¿Saben una cosa? Las mujeres también sufrimos discriminación en eso de lo que tanto se habla que es la memoria histórica. Precisamente ahora que andamos poniendo las cosas en su sitio, me llama mucho la atención que lo que sucedió en nuestro país con la mujer durante el franquismo sea un tema del que apenas se sabemos nada.
Si la represión fue importante durante los 40 años que vivimos bajo una dictadura, no lo fue menor el maltrato hacia la mujer durante esa época. Las mujeres que vivieron esa época se vieron sometidas a un determinado rol, absolutamente, machista que las relegaba al hogar, a la obediencia ciega del varón, a su papel de madre y esposa, y no lo olviden, también, al de puta, porque hasta el año 1956 la prostitución era una actividad legal dentro del régimen de Franco en este país. Si, ya ven, los burdeles o casas de tolerancia como así les llamaban, existían, eran lugares donde se prostituía a las mujeres bajo estrictos controles de la policía y también sanitarios.
Les recomiendo que lean, si tienen tiempo el libro de la historiadora Pura Sánchez: Individuas de dudosa moral, por ejemplo, si quieren documentarse sobre cómo era la represión sobre las mujeres en Andalucía entonces, o el libro de Carlota O’Neill, titulado Una Mujer en la Guerra de España, en el que entre otras cosas nos cuenta como se abusaba una y otra vez de las presas en la dictadura.
En estos días, también, se ha publicado la obra Mujer, moral y franquismo: del velo al bikini, de la historiadora Lucia Prieto. En el también podemos enterarnos del control que el régimen franquista ejercía sobre la mujer a través de un organismo creado por Franco llamado Patronato de Protección a la mujer, presidido precisamente por su esposa, Carmen Polo, cuyo objetivo era, atiendan, “velar por todas aquellas mujeres que caídas desean recuperar su dignidad”.
El caso que es que poco se habla de todo lo que sucedió con las mujeres durante esa época. La memoria histórica ha de ser revisada, contada, y explicada a las generaciones que no vivieron esos tiempos con todo rigor, y no se puede dejar al margen todo lo que sufrieron las mujeres entonces.
No se puede cambiar la sociedad sin saber cómo hemos llegado hasta aquí. Hay que explicar a las nuevas generaciones de donde vienen muchos estereotipos de discriminación, cosificación y violencia contra las mujeres. No ha pasado tanto tiempo, y apenas se habla de esto. Parece que con desenterrar al dictador y cambiar unos cuantos nombres a unas calles ya se ha hecho todo el trabajo, pero la memoria histórica tiene que tener también una visión de género, donde se explique y se enseñe a las mujeres que no vivieron esa época como era la realidad, y a las que la vivieron, se las restituya, aunque sea de una forma simbólica, de todo lo que sufrieron.
Piensen en ello esta semana.