Cabritos y corderos para combatir los incendios y frenar la despoblación

INTEROVIC
Pedro González
Por
— P U B L I C I D A D —

Las generaciones más jóvenes son el objetivo: conseguir que aprecien, como sus padres y abuelos, el gusto por la carne de cordero y de cabrito, considerado por los mayores un manjar a consumir casi exclusivamente en las grandes celebraciones. Con esa meta ha empezado la campaña “Disfruta la carne de cordero sostenible y natural”, que vincula su consumo con la protección del medio ambiente.

Lucía espléndido el Real Jardín Botánico de Madrid en el que la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (INTEROVIC) presentaba el programa europeo para aumentar el consumo de la carne de lechal, cordero y cabrito, en la segunda campaña que la Unión Europea ha concedido al sector español. Es también una campaña multipaís, asociada con Hungría, en donde su nueva y extensa cabaña ovina desciende casi en su totalidad de ovejas merinas españolas.

Si en la campaña realizada entre 2015 y 2017 el objetivo principal fue dar a conocer e introducir nuevos cortes y presentaciones de la carne de ovino y caprino, ahora (2018 – 2020) se van a relacionar estos nuevos cortes con sus beneficios medioambientales: tournedó para la prevención de incendios; chuletillas de cordero para cuidar el entorno rural; hamburguesa para frenar el cambio climático, y churrasquitos para fomentar la biodiversidad.

Como resaltó Francisco Marcén, presidente de INTEROVIC, España cuenta con una cabaña de ocho millones de ovejas y más de 600.000 cabras productoras de carne, que al cabo de un año, podrían mantener libre de incendios un millón y medio de hectáreas de bosques y matorrales. Cada rebaño de ganado ovino o caprino puede mantener una media de 900 Has., y en no pocos casos hasta 2.500 Has. Una elección racional de las superficies de actuación de estos rebaños a modo de cortafuegos  contribuiría significativamente a reducir el número de incendios.

Prestigiar el pastoreo

Los pastizales activos y ricos, cuyo desarrollo y mantenimiento solo es posible gracias a un pastoreo adecuado a sus características, son suelos muy importantes para la captación y secuestro de carbono, de manera que la cabaña ovina-caprina ayudaría también a frenar el cambio climático.

El representante de la Unión Europea en la presentación, Luis Carazo, explicó que al menos un 10% de los hábitats de interés natural en España dependen estrictamente del pastoreo para su conservación, que solo es posible mediante la ganadería extensiva. Urge por lo tanto continuar fomentando el consumo de una carne que, además de educar y modelar el gusto y el paladar, tiene importantes consecuencias ambientales, sociales y económicas.

Además de la lucha contra los incendios y el mantenimiento de las zonas de montaña, dehesas y pastos, esta ganadería, por su bajo uso de insumos (alimentos comprados, energía, fertilizantes o pesticidas) proporcionan múltiples servicios a los ecosistemas, tanto materiales y de mercado como inmateriales para beneficio público: agua, limpia, aire puro, suelo fértil, hábitats en buen estado de conservación, biodiversidad, etc.

El papel esencial de la mujer

Mantener e incluso acrecentar esta actividad es esencial asimismo para fijar la población en el medio rural y favorecer el relevo generacional. De hecho, empiezan a incorporarse a esta actividad económica hombres y mujeres jóvenes. Los valles oscenses de Ansó y Hecho ofrecen los primeros e importantes ejemplos empero aún escasos.

Sostienen los dirigentes de INTEROVIC que el sector del ovino y el caprino ofrece grandes oportunidades para la incorporación de la mujer a la actividad agraria, colectivo fundamental para dinamizar y renovar las explotaciones ganaderas.

Pese a haber reducido su cabaña respecto a épocas pasadas, España es el segundo productor de carne de cordero de la UE, con un 20% de cuota de mercado, detrás del Reino Unido, que ostenta el 27%. Además del propio consumo interior, los profesionales del sector han iniciado ya una ofensiva exterior con ánimo de exportar ovejas y cabras a Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, Israel y Arabia, países donde la calidad de este ganado español goza ya de gran prestigio.

La UE en general, y España en particular, quedan lejos de los grandes exportadores de ovino y caprino de Australia y Nueva Zelanda. Pero, parece llegado el momento de empezar a acortar diferencias. De paso, se podrá impulsar la riqueza cultural que suponen los 25.000 kilómetros de vías pecuarias existentes en España. Un patrimonio cultural muy notable, tanto construido (chozos, fincas, esquileos, descansaderos, abrevaderos, construcciones de piedra seca, etc.), como artístico (pinturas, literatura, obras musicales) e inmaterial (tradición oral, canciones, danzas y leyendas). Árpad Bátor, vicepresidente de la Interprofesional de Hungría, presente en el acto de Madrid, asintió en que “una manera de honrar este legado es manteniendo los sistemas productivos e impulsando el consumo”.

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