La Naturaleza en fuga, Éxodos, La vida en círculos y Mutaciones componen los cuatro capítulos de la exposición colectiva ganadora de la convocatoria NUR 2024 en Casa Árabe, organizada en colaboración con PhotoEspaña. Bajo el título genérico de Paisajes efímeros del sol, nueve artistas de África y Oriente Medio, nacidos en las décadas de los años 80 y 90 del siglo XX, demuestran su impresionante vitalidad artística. Roger Anis, M´hammed Kilito, Salih Basheer, Imane Djamil, Ebti Nabag, Yumma Al Arashi, Tanya Habjouqa, Abdallah Al Khatib y Leila Chaini componen el elenco. Todos plasman en sus imágenes relatos de ilusión para encontrar salidas a conflictos y privaciones y éxodos de enorme carga emocional.
Las obras, escogidas y situadas por las comisarias de la exposición, Analía Iglesias e Irene Díaz, pretenden ser una demostración de lo que denominan “el movimiento perpetuo”. Aluden así a que en las sociedades árabes todo es movimiento, aunque en ocasiones los espejos permanezcan inmóviles. En la espera, hay quién está habituado a lo fugaz; a la destrucción y la reconstrucción; al juego de damas en una mesa improvisada en la medina; al renacer de cada día en un puesto del zoco, colocando de nuevo a la venta los objetos que cada noche se resguardan. Porque la calle también es un paisaje de arquitecturas efímeras. “Y saber que nada es eterno forma parte del conocimiento”, dicen.
Empezando por la primera sección de la muestra, la Naturaleza en fuga está representada por el Nilo y los oasis del Magreb. Tras el sobresalto de alguna antigua sequía, el gran río del continente africano ha seguido serpenteando majestuoso, aunque de sus siete brazos solo le queden dos, quizá porque ha ido admitiendo en sus orillas todo tipo de factorías contaminantes, encogiéndose más deprisa de lo sería deseable.
Poco a poco, los cultivos sostenibles en los bancales de este y otros ríos y las palmeras datileras que, en los oasis, apenas necesitaban unas gotas de agua para volverse gigantes, fueron reemplazados por ambiciones insostenibles. La industria agroalimentaria se ha tornado imparable y arrasadora.
En Éxodos se expone la obra del sudanés Salih Badheer y la marroquí Imane Djamil, quienes retratan mudanzas, persecuciones y desembarcos de quienes escapan de algún infierno o toman la decisión de lanzarse al mar, sin red. En este capítulo de la exposición se muestra en exclusiva parte de la serie “Días lentos en la isla afortunada”, una historia gráfica sobre la relación migratoria entre Tarfaya, en Marruecos, y Fuerteventura, en las Canarias.
La vida en círculo. O lo que es lo mismo, estar acorralados en un espacio bloqueado, sin salidas. A caminar en círculos están abocadas las mujeres que sostienen a sus familias gracias a pequeños comercios itinerantes en Jartum, en las imágenes de Ebti Nabag. La artista vincula un elemento constitutivo del tejido social en Sudán como es el té, con las dificultades del mercado, la inflación y la resiliencia de estas personas, que siguen siempre adelante.
Y, en fin, cierra la muestra Mutaciones para perder el miedo, o mejor dicho los miedos, bajo la perspectiva de Yumna Al-Arashi, Tanya Habjouqa y Leila Chaibi. Mujeres que relatan la vida de las mujeres. Cargan sobre sus hombros el peso de algunas tradiciones que les impiden la emancipación del deseo. El reflejo que de ellas se ofrece suele ser una foto fija, pero los espejos de su propia sexualidad contienen dinamismo. Y es que algo se mueve hoy; incluso algunos hombres se suman al tributo que rescata el coraje de las pioneras.
Queda al cabo la impresión de haber visto cómo lo tangible se encuentra con los mundos ancestrales, poéticos y místicos. Una transformación que puede facilitar perder los miedos, flexibilizar cuestiones como el género y la identidad y, en definitiva, confiar en el gozo y en la vida.