuestión humana. Que la forma de alimentarse y la decisión de ir a la derecha o la izquierda, de pegar un salto, de contar un chiste o de comprender y sentir, son humanos.
    La IA hoy por hoy es una mera herramienta de mayor o menor utilidad, como otras máquinas lo fueron y siguen siendo, aunque eso sí servirá para seguir hurgando en los flacos bolsillos de unos humanos a los que obligaron a estar al servicio del dinero y de las máquinas, aunque no se sepa para qué. ¿O sí?
    Un saludo.

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