España y Europa en apuros (2)

Jesús Fernández Villaverde en la Fundación Rafael del Pino
Juan Laguna
Por
— P U B L I C I D A D —

Continuando con la referencia a la importante conferencia del profesor Jesús Fernández Villaverde en la fundación Rafael del Pino, no hay más remedio que analizar las “políticas erróneas” que la UE ha venido imponiendo a los países miembros, a través de sus directivas o normas comunitarias, en aras de una visión fantasiosa y distópica del mundo futuro que vienen desde la propia ONU.

Tales políticas erróneas no se refieren solamente a los aspectos formales de las sociedades libres (democráticas), sino a la incapacidad de quienes las imponen para someterlas a un cierto rigor intelectual. Y es que, posiblemente, eso sea pedir demasiada honestidad institucional y política. Como se decía en el artículo anterior, éstas eran achacables a las decisiones tomadas en los diferentes ámbitos por los gobiernos europeos (salvo alguno) obligados por el nuevo y absurdo ordenamiento jurídico de la UE. con cualquier título rimbombante para que “cuele”: “calentamiento global”, “cambio climático”, “CO2”, etc. etc. que no han calado en el racionalismo de los europeos.

Por el contrario olvidan que la “política” tiene como objetivo básico el respeto a la vida de las personas y a la Naturaleza. Leer a estas alturas una llamada “ley del clima” es atentar contra la inteligencia de cualquier persona que haya pasado por estudios y cultura básicos que conoce y respeta las leyes naturales del Universo. En nuestro pequeño planeta todos los fenómenos ambientales que se vienen produciendo desde su existencia: desde la formación de océanos y continentes en la corteza terrestre, hasta los procesos de formación y cambio en todos sus elementos, regulando cuestiones banales o nimias en lugar de afrontar la mayoría de edad de nuestro continente anclado en el imaginario del siglo XIX, con tecnologías aún en pañales como la IA donde, el enorme entramado de administraciones públicas europeas, resulta hoy disfuncional.

Tan disfuncional como resultan los partidos políticos, las ideologías rancias y pasadas de moda y las estructuras de servicio público con diseños arcaicos, que deben mantenerse como un sistema clientelar. El mundo de hoy responde a unos paradigmas de menor administración, menor gasto público y mayor eficiencia real. En lugar de eso tenemos estructuras administrativas y técnicas incapaces de dar respuesta eficaz a los variados problemas de las sociedades.

Hay que recordar cómo se penalizan legal y administrativamente la libertad de creación de actividades económicas.

Esto da lugar a un decrecimiento económico de las sociedades antes “desarrolladas”, una desincentivación social colectiva y una banalización de la economía. De nada sirven las supuestas inyecciones económicas (simples operaciones financieras) si no cumplen su cometido de creación de riqueza, empleo y productividad real de bienes. Quizás seria mejor menos dinero virtual y menos trabas administrativas y mayor seguridad jurídica.

El globalismo restrictivo (contrario a la globalización) con “agendas” surrealistas, se presenta hoy como una religión que precisa de creyentes acríticos, con sus rituales comunitarios, donde las soberanías de los pueblos se diluyan para adorar la soberanía de las máquinas que sólo son herramientas de usar y tirar, dependientes siempre de la inteligencia natural de los humanos, cuando la hay. En los primeros tiempos de la informática se decía: “Un burro con ordenador, sigue siendo un burro”.

Pues bien, el profesor Fernández Villaverde plantea unas posibles soluciones, como una estrategia multidimensional europea (donde me he permitido añadir el comentario que parecía oportuno para aclarar el concepto). 

  1. Incremento de la natalidad en el mundo y particularmente en Occidente, con políticas que incentiven nacimientos y por tanto contrarias al aborto.
  2. Adaptación geopolítica a la nueva situación mundial, muy diferente a los modelos hegemónicos del siglo pasado.
  3. Crecimiento económico en base a la libertad de creación de economía productiva real de bienes y recursos, confiando en el mercado.
  4. Abundancia de energía, barata y estable, lo que nos lleva a la energía nuclear (de momento) y a las tradicionales, cuestionando las “alternativas” conocidas.
  5. Regulación “ex post” de acuerdo con las necesidades reales, no las imaginarias y menos las surgidas de las fantasías de ciencia ficción.
  6. Incremento de eficacia en las AA.PP. lo que nos lleva a repensar la política,  la democracia real, el papel de los “estados” actuales en el nuevo diseño geopolítico y geoestratégico mundial.

En estos momentos aún parece posible ese aumento de población que ha pasado a números rojos desde los “malthusianos” límites al crecimiento, así como una redefinición de la organización política desde la recuperación de las soberanías nacionales, donde la representación democrática no resida en el juego falso de partidos políticos con representación parlamentaria.

Acaba el profesor Fernández Villaverde con un menaje pesimista: “Esto va a peor….” con una Europa desnortada incapaz de hacerse mayor, donde las cuestiones más urgentes, se materializan en disposiciones como el diseño de los tapones de bebidas y otras lindezas por el estilo, siempre a costa de los contribuyentes que se son obligados a mantener una economía de juegos de salón.

1 Comentario

  1. Hay que salir de la Unión Europea y del euro. De la primera—-además de todo lo que expones, Juan—-porque España se desindustrializó, acabando con empresas de la categoría de Barreiros, Pegaso y Ebro, y malvendiendo SEAT a Volkswagen.
    El euro: inflación soterrada del 66% y deuda pública del 106% actualmente, cuando antes de la moneda común era de sólo el 58%. Saludos.

    Miguel Manrique.

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