Valor estratégico

Valor estratégico
Carlos Miranda
Por
— P U B L I C I D A D —

Dicen que, durante el confinamiento viral italiano de principios de este año, una pareja de negacionistas vénetos intentó llegar a Lampedusa convencidos de que allí acababa el mundo que, según ellos, sería plano. Hay muchos lunáticos. En los manicomios pueden ser muy persuasivos y la marcha de nuestro planeta parece darles la razón, especialmente en España. El virus maldito lo prueba. ¡Bastantes piensan que solo es una invención para retenernos en nuestras casas, empobrecer la hostelería y promocionar las ventas por internet!

A pesar de los negacionistas, constatamos como nuestro clima evoluciona y va alterando nuestras condiciones geo-climáticas, reforzando sequias, incendios, riadas e incrementando el nivel del mar con el deshielo de glaciares y de los polos del planeta. No pueden ignorarse ya las profundas transformaciones que nos acechan. Poblaciones que viven en el litoral tendrán que protegerse o trasladarse tierra adentro. En el futuro están más hambrunas, éxodos, disputas por recursos naturales como el agua y guerras, al menos locales. El cambio climático exige modificar nuestra actitud respecto del planeta para tratarlo con respeto y cariño, no como a un esclavo.

Entre las consecuencias se sitúa la posibilidad de que Groenlandia acabe exportando tomates. La isla es un territorio danés desde 1814 cuya población autóctona son los Inuit, un pueblo amerindio. En Copenhague solo conservan, actualmente, competencias en asuntos exteriores, seguridad y política financiera. Lo demás ha sido transferido al gobierno local radicado en su capital, Nuuk. En 1953 paso de colonia a territorio danés, obteniendo en 1979 su autonomía, aunque tuvo que esperar a 2009 para adquirir sus actuales competencias, que son muchas. La población de Groenlandia no supera los 60.000 habitantes. Esta isla es la más grande del mundo, tras el continente australiano, con más de dos millones de kilómetros cuadrados. Recibe substanciales subsidios de Dinamarca. Desde 1985 ya no forma parte de la Unión Europea

Dispone de la posibilidad legal de independizarse mediante un referéndum. Éste fue un tema complejo que ha producido grandes tensiones. Tras la segunda guerra mundial se inició una trayectoria en búsqueda de la independencia. Desde entonces se sucedieron tiras y aflojas que desembocaron, tras el referéndum de 1979, en la actual autonomía, aunque permanece un sentimiento independentista.

Tierra ignorada de muchos, pero vital para algunos, entre ellos los EEUU que dispone de instalaciones militares importantes desde la Guerra Fría. En Thule tiene una base aérea con una larguísima pista de aterrizaje capaz de acoger los aviones y bombarderos más pesados de la actualidad. Asimismo, hay en Groenlandia un importante radar de alerta temprana. Al otro lado del Océano Ártico está Rusia, antes URRS. La ruta más corta entre las dos potencias pasa por sobrevolar dicho océano, tanto para bombarderos como misiles.

El destino de Groenlandia es, pues, de gran importancia para Washington dado su valor estratégico. Trump quiso comprarla. Su oferta, zafia (pero no la primera americana en este sentido), fue rechazada por Copenhague, pero subrayó el interés estadounidense por mantenerse militarmente en esta isla, con más motivo teniendo en cuenta que China ya ha hecho una aproximación que no fue exitosa. Por eso, Trump, mejorando las formas, optó, finalmente, por un acuerdo entre Washington, Copenhague y Nuuk por el cual EEUU invertirá unos 11.000 millones de euros en Groenlandia en diversos proyectos que le beneficiarán económicamente. No solo hay interés por el valor estratégico de la isla y por impedir su acceso a Moscú y Beijing, sino, asimismo, se trata de la cercanía de las aguas del Ártico donde el deshielo favorece el tráfico marítimo, acortando distancias, y la obtención de minerales en el subsuelo marino.

Si Groenlandia llegara a independizarse, tratarán de convencerla para que se siente en el Consejo Atlántico. En Europa hay quienes consideran, asimismo, necesario reforzar los vínculos entre la Unión Europea y Nuuk. ¿Qué pensarán al respecto nuestros gobernantes y su oposición? ¿Y del deseo estadounidense de incrementar de cuatro a seis la presencia permanente en Rota de unas fragatas adscritas, en principio, al escudo antimisiles de la OTAN? Un, dos, tres, responda alguna vez…

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