Kanato de Karabaj, un libro para la paz

“La estabilidad en el Cáucaso es fundamental para el futuro tanto en Europa como en Asia y Oriente Medio”, advierte Elshad Iskandarov

Kanato de Karabaj, un libro para la paz
Pedro González
Por
— P U B L I C I D A D —

Azerbaiyán ganó la última guerra a Armenia por el enclave de Nagorno-Karabaj, pero tras mediar Rusia y custodiar sus tropas el territorio en disputa, la comunidad internacional aún no ha encontrado la solución definitiva a las reclamaciones que Bakú y Ereván ejercen sobre un enclave en el que aún viven 120.000 armenios.

Con ese telón de fondo se presentó en la Biblioteca Nacional de España un libro singular: El Kanato de Karabaj. Perfil histórico y cultural. El volumen, editado simultáneamente en inglés, francés, árabe, español e italiano, ha sido elaborado por un nutrido grupo de investigadores, y es un atlas-catálogo de imágenes únicas de hallazgos del patrimonio cultural de Karabaj, que se encuentran en el Museo Nacional de Georgia, en Tiflis, su capital.

Portada del libro

Elshad Huseyn Iskandarov, embajador en misión especial de Azerbaiyán explica a Atalayar la importancia que para su país tiene la publicación, presentación y divulgación de este libro. 

—Cuando no pocos museos europeos y norteamericanos reciben reclamaciones para que devuelvan a sus países de origen determinadas obras nosotros lo hacemos al revés. Estamos muy orgullosos de que un país vecino, en este caso Georgia, haya logrado preservar centenares de objetos depositados en su Museo Nacional. Fue la Sociedad Geográfica Imperial Rusa la que lo fundó en 1852, y allí trasladaron muchos utensilios azerbaiyanos, que demuestran precisamente hoy la existencia de una identidad histórica, cultural y nacional de Azerbaiyán en ese territorio.

Elshad Huseyn Iskandarov

¡Qué diferencia de relaciones entre Azerbaiyán y Georgia de las que tienen ustedes con Armenia!

—Pues, precisamente, ese modelo de cooperación entre un Azerbaiyán mayoritariamente musulmán y una Georgia cristiana es el que quisiéramos tener no sólo con Armenia sino con todo el Cáucaso, región cuya estabilidad es fundamental para la paz, tanto para nosotros como para Europa, Asia Central y Oriente Medio. 

¿Y Rusia?

—Tiene una situación complicada. No podemos pronunciarnos como diplomáticos con respecto a lo que está ocurriendo en Ucrania, pero esa guerra está teniendo ya un enorme impacto en el Cáucaso, que impide no solamente que se avance en soluciones tangibles respecto al reconocimiento de nuestra soberanía sino también en la ralentización de los numerosos proyectos para el desarrollo económico de la región.

Pedro González entrevistando a Elshad Huseyn Iskandarov para Atalayar

¿Tan importante es este libro para que usted participe en su presentación en sucesivas capitales europeas?

—Lo es, y debiera serlo para todos los países que integran la Unión Europea, entre otras muchas cosas porque las raíces de su civilización están en el Cáucaso. Por cierto, cristianos, musulmanes y judíos vivían en armonía en Azerbaiyán más de un siglo antes de que llegaran los rusos a convertirnos en parte de su imperio. 

Buena parte de la opinión pública europea considera que Azerbaiyán está asediando y asfixiando a la población armenia que ha quedado cercada en el enclave en disputa. 

—Como se demuestra en este libro, elaborado por investigadores y catedráticos georgianos, el Kanato de Karabaj perteneció a la efímera “Gran Armenia”, pero en realidad formaba parte de la Albania caucásica, uno de los más antiguos reinos cristianos, y lo atestiguan las iglesias albanas en Kish, Khudaveng, Gandzasar, Gyurmuk, Lakit, Gum, Avey o Jotar. Muchas están desaparecidas o en ruinas, y ahora que hemos liberado ese territorio vamos a proceder a una gigantesca labor de reconstrucción. El patrimonio de Azerbaiyán no es exclusivamente musulmán sino también de todas las civilizaciones que han convivido ahí, de manera que tan nuestro, y por ende de todo el mundo, es el legado musulmán como el cristiano o el judío existente en nuestro país. Es por ello que creo que la Unión Europea en general, y España en particular, deberían implicarse más en la preservación de una herencia cultural que al fin y al cabo forma parte fundamental de sus raíces.

Elshad Huseyn Iskandarov responde a las preguntas de Pedro González para Atalayar

En el panel de presentación del libro se ha insistido mucho en la rehabilitación de Shushá.

—Ya es lo que podría denominarse como una ciudad-jardín. Pero, quizá no muchos saben que en esa capital de Karabaj, fundada en 1752 por Panahalí Kan, el primer gobernante del Kanato de Karabaj, se alzó la primera ópera del mundo musulmán, y que también comenzaron las primeras funciones teatrales del orbe islámico. Representaciones que no desdeñaron el mito de Prometeo, titán que jugó a ser dios, habitaba en las montañas del Cáucaso y que, castigado por Zeus, pagó un alto precio por ello. En definitiva, es un centro en el que se forjó una tradición histórica de poesía, música y arte, todo lo cual queremos hacer de nuevo patente para que se lo “apropien” los que quieran visitarnos y reencontrarse con una parte al menos de sus propias raíces. 

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