Prácticamente todo en la vida tiene un método, una disciplina, una constancia. Pero si de lo que se trata es de ser un inversor, es cuando debes adquirir la más constructiva de las rutinas. Para la cual se requiere, además de un mínimo de instrucción intelectual, un máximo adecuado de formación profesional. El que se adquiere de la mano de un experto, alguien curtido en eso que se conoce como mercados financieros y que se mueve en eso que se llama Bolsa de Valores y de lo que habla la televisión todos los días.
De todo ello trata el libro escrito por el economista italiano Lorenzo Gianninoni, en el libro titulado Day trading ganador. Además de los fríos datos macroeconómicos y de los sencillos consejos mercantiles, el manual es un excelente tratamiento psicológico dirigido a cualquier persona que desee convertirse en inversor. Y lo es, porque a lo largo de sus 132 páginas se te está diciendo que tú puedes, que eres capaz o que, incluso, tienes derecho. “¡Ganar dinero es maravilloso!”, de esta forma tan invitante al éxito comienza la introducción, en la cual ya se advierten todos los cometidos. Al mismo tiempo, se dan pinceladas de lo que va a acompañar cada paso técnico: prudencia, cabeza fría, nada de querer hacerte rico de la noche a la mañana o, en lenguaje coloquial, no traído al texto pero implícito en él: “no existen duros a 4 pesetas” o “la Bolsa no es un bingo que siempre toca”.
Abundando en lo psicológico se dice en el primer capítulo que “cada uno de nosotros es un proyecto en desarrollo”, pero dicho desarrollo tiene fases, construcción paso a paso, tácticas como las del ensayo, error y aprendizaje. El optimismo hay que racionalizarlo, pues una buena oportunidad de inversión puede ser una mala señal si no se toman las precauciones que brindan aspectos como los soportes, las resistencias, máximos y mínimos o las líneas tendenciales; términos que también vienen didácticamente explicados. La perseverancia es un arma fundamental del inversor, aunque para ello se tengan que emplear sólo dos horas al día delante de las pantallas, con lo que se hace hincapié en el importante aspecto de la productividad: trabajar mucho no es sinónimo de trabajar bien; con poco que se haga, pero si se hace con la debida eficacia, se logran rentabilidades.
En el capítulo 6 se hace mención al término inglés trader, contenido en el título. Lo que es más que una mera traducción, pues siguiendo la lectura se dice que es un comerciante pero de intangibles, y lo que hay que hacer para convertirte en tal. Más adelante se advierte que a la palabra especulación no hay que tenerle miedo por mucho que esconda un peyorativo; dado que especular es comparar, evaluar, para quedarte con la mejor opción.
La compra y venta de activos financieros como acciones, materias primas, divisas o cripto-monedas, forman parte de lo que el autor llama “operaciones básicas en el day trading“. Lo que incluye a los mercados de futuros, haciendo un sucinto tratamiento de este tipo de operaciones, dados sus riesgos e incertidumbres.
En qué es una cámara de compensación, qué o quiénes son los brókeres, es aquí donde Lorenzo Gianninoni se revela como el maestro de traders que es, explicando qué son estos términos, teniendo en cuenta que se dirige a un público nada versado en bolsas y mercados de valores; esas cosas que no puede tocar físicamente con las manos. Si entre un trader, o sea una persona que desea multiplicar sus ahorros, hay algo denominado “plataformas de trading”, también es traído a colación con el fin de que nadie crea que metiéndose en una página web y dando con un bróker está todo hecho. Para explicar mejor el papel de estos profesionales, tanto a nivel personal o empresarial, se incluyen las reglas del método GOLD, las cuales aconsejan y enseñan cómo mirar un gráfico; detectar el movimiento de un precio; gestionar la entrada, el transcurso y la salida de una posición, como también el importante concepto del stop losing: hasta cuánto estoy dispuesto a perder, para darle a mi bróker la orden de parar ya sea para vender o, simplemente, esperar a que soplen mejores vientos.
Se remata todo el manual, publicado por la editorial italiana HOEPLI Ediciones, con llamadas a la paciencia, la disciplina, el análisis, la vigilancia constante o la toma de decisiones; toda esa parte humana que necesitas para ser un trader eficaz. La misma que te define como una buena persona, simplemente.
Una amiga mía está finnaciando «proyectos» en todo el mundo que parten de plataformas que aseguran -como en el libro- altas rentabilidades si se tiene paciencia para esperar resultados -como en el libro-.
La verdad es que ya está algo mosqueada con los sermones que, cada cierto tiempo, les endilgan desde tales palataformas: ¡Hijos míos, tened paciencia. Todo llegará».
El hecho real es que ha ido soltando dinero desde hace años sin ver ningún resultado, salvo la palabra mágica: paciencia. Una paciencia que no tuvieron los que recibían los fondos.
El mundo de la economía y los mercados financieros está lleno de trampas para incautos que tienen distinto signo: desde las clásicas pirámides hasta un montón de «palabrejas» siempre en inglés para pescar pececillos. Es un mundo sólo para expertos que, a pesar de serlo, muchas veces pierden.
Así que, mucho cuidado con los cebos que, al final, rompen y arruinan sueños
Un saludo.