Los Decreta de 1188 de Alfonso IX, reconocidos por la UNESCO como el embrión de la democracia representativa, acreditan que León es la cuna del parlamentarismo. Los documentos encierran lecciones que los políticos de hoy deberían tener en cuenta.
Es bastante probable que una gran parte de los españoles desconozca que fue en una basílica de su país, la de San Isidoro de León, donde nació la democracia representativa, fundamento del parlamentarismo por el que hoy se rigen todos los países de la Unión Europea. Aquello sucedió en plena Edad Media, en 1188, por decisión de Alfonso IX, Rey de León y de Galicia, hijo de Fernando II de León y Urraca, hija a su vez de Alfonso I Enríquez, primer Rey de Portugal.
Era la primera vez en la historia que un monarca reunía en asamblea a nobles, clero y pueblo llano, representado este por sus iguales elegidos en las ciudades del reino: León, Oviedo, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Zamora, Astorga, Benavente, Toro y Ledesma. No hubo representante de La Coruña, que fuera fundada más tarde, también bajo el reinado de Alfonso IX.
En aquella asamblea nació un compromiso que obligaba a todas las partes, empezando por el Rey mismo. Ese compromiso son los Decreta de 1188, reconocidos en 2013 por la UNESCO como el embrión de la democracia representativa, la que da lugar a los parlamentos modernos. Se trata, pues, de un hito en la historia universal.
Así lo habían certificado historiadores de la talla de Claudio Sánchez Albornoz y Julio González, a los que casi nadie en la propia España, y mucho menos fuera de ella, dieron mucho crédito. De ahí que hasta el reconocimiento oficial por la UNESCO el imaginario colectivo atribuyera la cuna del parlamentarismo a Inglaterra, a partir de su Carta Magna.
León, y no Inglaterra, es la cuna del parlamentarismo
Tuvo que ser precisamente un inglés, John Keane, quien en su monumental obra The Life and Death of Democracy (Simon & Schuster, 2009), diera carta de naturaleza universal a los documentos que acreditan a León, “y no a Inglaterra, como cuna del parlamentarismo”. Después, dos leoneses resilientes a las falsificaciones históricas, el escritor Juan Pedro Aparicio y el que fuera director general del Libro Rogelio Blanco, se encargarían de facilitar toda la documentación a la UNESCO para su […]
León Cuna del Parlamentarismo