La IA está emergiendo como un elemento clave en la geopolítica, con implicaciones significativas para la economía, la seguridad y la gobernanza global, definiendo el rumbo de las relaciones internacionales en el siglo XXI.
El contexto actual en el que vivimos combina la intensa competencia geopolítica entre Estados Unidos y China —junto a los conflictos en Europa y Oriente Medio—, con una de las innovaciones más significativas desde internet: la inteligencia artificial. Desde noviembre de 2022 con la disponibilidad de la IA generativa, es indudable que geopolítica y tecnologIA se entrelazan.
Desde la carrera por el liderazgo en el desarrollo de IA hasta la regulación y el control de datos, los países de todo el mundo están lidiando con una serie de cuestiones que tienen implicaciones profundas en su seguridad nacional, economía y sociedad en general.
Una de las principales áreas de disputa es la carrera por el liderazgo en la investigación y el desarrollo de la IA. Estados Unidos y China han emergido como los principales contendientes en esta competencia, cada uno con su propia estrategia y enfoque para dominar este campo.
Grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft y Facebook han liderado el camino en la investigación de IA
Estados Unidos ha estado impulsando la innovación en IA a través de una combinación de iniciativas gubernamentales, colaboraciones con la industria y una inversión masiva en investigación y desarrollo. Grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft y Facebook han liderado el camino en la investigación de IA, desarrollando modelos avanzados y aplicaciones prácticas que están transformando una amplia gama de industrias. Además, el gobierno estadounidense ha lanzado programas como la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, que busca promover la investigación y la adopción de la IA en áreas como la defensa, la salud y la energía.
Por otro lado, China ha adoptado un enfoque más centralizado y ambicioso para liderar en IA. El gobierno chino ha lanzado iniciativas como el Plan de Nueva Generación de Inteligencia Artificial, que tiene como objetivo convertir al país en líder mundial en IA para 2030. China ha invertido miles de millones de dólares en investigación y desarrollo de IA, apoyando a empresas nacionales como Baidu, Alibaba y Tencent en sus esfuerzos por desarrollar tecnologías avanzadas de IA y aplicaciones prácticas.
Otro desafío clave es la regulación y el control de datos, un activo estratégico por el que las naciones están compitiendo por controlar y proteger.
Proteger la privacidad de los ciudadanos y garantizar que las empresas utilicen los datos de manera ética y transparente
La regulación de los datos es un tema central en la lucha por la privacidad y la protección de los derechos individuales. En países como Estados Unidos y la Unión Europea, se han implementado regulaciones como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), que establecen normas estrictas sobre cómo se recopilan, almacenan y utilizan los datos personales. Estas regulaciones buscan proteger la privacidad de los ciudadanos y garantizar que las empresas utilicen los datos de manera ética y transparente.
La lucha por el control de los datos también tiene implicaciones geopolíticas, especialmente en lo que respecta al intercambio de datos entre países. Por ejemplo, Estados Unidos y China están librando una batalla por la hegemonía tecnológica, y el acceso a los datos es una parte crucial de esta disputa. China ha implementado políticas de soberanía de datos que requieren que las empresas almacenen los datos de los ciudadanos chinos dentro del país, lo que le otorga al gobierno chino un mayor control sobre estos datos. Por otro lado, Estados Unidos ha expresado preocupaciones sobre el acceso de China a los datos de ciudadanos estadounidenses a través de empresas chinas como Huawei y TikTok, lo que ha llevado a tensiones en las relaciones entre ambos países.
Además, la regulación y el control de los datos también están dando lugar a debates sobre la equidad y la justicia en el acceso a la IA. Aquellos países que puedan influir en la formulación de normas y regulaciones internacionales sobre la IA tendrán una ventaja estratégica en la configuración del futuro del uso de esta tecnología a nivel mundial.
Cabe destacar que la UE es la primera en establecer reglas claras para el uso de la IA, a través del Reglamento de la IA. Esta regulación tiene dos objetivos básicos: 1) garantizar que los sistemas de IA sean seguros y respeten los derechos fundamentales; y 2) estimular la inversión e innovación en el ámbito de IA en Europa.
La IA también está generando preocupaciones sobre la seguridad nacional y la estabilidad geopolítica. Los avances en la IA están siendo utilizados por diversos actores estatales y no estatales para mejorar sus capacidades militares, incluida la automatización de sistemas de armas, la vigilancia y el ciberespionaje.
La ciberseguridad es un área de gran preocupación, ya que la IA puede ser utilizada tanto para defender como para atacar sistemas informáticos. Por ejemplo, los ciberataques respaldados por IA pueden ser más sofisticados y difíciles de detectar, lo que plantea riesgos para las infraestructuras críticas, como las redes eléctricas, los sistemas financieros y las instalaciones gubernamentales.
La IA está impulsando una carrera armamentística global
La IA también está siendo utilizada en la guerra de información, donde los actores estatales y no estatales buscan influir en la opinión pública y desestabilizar a sus adversarios, difundiendo desinformación y propaganda a una escala masiva, fomentando la polarización social.
Y si esto no fuera suficiente, indicaremos también que la IA está impulsando una carrera armamentística global, donde los países compiten por desarrollar sistemas de armas autónomas y drones militares equipados con capacidades de IA. Estos sistemas pueden ser utilizados para llevar a cabo ataques precisos y letales sin la intervención humana directa, lo que plantea serias preocupaciones éticas y legales.
En el ámbito económico, la IA está alterando las cadenas de suministro globales y cambiando la dinámica de la competencia empresarial. Las empresas que adoptan la IA pueden obtener una ventaja competitiva significativa en términos de eficiencia operativa, personalización del servicio al cliente y capacidad predictiva. Esto ha llevado a una mayor competencia entre las empresas y los países para atraer talento, invertir en investigación y desarrollo, y crear un entorno propicio para la innovación.
La IA ya está desempeñando un papel cada vez más importante en la economía, la seguridad nacional y la sociedad en general, y su influencia solo seguirá creciendo. El papel que jugará la IA en la geopolítica en los próximos años será fundamental y transformador.
Un nuevo reto que abordar, Miguel. La gobernanza de la IA es esencial y es responsabilidad de todos.
Gracias por tu contribución. Saludos, Marga
Un interesante artículo sobre temas que se consideran «tabú» pero que están condicionando todos los sistemas sociales y económicos en el ámbito mundial.
Sería interesante abrir «El Mentor» al debate racional de estas cuestiones.
Lo que plantea el artículo en realidad es la implantación de un llamado Nuevo Orden Mundial (con este nombre ya es para escamarse) sustentado en tecnología y servicios exclusivamente, tal como el ínclito Premio Nobel Kissinger proclamaba allá por mediados del siglo pasado: «La economía en adelante será exclusivamente tecnología y servicios», olvidando que ésgtos pretenecen al sector terciario. Es decir, son simples herramientas de mayor o menor utilidad al srvicio del sectotr primario y secundario.
A pesar de eso le dieron el Nobel.
La verdad es que nos han metido (o se han metido) en unos «jardines» al estilo de los franceses con demasiados vericuetos para encontrar una salida razonable y efectiva a los problemas mundiales.
Pero ahí estamos, adorando a los nuevos ídolos de terminologías impronunciables y menos aún, transparentes para el común de las sociedades.
Debe ser una forma de distinción social, como fue la Cultura en otras épocas.
En todo caso, repito, sean bienvenidas todas las aportaciones que arrojen algo de luz sobre estos arcanos misteriosos que se mueven entre «nubes» en el «metaverso» cuántico de átomos iridiscentes (es broma) de los NFT y similares, donde siempre habrá incautos que compren el producto.
Un saludo y gracias por la aportación que, ojalá, abra un necesario debate.
Gracias de nuevo O´farrill por aportar tu punto de vista. ¡Bienvenido sea el debate que propones!
Como recordaba en el comentario anterior, la tecnología no es ni mala ni buena, sino el uso que se haga de ella. Estoy de acuerdo contigo, no comparto la frase de Kissinger, la economía siempre integrará más ingredientes que tecnología y servicios.
Que Dios nos pille confesados