Hoy en día, en ciudades con cierta actividad cultural, a las siete de la tarde, o das una conferencia o te la dan a ti. Por eso tuve ayer la oportunidad de presentar el libro del veterano político navarro Jaime Ignacio del Burgo, el número 41 de los publicados por él, con el inquietante título de “Asalto a la democracia” y el más preocupante epígrafe de “la gran mentira que quiere acabar con la Constitución y las libertades.
Que esto, dicho así, si lo firma un tertuliano indocumentado al uso, que tira de “corta y pega” de cositas que encuentra en Internet, sin mencionar sus autores, por supuesto, pues vas tú y dices: “¡ande va este con esas teorías!”.
Pero Jaime Ignacio del Burgo, además de primer presidente del Gobierno Foral de Navarra, fue senador, primero, y diputado, después, desde 1977 hasta el 2008, que es una pila de años en la que se pueden aprender, vivir y experimentar muchas cosas de las que hemos vivido en la política española, desde la transición a la democracia al desmantelamiento que, de lo conseguido en ella, lleva hoy a cabo el gobierno del presidente más nefasto de nuestra democracia, sí, ese, el felón, Pedro Sánchez.
Parte Del Burgo de un análisis concienzudo del libro-guía que Sánchez publicó cuando poco después de hacerse con la presidencia, en 2019, “Manual de resistencia”, que por supuesto tampoco escribió él.
En ese Manual detecta Del Burgo (transcribo) “una persona narcisista, de excesiva complacencia en sus propias facultades, que le hace creer superior a los demás; el nuevo mesías de la socialdemocracia española y europea. Se comporta como un autócrata y, en la práctica, ya ha conseguido controlar dos de los tres poderes del Estado y está a punto de dar el asalto final al tercer poder que es la Justicia. El mundo gira en torno a él y desde luego, no es un hombre de palabra. Si Cánovas dijo que gobernar es resistir, después de analizar el pensamiento y la acción política de Sánchez, podríamos concluir que para él gobernar es mentir”.
A ver, que eso es algo que los españoles ya hemos constatado desde la primera vez que salió en la tele. Pero es que, luego, coges los informativos (no todos, que algunos están bien “engrasados” por subvenciones para no decir palabra) y constatas que la amenaza que dibuja “Asalto a la democracia” se concreta día a día, desde el postergamiento de Felipe VI y los insultos y descalificaciones a su padre, hasta los manejos para cambiar la Ley de Secretos Oficiales, el status del CNI, el desprecio a las Cámaras que representan la voluntad del pueblo, o los indultos por razones ideológicas, frente a las tesis judiciales.
Finalizada la lectura de “Asalto a la democracia” (La Esfera de los Libros), que recomiendo vivamente, acaba uno convencido, si ya no lo estuviera, de que, en efecto, Pedro Sánchez y sus conmilitones tienen un plan, que él mismo confiesa en Manual de Resistencia, afirmando que “va a ser una revolución, no tengo prisa… Queremos un nuevo modelo de partido a veinte años. No va a ser un parche, sino un legado”. Y ello con reformas radicales como las contrarias a la libertad de enseñanza, la imposición de la ideología de género, la aprobación de normas que limitan la libertad personal, el control de los medios de comunicación, la ocupación partidista de instituciones que han de ser imparciales e independientes, la asfixia de la iniciativa privada y, en especial, a los autónomos, y el poder judicial. Como para echarse a temblar.